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martes, 16 de febrero de 2010

Cuba y nosotros (Cuba más allá de Fidel, de Jorge Moreta).


Es difícil escribir de Cuba desde España. España perdió Cuba tras la guerra con los EE.UU. en 1898 pero Cuba ha permanecido en el imaginario colectivo español desde entonces.

Fue un conflicto que no podía acabar de otra manera que con la independencia de la isla, pero la entrada de los EE.UU. en la guerra marcó su final y el inicio de una tutela que no fue positiva para la evolución posterior de Cuba. La corrupción de los gobiernos cubanos y la excesiva dependencia de los intereses económicos y geoestratégicos de Norteamérica explican, en gran medida, el éxito de la revolución encabezada por Fidel Castro. Cuando la revolución cubana triunfó en 1959, España se encontraba bajo la dictadura de Franco y era lógico que se viera en ella y en sus líderes un referente a seguir. Cuando Castro abrazó el marxismo en 1961 -por la propia composición interna de uno de los sectores más fuertes de los revolucionarios y el posicionamiento en el contexto internacional de la Guerra fría-, el camino posterior estaba señalado por la implicación con un sistema que se derrumbó tras la caída del muro de Berlín. De hecho, desde entonces, el gobierno cubano ha tenido que buscar un camino más netamente americanista y se ha unido a la dirección tomada en los últimos años Venezuela, tanto por política como por necesidad económica.

La fatiga del régimen, la escasa renovación de sus cuadros dirigentes, el bloqueo de los EE.UU. y la caída de la U.R.S.S., ha terminado casi por arrasar con gran parte de los logros de la revolución en el campo de la educación y la sanidad. En estos momentos, cuando Fidel se ha alejado del poder y Raúl Castro no puede permanecer mucho más tiempo en él (aunque sólo sea por razón de edad), el futuro de Cuba se presenta incierto. Cuando los Castro desaparezcan es difícil que el régimen cubano actual siga adelante: de cómo se haga la transición dependerá el futuro de la isla.

Jorge Moreta ha escrito un libro de viajes que intenta contemplar todo esto. Cuba más allá de Fidel (Altaïr, 2009) es fruto de un viaje de más de 3.000 quilómetros por la isla en los meses de junio y julio de 2007. No es una guía turística, aunque abunde en advertencias y consejos para los turistas desprevenidos, sino un viaje apasionado por la geografía, la gente y la historia de la isla. Aprovecha cada parada para reseñar los hechos históricos que allí sucedieron, la gente que por allí pasó y la huella presente. También para analizar la situación política y social del momento siempre desde una perspectiva crítica contra el régimen revolucionario y sus cuadros dirigentes, a los que niega toda virtud y acierto, ni siquiera en los momentos iniciales. Hay una insistencia en la estética de los derrotados y por eso traza un retrato elogioso de los revolucionarios que fueron apartados por Castro en los años siguientes a la victoria. También lo hace de algunos personajes históricos, como el Almirante Cervera, que mandaba la armada española en 1898.

Extrae uno de la lectura de estas páginas una sensación amarga, que no sé si se corresponde con la realidad. Quizá por el género al que se adscribe y la necesidad editorial, Moreta no ha pretendido profundizar más: es un viajero que contempla y habla con la gente que le sale al paso. Pero cuando uno cierra el libro se pregunta en qué se basa el amor que declara por la isla, salvo en la maravilla del paisaje, algunos personajes históricos y la música y los músicos. En las páginas se describe una sociedad de supervivientes, que no duda en usar del timo, la corrupción y el reclamo del sexo para salir adelante y en la que muy pocos trabajan. Quizá unos pocos meses y el tipo de viaje emprendido por el autor sean insuficientes para explicar la complejidad de la situación cubana actual. O quizá es por lo que decía yo mismo al inicio de esta entrada: es difícil hablar de Cuba desde España.

Sin embargo, el libro de Moreta está muy bien escrito: se lee bien y atrapa. La forma en la que suma historia, personajes del pasado y situación presente es brillante y como libro de viajes personal he leído pocos de esta calidad en los últimos años. Un género poco cultivado en España.