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domingo, 23 de abril de 2017

La dehesa literaria


Antonio y yo nos preguntábamos las razones por las que entre los jóvenes poetas la naturaleza no exista y todo sea paisaje urbano y sensaciones apocalípticas que no llegan a la esquina del barrio. Yo recuerdo que Raúl Alcanduerca fue el primero que me habló del trastorno por déficit de naturaleza que comienzan a sentir las generaciones más jóvenes. Personas para las que la naturaleza no ha sido nunca más allá de un jardín o un parque, una visita de domingo o unas vacaciones playeras. Millones de personas de este mundo occidental tan desarrollado para las que la naturaleza no es más que una postal. Pierden elementos sensoriales y experiencias y también la verdadera conciencia de lo que somos en este planeta. Los jóvenes poetas urbanos españoles no pueden llevar el paisaje a su obra porque para ellos no existe. De hecho, voy pensando que, en gran medida, el que aparezca la naturaleza en la obra de un escritor es verdadero síntoma de madurez. No como mera referencia o telón de fondo, sino como esencia misma de la obra.

Con mis compañeros de la Asociación Cultural Libre Albedrío he disfrutado de un día del libro diferente al que he vivido otros años. Sumamos dos cosas que nos apasionan: la salida a la naturaleza y la literatura. En la Dehesa de Candelario nos hemos juntado a hablar de las relaciones entre ambas en la literatura española. Un repaso rápido desde Gonzalo de Berceo hasta la actualidad, del tratamiento simbólico a la vivencia real de la naturaleza en los textos literarios. No han faltado Garcilaso, Fray Luis, Antonio Machado, Miguel Hernández, Dionisio Ridruejo... y así hasta el reciente ganador del Premio de la Crítica en lengua castellana, Fermín Herrero. También la lírica popular o la referencia al menosprecio de corte y alabanza de aldea. Tantas cosas...

Me ha gustado cómo sonaban esos versos cuando el sol estaba en su cénit, rodeado de robles o junto al centenario castaño con forma de alma sufriente o amenazadora advertencia para aquellos que no respetan ese mundo que les pertenece más a ellos, los árboles, a las aves y a los jabalíes que remueven la tierra con sus hocicos buscando la secreta golosina.

Y pasaron las horas. Cayeron también bocadillos de panceta, buen hornazo y sabrosas empanadas, queso, jamón y uvas, varias botellas de buen vino tinto, una bota con la que saludábamos al cielo. Porque nada es incompatible y mientras se pueda hay que llenar el estómago igual que el intelecto. Jugamos al tute en confrontación discutida que traerá cola hasta la próxima partida. Y estuvimos juntos: subimos juntos a la sierra y de ella bajamos juntos. Y brindamos porque estamos vivos, que no es poco.

miércoles, 26 de enero de 2011

Naturaleza pura



En lo más humilde está toda la belleza. Cuando la naturaleza se despoja de color, queda la forma que contiene toda la verdad: abstracción pura. Exactitud del latido que aguarda la primavera.

viernes, 6 de julio de 2007

Trigal con nubes por si un día me pierdo.


[Paisaje cercano a Sasamón, Burgos.]
Qué paisaje abierto. Los ojos se alimentan de horizonte. Comprendo la belleza de los valles encajados entre grandes montañas, cortadas por un riachuelo con su lengua en un esfuerzo de millones de años. Como a todos, la contemplación del mar abierto me llena el cuerpo entero y castiga mi orgullo. Es más difícil querer esta Castilla, como la tan cercana Tierra de Campos. Grandes espacios abiertos con suaves ondulaciones limitadas -¡tan lejos!- por brumosas montañas. Andar esta tierra por los caminos de concentración y dejar vagar la mirada por el cereal a punto de la cosecha, pararse a ver las flores que revientan de colores puros: amarillos, morados, azules. De pronto, un río, un regato apenas, abre una vena verde que se pega a la arcilla seca. O la sorpresa, allá, más cerca de mi origen, de los Montes Torozos que estallan secretos en vida, agua y bosque.
Paseamos estos días por estos campos tan castigados por sus propios habitantes y que ahora oscilan entre el sol de julio y los tajos de viento frío que se le escapan a la Peña Amaya, desbordándola hasta nosotros.
A una plaga le sucede otra. Este año han llegado con virulencia los ratoncillos de campo, el anterior recuerdo los caminos llenos de saltamontes y viejas historias cuentan de insectos, incendios y pestes. Las rapaces vuelan en círculos sobre nosotros, a punto de lanzarse en verticales imposibles sobre los sembrados.
Hasta aquí me llega, de un amigo, la expresión exacta de un concepto al que yo no sabía dar nombre: Ubuntu, que Francisco explica como "una persona es una persona gracias a los demás". Gracias por este regalo. Hay palabras que te llegan, neologismos necesarios para caminar por este mundo de incertidumbres y lucha cotidiana. Aquí ha venido y aquí la deposito, en este lugar de tránsito por el que han pasado tantos en esta Historia hasta que los romanos le dieran al lugar nombre definitivo a partir de lo que les contaron los que aquí vivían y un celtíbero combativo, como si fuera el último orgullo de una estirpe, se acercara sin saber qué próximo a mí estaba. De aquí salí, hace unos días, empeñado por el instinto de la buena compañía, a tomar un café con otro amigo, que sabe apreciar lo bueno y comunicarlo. Y les he pedido a ellos y a la parte sana de un inteligente personaje al que no conozco todavía, junto a un justo que sabe mirar con certeza (y se lo pediré a un grupo de sabios notarios de la vida diaria), que me acompañen en una aventura en octubre. Hay todo un mundo que será invitado a estar con nosotros, pero no me dan las horas para enviar tanta carta, que llegarán por estas fechas sin que el orden de llegada signifique nada más que el hecho de estar desbordado de trabajo. Este paisaje tiene también espinas y no sé cómo llegar a alguno que debería estar entre nosotros y sin el que no estaremos completos.
-Ubuntu.
Ubuntu, una persona es sólo por las otras personas. Qué bella definición de estar en sociedad. Hoy también quiero serme persona por este paisaje. Buscadme aquí estos días, porque quiero pedir asilo a lo mejor que tengo: la media parte exacta de mi vida. Hasta el lunes.

miércoles, 4 de julio de 2007

Diente de león metálico.

La carretera entre Uncastillo y Sos nos enfrenta a este monstruo metálico. Ante él pienso en una garra métalica de la naturaleza a la que tanto hemos agredido y recuerdo la delicada estructura de un diente de león. ¿Serán dientes metálicos que se han incrustrado en esta dura tierra? Cuando se acabe el petróleo que sustenta nuestra forma de vida, estos molinos quizá no sean suficientes y descubramos que también han servido para favorecer un nuevo tipo de especulación. No lo sé, no sé nada de esto. Quizá sean gigantes hasta que topemos con ellos y nos descalabren.

martes, 3 de julio de 2007

Vocación de viento.

[Diente de león, cerca de Sasamón, Burgos]

Esta tierra es dura y caliza. Sobre ella han muerto generaciones de seres humanos sin dejarnos, casi, testimonio. He visto las noticias en televisión y las guerras siguen, los asesinatos continúan. El poder del más fuerte ha ampliado su gama de colores, con deriva a los tonos oscuros.
He salido a pasear el campo, que espera la cosecha. Una víbora salió al camino, y la dejé volver a la cuneta. Cuando alcé la vista, el horizonte abierto me ofrecía cielo, y destino.
A veces dan ganas de que alguien nos coja por el tallo y sople delicadamente sobre nosotros, para dejarnos ir con el viento, como este diente de león, que se deshace y dispersa.

viernes, 29 de junio de 2007

Verticalidad.

Me gustó esta aspiración efímera de verticalidad. Quisiera aprender la humilde belleza de estas plantas silvestres. Es nuestra historia: una pequeña explosión de vida y afirmación que sirve de manto nutritivo para los que nos siguen.

jueves, 28 de junio de 2007

El espectáculo de la sencillez.


Sólo hace falta mirar con calma para ver la maravilla. En una época en la que parece no haber espectáculo sin derroche de dinero, basta darse cuenta de que la sencillez de la tierra nos la brinda cada día y se renueva cada estación. Hoy la naturaleza se ha vestido de gala para nosotros. Gratis. ¡Qué explosión de belleza!
[La fotografía corresponde a una zona sin ajardinar cerca de la Facultad y que cada poco se reinventa a sí misma. Que siga así.]

miércoles, 20 de junio de 2007

Amapolas.

Justo enfrente de la fealdad de ayer,
la sencilla explosión de un campo de amapolas entre la hierba verde.