¿Has visto cómo se miran justo antes del beso? Cuando el mundo parece llegar al final y todo adquiere una textura gelatinosa que asfixia hay que mirarse así para detener el tiempo: que nos lleve a la eternidad de un latido. Buscar el momento justo para precipitarse en los labios y dejarse ir hacia el abrazo y la humedad deseada de tu boca. Más allá de las rocas acecha la historia y habrá que afrontarla, a pecho abierto, aunque nos sepamos ya derrotados porque hay batallas que debemos perder para que otros las ganen. Pero seremos héroes mañana: hoy toca abrazarte como si no hubiera más piel en el mundo que la tuya, respirar tu aliento, mirarte hacia dentro de tus pupilas, acercar mi rostro al tuyo y dejar que seas tú quien recorra el último centímetro que nos separa.