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jueves, 8 de diciembre de 2022

Canto a Teresa de José de Espronceda

 



Leemos un clásico de la literatura española, el Canto a Teresa de José de Espronceda. Este poema se publicó como Canto II del ambicioso proyecto poético El Diablo Mundo, en el que Espronceda daba su visión escéptica sobre la sociedad y la vida. El Canto II interrumpe la acción principal y en él el autor muestra su desesperado dolor por la muerte de quien fuera su amante, Teresa Mancha, con la que tuviera una hija, Blanca. Su relación supuso un escándalo para la época. Se habían conocido en 1827 y Teresa decidió romper la relación en 1838, cansada de las continuas ausencias del escritor y sus infidelidades. En el Canto, Espronceda no se muestra nada generoso con la memoria de Teresa. El Diablo Mundo, que quedó inconcluso, se publicó entre 1840 y 1841 por entregas. Sobre el valor de esta obra, su actualidad y el encaje en él del Canto a Teresa hablaremos en las próximas entregas de esta lectura.

Propongo leer una edición en la que se consigue dar voz a Teresa, sus emociones y pensamientos, a través de las magníficas ilustraciones de Antonio del Hoyo, quien consigue que este canto se convierta en un diálogo a dos voces que resulta reconfortante para el lector moderno. He revisado el texto personalmente antes de su publicación para adecuarlo a la sintaxis y puntuación actual y facilitar la lectura sin alterar en nada la propuesta de Espronceda. Ha sido editado por la Editorial Deméter en 2022. Sin embargo, aquellos que no tengáis fácil el acceso a este texto podéis usar cualquiera de las ediciones que están en el mercado de El Diablo Mundo, recomendando siempre alguna de las varias ediciones críticas disponibles.

Noticias de nuestro club de lectura

AVANCE DE LECTURAS DEL CURSO 2022-2023

  • Diciembre: Leemos un clásico de la literatura española, el Canto a Teresa de José de Espronceda. Os propongo leer una edición en la que se da voz a Teresa, sus emociones y pensamientos, a través de las magníficas ilustraciones de Antonio del Hoyo, quien consigue que este canto se convierta en un diálogo a dos voces. El libro es un objeto muy hermoso que os puede servir como un regalo personal para vosotros mismos de cara a la Navidad. Ha sido editado por la Editorial Deméter en 2022 y me he encargado personalmente del cuidado del texto. Aquellos que no tengáis acceso a esta edición, podréis manejar cualquiera de las que están disponibles en el mercado. En internet hay una buena edición aquí. 
  • Enero: Volveremos a una autora que algunos descubristeis hace unos meses cuando incluí su anterior novela como lectura, Yolanda Izard. En este caso, leeremos su reciente libro de relatos -acaba de salir a la venta-, que no nos dejará indiferentes: Solo triste de oboe (Castilla ediciones, 2022). 
  • Febrero: Otro regreso después de la buena impresión que nos dejó en su día: El rigor de los signos. Notas para Pedro Aizpurúa, 2019-2020, del Premio Nacional de la Música y excelente escritor, Diego Fernández Magdaleno (Editorial Fuente de la Fama, 2022).

Se admiten propuestas de marzo a junio, recordando que este club de lectura busca autores ya fallecidos y autores vivos y que procura leer todo tipo de géneros, pero siempre con la condición de que la obra esté escrita en español y que se pueda adquirir fácilmente o estar disponible en internet en buenas ediciones.

EL CLUB DE LECTURA

 El Club de lectura de La Acequia y ALUMNI UBU es un proyecto sin ánimo de lucro en el que todos los colaboradores realizan su aportación de manera generosa.

Su independencia garantiza que no recibe ningún tipo de influencia de editoriales ni de otros sectores relacionados con el mundo del libro que suelen orientar, a veces en exceso, la lista de lectura y los eventos que se organizan. Hay otros aspectos del club que inciden en la misma línea: se alternan obras de autores vivos con clásicos de la literatura y se lee siempre en lengua original (español). Se pretende, por lo tanto, huir de modas y no dejar fuera de la lista de lecturas anual clásicos de la literatura en español de necesaria lectura o relectura. Aunque nace del impulso de un profesor universitario, procura siempre extender sus actividades a la sociedad general organizando todo tipo de actos abiertos al público y no caer en el academicismo. 

El objetivo fundamental es promover la lectura colectiva de los textos sugeridos de tal manera que las aproximaciones individuales se vean enriquecidas con las opiniones del grupo. 

Una de las características más resaltables del Club de lectura es el uso de las nuevas tecnologías desde su inicio hasta el presente. Nació en el seno de la tecnología 2.0 y usando todas las posibilidades de internet. Su extensión al formato presencial permite a los matriculados en ALUMNI UBU utilizar el formato virtual como ayuda, enriqueciendo la experiencia lectora. 

De hecho, hasta donde nos es posible conocer, es el club de lectura más antiguo en español con este formato que aprovecha todas las posibilidades de internet y las redes sociales.

Uno de los resultados del club de lectura, gracias a su presencia en internet (blogs y redes sociales), es que permanece como guía de lectura de los libros comentados para todos los interesados y lo hace de manera gratuita y en abierto. Es decir, es posible seguir comentando e intercambiando opinión sobre los libros tratados incluso tiempo después del tiempo de lectura porque los autores de los blogs participantes permiten comentarios nuevos.

Hay que resaltar que el acceso al Club de lectura es libre y se produce a través de internet por estos canales:

  • Blog La acequia ( http://laacequia.blogspot.com/ ). Las entradas correspondientes al club de lectura suelen publicarse los jueves durante el curso académico y tienen su propia etiqueta ( https://goo.gl/yRhKJz ). En ellas se encuentra un comentario de la obra a leer y el resumen de las aportaciones de los otros participantes en la lectura que tienen blogs propios. Muchos de ellos son fieles desde su inicio, otros se han incorporado en momentos concretos por el interés que les ha despertado una lectura. 
  • Página en Facebook del Club de lectura ( https://goo.gl/7ubffQ ) y de Pedro Ojeda Escudero ( https://www.facebook.com/pedro.ojedaescudero ). 
  •  Etiqueta propia en Twitter (#ClubdelecturadeLaAcequia). 

En todos estos formatos se puede participar con aportaciones en las páginas y perfiles propios, comentando en los de los participantes o siguiendo la lectura en silencio. Hay testimonios de muchas personas que dicen haberles sido útiles estas lecturas a pesar de no haber comentado nunca o recomendaciones de seguimiento que los autores leídos hacen a sus lectores para que comprendan mejor sus libros. El índice de participación activa es muy estable desde hace años y el de seguimiento de las lecturas ha crecido notablemente, aunque varía según los títulos, como es lógico. 

Es frecuente que los autores leídos participen con comentarios en alguna de las redes sociales en los blogs de los participantes. Así lo han hecho, por ejemplo, Óscar Esquivias, Laura Castañón, Sara Mesa, Juan Cavestany, Diego Fernández Magdaleno, Miguel Ángel Santamarina, Fernando Aramburu, Care Santos, José Manuel de la Huerga, José Luis Cancho, Ángel Vallecillo, etc. Esto ha permitido crear entre todos un espacio de encuentro entre los autores y sus lectores. Hemos de destacar que varios de los autores que han participado activamente en el club son premios de la crítica nacional o premios de la crítica de Castilla y León, también un premio nacional de la música, etc. 

El ambiente en el Club de lectura es de respeto, colaboración y ayuda entre todos los participantes. Nunca se ha producido un hecho que haya exigido borrar comentarios ni llamar la atención a nadie por el uso de expresiones poco adecuadas.

Origen del Club de lectura de La Acequia

 El Club de lectura de La Acequia comenzó el jueves 24 de abril de 2008 con la primera lectura colectiva del Quijote realizada en el mundo con los medios de la web 2.0. Esta iniciativa de lectura de la novela cervantina permanece abierta para aquellos que quieran sumarse a ella en cualquier momento ( https://sites.google.com/site/lecturadelquijote/ ) y puede usarse como la única guía de lectura completa del Quijote disponible hoy en internet, con licencia Creative Commons 4.0. En la página citada puede completarse la información.

El éxito del proyecto impulsó el lanzamiento de uno de los clubs de lectura más antiguos en internet en español, gratis y en abierto. Durante el curso académico se propone la lectura de un título al mes, de todos los géneros: narrativa, poesía, teatro y ensayo. Se alternan autores clásicos con autores vivos y por él han pasado títulos de Miguel de Cervantes, Óscar Esquivias, Gustavo Adolfo Bécquer, Eduardo Mendoza, Valle-Inclán, Lope de Vega, Juan Cavestany, Almudena Grandes, Pío Baroja, Lorenzo Silva, Antonio Machado, Miguel Delibes, Jesús Carrasco, Benito Pérez Galdós, Antonio Muñoz Molina, Pablo Neruda, Laura Castañón, Gonzalo Torrente Ballester, María Teresa León, Leandro Fernández de Moratín y José Luis Sampedro, Avellaneda, Carmen Laforet, José Antonio Abella, Carmen Martín Gaite, Mario Vargas Llosa, Antonio Muñoz Molina, Fermín Herrero, Núñez de Arce, Diego Fernández Magdaleno, José Jiménez Lozano, Pedro Calderón de la Barca, Emilia Pardo Bazán, José Cadalso, Sara Mesa, Mariano José de Larra, Miguel Ángel Santamarina, Miguel de Unamuno, Marina Perezagua, Fernando Aramburu, Chaves Nogales, Care Santos, Luis Ángel Lobato, José Manuel de la Huerga, María de Zayas, Leandro Pérez, José Zorrilla, Juan Rulfo, Manuel Fernández Álvarez, Ángel Vallecillo, José Luis Cancho, Rafael Azcona, García Márquez... El listado completo de títulos puede consultarse en la columna derecha del blog La Acequia.

 La ventaja de este club de lectura es que es absolutamente voluntario. Nadie tiene más pretensión que el de la lectura en común de las obras y el encuentro con los autores que quieren acompañarnos. No depende de ningún interés editorial y, por lo tanto, aquí no se lee bajo presiones comerciales o modas. Quien quiere sumarse a la lectura y a las actividades que programamos a lo largo del curso es bienvenido y puede hacerlo en parte del listado anual o en su totalidad, compartiendo con todos sus opiniones -que no tienen por qué ser siempre positivas- o en silencio, como guía de lectura personal. Y, además, al leer un libro al mes puede hacerse compatible con cualquier plan de lectura personal o con los propuestos por otros clubs de lectura.

 Desde el año 2011 cuenta con dos formatos:

  • El club de lectura virtual, al que pueden sumarse libremente todos los aficionados a la literatura. En el blog La Acequia, se publican todos los jueves entradas comentando diferentes aspectos del libro del mes, más un resumen de las noticias de las lecturas en las que se enlazan los blogs del resto de los participantes. También puede seguirse el club de lectura a través de comentarios en las entradas correspondientes o como meros lectores o participando en las redes sociales en las que está presente, como se ha señalado. 
  • El club de lectura presencial, sostenido por ALUMNI UBU (antes, Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos), que se reúne una vez al mes para comentar el título correspondiente. Se programan también encuentros con los autores de las obras (hasta ahora se han celebrado sesiones con Laura Castañón, José Antonio Abella, Fermín Herrero, Diego Fernández Magdaleno, Jaime Covarsí, Miguel Ángel Santamarina, Care Santos, Leandro Pérez, etc., y viajes a los espacios de algunas de las obras leídas (El hereje y Don Juan Tenorio nos llevaron a Valladolid, El río que nos lleva a Aranjuez, las Crónicas de la guerra de África a Tánger, con Cervantes y Jaime Covarsí viajamos a Alcázar de San Juan y Campo de Criptana y con la biografía de  la reina Juana I de Manuel Fernández Álvarez nos acercamos a Tordesillas, etc.). Este segundo formato tiene plazas limitadas y hay que inscribirse al comienzo de cada curso, siendo necesario asociarse en Alumni Ubu. En la página de la asociación puede encontrarse el formulario para inscribirse como miembro del club presencial, solo con la finalidad de ocupar las plazas de las que dispone normalmente un club de lectura.

A lo largo del curso, el club programa diferentes eventos en abierto (viajes, encuentros con autores, presentaciones de libros, visitas a espacios relacionados con la cultura, etc.) y todos los interesados pueden acudir hasta cubrirse las plazas. También se han programado sesiones conjuntas con otros cursos organizados por ALUMNI UBU como el de historia y el de danza.

Las buenas relaciones del club de lectura con instituciones privadas y públicas han permitido colaboraciones puntuales con la Feria del libro de Burgos, la Universidad de Burgos, el Ayuntamiento de Burgos, el Museo de la Evolución Humana, el Instituto de la Lengua Castellano y Leonés, el Museo del Libro de Burgos, el Instituto Cervantes, la Casa Museo José Zorrilla de Valladolid, la ONG SBQ Solidario, la Biblioteca Pública de Burgos y un largo etcétera. También tiene relación directa con Valladolid Letraherido, el programa literario del Ayuntamiento de Valladolid.

Para la selección de los títulos se han seguido varios criterios a lo largo de estos años: votaciones públicas en las redes sociales, recogida de sugerencias, listados elaborados por el director, procurando siempre la variedad.

Nuestra imagen


La imagen del club es muy expresiva y elocuente. Se trata de una mujer que lee, en concreto una maestra que lee: la figura de la maestra, su género femenino en homenaje a que la mayor parte de los participantes en los clubs de lectura son mujeres, su forma de darse a la sociedad. Es una de las figurillas encargadas a la artista artesana Francheska con motivo de la proyección de la premiada película documental Las maestras de la República, que se daba a los que contribuyeran a su difusión, como fue el caso del Club de lectura, al que se distinguió haciéndole entrega de esta figurilla (todas las figurillas son diferentes).


ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

Recojo en estas noticias las entradas que hayan publicado los blogs amigos (si me he olvidado de alguien, agradezco que se me avise). Entrada del Club de lectura cada jueves (salvo casos no tan excepcionales), en este blog.



miércoles, 19 de octubre de 2022

Canto a Teresa de José de Espronceda ilustrado por Antonio de Hoyos (editorial Deméter)

 


Este jueves 20 de octubre estamos de enhorabuena en el programa Valladolid Letraherido. Presentamos el lanzamiento de la editorial Deméter, afincada en Valladolid, un proyecto de Montserrat Ruiz que merece todos los elogios. Su finalidad inicial es la publicación de textos breves de literatura gótica ilustrados por artistas actuales en volúmenes de calidad exquisita, pero asequibles a la mayoría de los bolsillos. Por literatura gótica hemos de entender aquella que se extendió desde finales del XVIII hasta principios del XX y que tenía como temática central el terror y la muerte, que se cruzaba frecuentemente con el amor, textos que no han perdido su vigor para el lector actual, como demuestra la permanencia de algunos de ellos en sus revisiones cinematográficas y en ediciones populares. Son textos que no dejan indiferente al lector, que lo conmocionan y le hacen visitar las emociones más intensas. Los ilustradores no se limitarán a acompañar el texto, sino que buscan dialogar con él, lo que aporta una lectura poderosamente actual. Hay un amplio público que gusta de este tipo de libros ilustrados (de la forma en la que debemos entenderlo hoy: ilustraciones que ocupan páginas enteras, que envuelven los textos y que predisponen a una adecuada lectura y que no se limitan a ser viñetas ilustrativas), al que este proyecto sumará los lectores de este tipo de textos. Estos libros están pensados para el lector adulto, pero a mí me gustaría que se incorporan también los adolescentes y los jóvenes, consumidores de una literatura neogótica de escasa calidad producida con una única finalidad comercial y que se limitan a copiar los parámetros establecidos en la época romántica, en los que se proponía toda una contestación a los valores sociales establecidos. En el listado de la colección habrá autores conocidos y algunos que supondrán una grata sorpresa, especialmente algunas escritoras que son ignoradas en los manuales de literatura canónicos.

Arranca la colección con el Canto a Teresa de José de Espronceda (1840), cuyo texto he revisado minuciosamente para esta edición en los aspectos ortográficos para ajustarlo al presente. Espronceda (Almendralejo, 1808-Madrid, 1842) incluyó este texto como el segundo canto de El diablo mundo, un magno proyecto inacabado publicado entre 1840 y 1841. Todavía hoy la crítica debate sobre este proyecto, su significado y su calidad poética, sin darse cuenta de que el valor del mismo está -además de en algunos momentos absolutamente brillantes en versos que se han fijado en la memoria colectiva- en la diversidad de su tono, que camina desde el prosaísmo hasta el mayor de los lirismos, desde lo retórico a la sencillez, desde lo filosófico a la banalidad; en la mezcla de todos los elementos en un conjunto jamás experimentado en la poesía española y que tomaba como modelos a Goethe, Byron y Voltaire.

La Teresa del título es Teresa Mancha, con la que Espronceda protagonizó una apasionada historia de amor que supuso uno de los grandes escándalos de la época. Se conocieron muy jóvenes en 1827 bien en Lisboa bien en Londres, en uno de varios los exilios a los que se vieron condenados los liberales españoles bajo el ignominioso reinado de Fernando VII. Pronto surgió el amor, pero Teresa cedió a las presiones familiares y se casó en 1829 con el comerciante Gregorio de Bayo para salvar a su familia de la penosa situación económica en la que se encontraba, según parece. El matrimonio tuvo dos hijos y se trasladó a París. Allí apareció Espronceda en concierto con ella y los dos amantes se fugaron juntos. En 1833 regresaron a España aprovechando el decreto de amnistía y guardaron las convenciones sociales viviendo en casas separadas, aunque su relación era conocida por toda la sociedad. El 11 de mayo de 1834 nacería Blanca, hija de ambos, que terminó casándose con el escritor Patricio de la Escosura. Sin embargo, la inestabilidad de Espronceda, las presiones de la moral dominante, la continúa participación de Espronceda en la conflictiva vida política española del momento y -no debe esconderse- las relaciones del escritor con otras mujeres, provocaron que Teresa lo abandonara definitivamente en 1836 afrontando una vida con muchas carencias hasta su fallecimiento en 1839. El anecdotario cuenta que Espronceda contempló el cadáver de su amada a través del ventanuco de la humilde casa en la que ella pasó sus últimos tiempos. Sobre la vida de Teresa Mancha siempre es recomendable la lectura de Teresa, la biografía que escribiera sobre su vida Rosa Chacel por encargo de José Ortega y Gasset, publicada en 1941.

Espronceda incluyó el Canto a Teresa en El diablo mundo, advirtiendo al lector que podía saltarlo porque no tenía nada que ver con el resto del conjunto. Es una ironía más de las muchas que contiene este proyecto inacabado, porque el Canto a Teresa tiene una fuerte unidad en el yo poético -que juega siempre a confundir la figura del autor con la del narrador-, en el enfrentamiento absoluto contra un mundo lleno de corrupción y vicio, sin respeto a nada, y en el uso de la ironía. El texto juega con todo eso y con un fuerte desgarro. La apasionada relación con Teresa sangra todavía, pero también hay rencor, una mezcla tremendamente humana en la que el dolor se suma a la acusación a Teresa de haber pecado contra el amor. El mundo está lleno de corrupción para Espronceda, solo en la pureza del amor está la verdad que puede salvar, pero el amor también se corrompe cuando se niega. Espronceda, como todos los buenos románticos, propugnaba el absoluto de los valores.

Por todo lo dicho hay que admirar más las ilustraciones de Antonio del Hoyo. Aparte de su calidad, sugiere de una forma muy atractiva un mundo lleno de goticismo romántico que se comprende muy bien desde la reactualización del género desde hace unos años, pero hace algo más de manera muy inteligente, sutil y acertada: sus dibujos dan voz a quien no la tiene en el texto de Espronceda, dan voz a Teresa y cuentan la historia desde su perspectiva, desde su fortaleza como mujer que rompe con todos los convencionalismos sociales por amor en un tiempo en el que no era nada frecuente, que afronta todo y que acepta la vida que le depara su decisión. En este juego entre texto e imagen, podremos observar el desgarro del poeta lleno de amor y rencor y la fortaleza de una mujer a la que su decisión de amar le lleva al extremo final.

La presentación de este título no podría tener mejor lugar. Se realizará en la Casa Museo Zorrilla, la casa natal de uno de los grandes poetas del romanticismo español, admirador de Espronceda.

Se emitirá en directo a través de la página de Facebook de la Casa de Zorrilla.

lunes, 18 de noviembre de 2013

la delicada flor de tu hermosura



José de Espronceda se sitúa frente a la tumba de la amada (ante mis ojos la funesta losa) y hace nacer la elegía amorosa moderna. Ya no se esconde detrás de pseudónimos como en su modelo, Garcilaso de la Vega. Este, en la Égloga I se disfraza de Salicio y Nemoroso, pastores, para cantar primero al amor perdido (Galatea) y luego a la amada muerta (Elisa) que son, como explicó Rafael Lapesa, dos trasuntos de la misma persona en diferentes estados de su relación con el poeta. A pesar de la honda emoción de la égloga que construirá para la literatura española el proceso de duelo que tomará, entre otros, Antonio Machado en Campos de Castilla, Garcilaso debe encubrir por convencionalismo artístico y social, los nombres.

Espronceda, en el Canto a Teresa, da un paso sustancial. Teresa y él habían vivido una apasionada historia de amor, tan gratificante como dolorosa (como todas las historias de amor pasional). Unos meses después de que ella rompiera con el poeta porque no podía soportar más la presión social por haber abandonado a su marido, muere. Espronceda se enfrenta al mundo y su hipocresía y lanza ese certero dardo que es el Canto a Teresa. Este poema es mucho más importante de lo que nos parece ahora: usa una estrofa clásica -la octava real- para romper la tradición desde dentro. No hay mejor forma de hacerlo. Hasta cuando aporta los ejemplos de la Antigüedad necesarios en una elegía los escoge entre aquellos que se suicidan en defensa de su propia libertad. Y sabe ponerse en el lugar de la amada muerta y trasmitirnos el sufrimiento de una mujer a la que la sociedad hace culpable por amar al poeta y no a aquel con quien la casaron (¿quién, impío, / ¡ay!, agostó la flor de tu pureza?). La sociedad le hizo el vacío a Teresa hasta el punto de que ella no pudo con tanto sufrimiento (Roída de recuerdos de amargura, / árido el corazón, sin ilusiones, la delicada flor de tu hermosura / ajaron del dolor los aquilones), sus propios hijos le negaron el nombre de madre. 

Hoy quizá no podemos comprender esta tragedia de la mujer a la que se le impedía estar con la persona amada y que si decidía romper con todos los convencionalismos era considerada una apestada: la sociedad le daba la espalda, le arrebataban a los hijos, nadie le dirigía la palabra. El hombre no sufría las mismas consecuencias (como también ocurre en Anna Karenina de Tolstói, escrita años depués que el poema de Espronceda) y hasta esto mismo reconoce Espronceda en sus versos. Y después de destrozar a la mujer, hasta la muerte, el mundo sigue girando, hipócrita y ajeno al dolor causado:

¡que haya un cadáver más qué importa al mundo!

Quizá no nos demos cuenta hoy de todo el significado del Canto a Teresa, que es una de las acusaciones más contundentes contra la hipocresía del mundo, pero nadie había cantado antes el dolor de una mujer concreta a la que se le impide amar como Espronceda.

miércoles, 28 de abril de 2010

Rumor en Salamanca


En Salamanca, la gente se junta en corrillos para comentar que, por la noche, el diablo se ha llevado a Félix de Montemar.

A esa hora incierta en la que los que agotan la noche se encuentran con los que marchan a trabajar temprano el rumor es insistente. El diablo ha venido en forma de mujer ,vestida con telas vaporosas, tan finas que apenas ocultaban el cuerpo seductor en el que el estudiante vio un reto más de los muchos que había vencido a lo largo de su vida. No pudo contenerse don Félix, le arrastró todo lo que era y a lo que no estaba dispuesto a renunciar: siguió aquel fantasma hasta apurar la muerte, abrazado a él.

En cada relectura de El estudiante de Salamanca (1837) pienso que Espronceda hoy hubiera sido un autor de éxito: tiene todo para ser nuestro contemporáneo, incluso los avatares biográficos. Esta obra, que recogía las diferentes tradiciones del seductor y las mezclaba con la literatura gótica y una pizca de sorna romántica, construye como pocas un ambiente y un personaje rotundos. Don Félix de Montemar, a diferencia del Don Juan Tenorio de Zorrilla no se enamora: no puede hacerlo. Por eso mismo es capaz de jugarse a una carta o a los dados no sólo el retrato, sino a la misma dama que acaba de morir por su culpa, junto a su propia vida. Quizá hoy se entienda de otra manera su forma de hablar de la muerte de Elvira que cuando Espronceda lo escribió:


Era vuestra hermana hermosa:
la vi, me amó, creció el fuego,
se murió, no es culpa mía;
y admiro vuestro candor,
que no se mueren de amor
las mujeres de hoy en día.

La clave está en que, por suerte, la mujer hoy -al menos en nuestra cultura- es libre de amar y de decidir con quién quiere o no quiere estar y cuándo y por lo tanto cuando es burlada hay dolor, pero no pecado social. Por eso, lo que dice don Félix de Montemar hoy se entiende de otra manera: pero si lo vemos con su sombrero, capa, espada y botas altas sabemos de lo que habla. Aunque parezca que las pasiones son universales, no lo son, no pueden serlo porque siempre hay una parte cultural en lo que sentimos.

El estudiante de Salamanca tiene una buena película dentro que alguien debería saber encontrar: tendría éxito porque el primer borrador del guión es inmejorable. El personaje de don Félix es un regalo para cualquier galán joven que sepa cómo sumar la palabra seductora y el gesto arrogante:


Galán de talle gentil,
la mano izquierda apoyada
en el pomo de la espada,
y el aspecto varonil:
Alta el ala del sombrero
porque descubra la frente,
con airoso continente
entró luego un caballero.

No sería muy difícil tener éxito porque este tipo de literatura hoy es la que se lee mayoritariamente: pasiones desbordadas, acción, personajes en el límite de la existencia, historias de fantasmas. ¿Por qué no se lee hoy El estudiante de Salamanca cuando leemos cosas de menor calidad que repiten muchos de sus hallazgos?

Quizá sólo le faltó a Espronceda comprender, como se hacía ya en otras literaturas europeas, que el futuro de estas historias no era el verso sino la prosa. A él y a Zorrilla hoy estaríamos leyéndolos en el metro si en la España del momento no hubiera pesado tanto la tradición del poema narrativo. Escribieron para ser declamados y hoy nadie declama ni lee en alto la poesía. Pero merece la pena adentrarse por estos versos y dejarse llevar. Si lo hiciéramos más no nos sorprenderían tanto algunos autores de ahora.

miércoles, 8 de octubre de 2008

El fin de mi camino será donde yo me pare. Espronceda en Cuéllar.


Hoy he participado en las actividades programadas por el Ayuntamiento de Cuéllar con motivo del bicentenario del nacimiento de José de Espronceda. Mi charla, dirigida a alumnos de Bachillerato, no ha podido darse en mejor lugar: el Instituto Duque de Alburquerque, ubicado en el Castillo de Cuéllar, lugar en el que Espronceda sitúa su novela histórica Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar, una de las mejores de este género en el romanticismo español. Como sabemos, Espronceda pasó allí una temporada, al ser desterrado de la Corte por motivos políticos. La titulé ¿Por qué leer a Espronceda hoy?

Pertenezco a una generación que despreció al romanticismo español y a sus autores. En especial, a los más populares. Y Espronceda fue uno de los más populares. Todos aprendíamos de memoria la Canción del pirata hasta no darnos cuenta de sus palabras. Hubo un tiempo en el que nos enseñaron a despreciar este poema o el Don Juan Tenorio de Zorrila. Debíamos huir de esta literatura si queríamos ser considerados buenos lectores. Y, como sabe todo director de escena, montar un Don Juan es enfrentarse con los propios demonios: conocemos sus defectos y sus ripios, pero no podemos dejar de ser arrastrados por su eficacia, por su brillantez y por su éxito asegurado.

De tanto despreciar la literatura popular, hemos conseguido que la gente no lea. Cuánto daño hemos hecho los profesores de literatura a la literatura al no darnos cuenta de que no todo el mundo tiene que leer sólo a los más importantes autores en el canon de la excelencia.

¿Por qué, entonces, leer a Espronceda hoy? Porque a nosotros nos lo explicaron mal. Eran más tópicos los argumentos académicos con los que se despreciaba al romanticismo español que los mismos románticos. Los investigadores llevamos años revisando todo aquello y aun nos queda labor por hacer.

Leer a Espronceda no significa que debamos escribir como él. Leer bien a Espronceda es encontrar las claves de un artista que supo, como ninguno, resaltar la raíz de un tiempo. En su obra se halla la esencia de una época en transformación convulsa: en política, en sociedad, en cultura. Una época que supo formular, como principio, la libertad del individuo: la radical proclama de individualidad. Sin embargo, una vez afirmado el individuo y su relación conflictiva con la sociedad -y con la historia y su tiempo presente-, éste volvía los ojos a su época y tomaba partido en un sentido u otro. Definieron, como pocos, que el concepto de compromiso sólo podía partir de esa radical afirmación de que el individuo era, por vez primera, dueño absoluto de su destino.

Espronceda supo resumirlo en una brillante frase que pronuncia el personaje tan atractivo de Usdróbal en Sancho Saldaña: El fin de mi camino será donde yo me pare.

Espronceda vivió en consonancia con este lema. En literatura su evolución le llevó desde sus primeros ensayos neoclásicos siguiendo a su maestro Lista -neoclásicos sólo en lo externo, como les pasó a muchos artistas españoles desde las décadas finales del siglo XVIII- hasta vislumbrar el cambio de estilo que se daba en toda Europa cuando redactó El Diablo Mundo, una obra tan poco leída hoy que su desconocimiento sólo habla de la desidia con la que tratamos nuestro pasado artístico, puesto que abrazamos como obras maestras muchas de inferior calidad sólo porque proceden de otras lenguas cuyos estudiosos han sabido explicarlas mejor.

¿Por qué estos jóvenes deben leer a Espronceda? Porque está muy próximo a ellos: la libertad, la afirmación individual, la experimentación en la vida y en el arte, la pasión sin límite.

Comenté pasajes de El Estudiante de Salamanca y la tan desconocida, por repetida, Canción del pirata. Un joven que no subscriba el emblema del protagonista, se ha hecho viejo antes de tiempo:

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Me he sentido muy bien entre estos jóvenes. Espero que haya sido mutuo. Agradezco a Carmen, Concejala de cultura de Cuéllar su trato atento. Entre el público se hallaban dos antiguos compañeros de estudios, Jesús y Loli. Entre ellos, me he vuelto a sentir joven.

sábado, 10 de mayo de 2008

La viuda negra. (El deseo suicida.)

Hemos salido con fondo negro, Javier que, en realidad, es frente.
En ocasiones, nuestro deseo se centra sobre lo que nos destruye. En obsesión patológica, el impulso nos conduce, de forma irremediable, hacia el abismo. El romanticismo construye una buena parte de su estética para explicar esa tendencia a despeñarse en las pasiones aun a sabiendas de a dónde conducen: no importa, hay que agotar hasta el último trago de ese veneno porque uno se aprecia en la pira del ansia.
A veces, el deseo anula la libertad hasta el punto de que no somos conscientes de que aquello que nos atrae nos debilita y anula. Otras veces, lo mantenemos como estandarte de nuestra libertad: preferimos el riesgo de la destrucción antes que apartarnos de nuestros impulsos. Don Félix de Montemar, el protagonista de El estudiante de Salamanca (1840) de Espronceda lo hace al decidirse a perseguir a la dama misteriosa que se le aparece en la Calle del Ataúd:

Y aun cuando imposible sea,
y fuerais vos Satanás,
con sus llamas y sus cuernos,
hasta en los mismos infiernos,
vos delante y yo detrás,
hemos de entrar, ¡vive Dios!
Y no cede ni siquiera a sus advertencias funestas:

-Hay riesgo en seguirme. -Mirad ¡qué reparo!
-Quizá luego os pese. -Puede que por vos.
-Ofendéis al cielo. -Del diablo me amparo.
-Idos, caballero, ¡no tentéis a Dios!

-Siento me enamora más vuestro despego,
y si Dios se enoja, pardiez que hará mal:
véame en vuestros brazos y máteme luego.
-¡Vuestra última hora quizá esta será!...

Dejad ya, don Félix, delirios mundanos.
-¡Hola, me conoce! -¡Ay! ¡Temblad por vos!
¡Temblad, no se truequen deleites livianos
en penas eternas! -Basta de sermón,

que yo para oírlos la cuaresma espero;
y hablemos de amores, que es más dulce hablar;
dejad ese tono solemne y severo,
que os juro, señora, que os sienta muy mal;

la vida es la vida: cuando ella se acaba,
acaba con ella también el placer.
¿De inciertos pesares por qué hacerla esclava?
Para mí no hay nunca mañana ni ayer.

Si mañana muero, que sea en mal hora
o en buena, cual dicen, ¿qué me importa a mí?
Goce yo el presente, disfrute yo ahora,
y el diablo me lleve si quiere al morir.

Ahora somos más modestos que los románticos, pero siempre nos ha atraído lo fatal en el otro o la otra (la mujer fatal, el burlador; la seducción de los vampiros que conducen de forma elegante hacia la noche) sin importarnos las consecuencias que sobre nuestra vida tiene o sin que podamos hacer nada para evitar ser atrapados en ese deseo corrosivo. Muchos sólo juguetean pero no se atreven a volcarse. Cuando das un paso de más, ya estás irremediablemente perdido: tu impulso te lleva hacia un agujero sin fondo. Sé de personas que viven siempre sus historias de amor despeñándose. En lo inevitable ya, unos profieren gritos para que los salven. Es más elegante, sin duda, apurar las sensaciones hasta el último aliento de nuestra vida, bien con altanería, bien con la elegancia que el tópico atribuía a los británicos.

Me veo, a veces, empujado a un agujero negro provocado por mi pasión hacia una mujer, mientras en la nave espacial que navega sin control, suena la música más amada y tomo mi última copa del mejor coñac. En definitiva, hasta allí he conducido mi vida. Sólo hay que ajustarse correctamente la pajarita del esmoquin.