No es un reto fácil el que planteo a los participantes en el Club de lectura con la propuesta de esta obra de Gonzalo Torrente Ballester y no sé si saldré con bien de él, pero sé que si no salgo sabrán disculparme por mi empeño en acometer, de vez en cuando, escaladas de este tipo con la certeza de que sea cual sea el lugar en el que nos detengamos al subir la montaña habrá valido la pena. Sin duda alguna, La saga/fuga de J.B puede ser considerada la novela de mayor empeño del autor y su obra maestra. El que esto sea así no quiere decir que un lector pueda preferir otras del mismo novelista.
La novela se publicó en la editorial Destino en 1972. En aquella época, la narrativa en español estaba inmersa en un proceso de renovación formal. Por poner ejemplos próximos de los muchos que cabría aducir: Tiempo de silencio se había publicado en 1962, La ciudad y los perros en 1963, La casa verde en 1966, Señas de identidad en 1966, Cien años de soledad en 1967, San Camilo, 1936 en 1969. La ruptura con la narrativa tradicional era evidente desde los años cincuenta (Pedro Páramo, por ejemplo) y el proceso se agudizó en los sesenta y primeros setenta: desorden espacio temporal, un nuevo concepto del relato biográfico del protagonista, el uso de la segunda persona, la irrupción de lo fantástico, etc. Con todo ello, los autores querían dar solución a dos cuestiones. En primer lugar, abandonar el excesivo predominio -casi un dogma- de la literatura del realismo social para buscar nuevas fronteras estéticas. En segundo lugar, dar solución desde la literatura a un nuevo tipo de relaciones entre el individuo y la sociedad: una nueva época que hoy conocemos como postmodernidad. En el contexto español, además -también en varios de los países americanos-, hay que tener en cuenta que la literatura social se había desgastado con mayor profundidad en el combate contra la dictadura franquista y que, por lo tanto, muchos autores vieron en el giro hacia la vanguardia formal una búsqueda de nuevos horizontes incluso para combatirla de otra manera que llegó a sorprender a los propios censores, difícilmente capacitados para comprender aquello que les llegaba.
Torrente Ballester propone en La saga/fuga de J.B. su propio acceso a la vanguardia formal. Sin traicionar su literatura anterior, profundiza en lo que ya contenía de desorden espacio temporal, fantasía y humor. La novela es brillante pero era y es difícil para el lector: exige una lectura cómplice y un lector audaz porque se trata de una fiesta de la literatura. La saga/fuga es muchas cosas (una reflexión sobre el individuo y la sociedad, sobre el tiempo, sobre la biografía y la historia, una mordaz sátira del franquismo, etc.), como todas las grandes obras literarias, pero primero y antes que nada es y quiere ser literatura. Por eso mismo afrontarla sin miedo, dejándose sorprender y sin esperar de ella lo que nos ofrecen la mayoría de las novelas que se publican, dejará una satisfacción al lector y un entrenamiento para subir cualquier montaña.
Noticias de nuestras lecturas
Mª Àngeles Merino, que pide ayuda ante el reto de comentar la novela de Torrente Ballester, en realidad ejerce de meiga porque se adentra gallega e ilustrada en ella.
Pancho aborda también desde la dificultad la novela, pero si alguien tuviera duda de que puede con ella, véase su entrada.
Pancho aborda también desde la dificultad la novela, pero si alguien tuviera duda de que puede con ella, véase su entrada.
Myriam se incorpora a la lectura de Dejar las cosas en sus días. Conociéndola, anticipamos buen estudio psicológico de los personajes.
Luz del Olmo publica entrada con los comentarios a su reseña del coloquio con Laura Castañón: no debe extrañarnos, entre ellos está uno de la novelista que tiene el hermoso detalle de agradecer las atenciones recibidas.
Pancho comenta la relación de Efrén y Camino y se fija con todo acierto en los detalles que salpican la escritura de esta novela y que tanto arraigan en la mente de los lectores.
De malva marina se llena el blog de Gelu para seguir con el comentario de nuestra lectura de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda.
Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en su blog hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.