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jueves, 18 de enero de 2018

Pedro Páramo de Juan Rulfo y noticias de nuestras lecturas


Es mejor entrar por vez primera en Pedro Páramo sin consultar previamente la mucha y profunda bibliografía que existe sobre esta novela de Juan Rulfo (1917-1986) y acudir a ella con posterioridad para cotejar lo previamente interpretado o pensado. Entrar como lector desprevenido para dejar que te cambie desde la primera línea y te vaya situando en un territorio que se va adensando en su significado párrafo a párrafo.

La voz narradora se muestra seca desde el principio, facilitando los datos de la historia con una secuencia medida que atrapa al lector. En efecto, aún no sabemos quién es ese personaje que busca a su padre y lo acompañamos en su entrada en Comala en el calor más intenso de agosto. Todo parece tan seco como el aire: Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Este hijo que viene a buscar a un padre que no conoce para cumplir la última voluntad de su madre: Exígele lo nuestro...

Desde el principio, desde la primera frase, la novela tiene el aire de una tragedia clásica en la que un héroe tiene una misión que le obliga, un destino dado que le lleva a enfrentarse a grandes trabajos sin quizá garantía de éxito. Y acompañamos a este hombre que busca a su padre y que pronto sabe, por boca de un arriero que lo conduce hasta el pueblo, que Pedro Páramo murió hace muchos años pero ya no hay marcha atrás. Entra en Comala en mitad de ese aire ardiente de agosto.

El narrador busca su propia identidad al buscar a su padre. Y nos hace entrar en un mundo que pronto sabremos que está lleno de muerte y del que quizá ni él ni nosotros podamos volver a salir. Esta es la primera marca de la narración: tanto el narrador como los lectores somos ajenos inicialmente al mundo de Comala. Llegamos desde fuera y observamos todo con extrañeza. Ahora bien, quizá no seamos tan ajenos como pensamos. De hecho, quien nos conduce es hijo de alguien de allí, como el mismo arriero. Su padre ha sido definido con el abandono denunciado por la madre y con la frase que se pronuncia como una sentencia:

- ¿Quién es? -volví a preguntar.
- Un rencor vivo -me contestó él.

Queremos saber más de este Pedro Páramo, que es el padre del arriero y del narrador y de otros muchos, que es el dueño de todo pero está ya muerto. Quizá también tenga algo que ver con nosotros mismos y no nos deje indemnes como lectores. De hecho, la narrativa en español quedará marcada para siempre con lo que se nos propone en esta narración breve y cortante.

La lectura de Pedro Páramo nos llevará hasta el jueves 8 de febrero en estas entradas de los jueves, correspondientes al club de lectura.

Noticias de nuestras lecturas

Paco Cuesta encuentra la mejor manera de hincar el diente a Pedro Páramo: por derecho, introduciéndonos en las voces narrativas y en el espacio de la novela. No te puedes perder su entrada.

Gelu regresa con fuerza: nada menos que un índice de la obra, el comentario a la entrada y dos útiles enlaces a vídeos relacionados con Pedro Páramo...

Pancho escribe una magnífica entrada introductoria que me ahorra, en gran medida, la mía: allí encontraréis la labor profesional de Rulfo dedicada a la escritura, noticias sobre los títulos de sus obras y una inmejorable explicación de los primeros párrafos. Para no perdérsela.



En La noche que no paró de llover sigue Luz del Olmo que, en esta entrada, analiza la novela como comunicación de emociones con todo acierto.

Mª Ángeles Merino analiza el personaje de Feli de la novela de Laura Castañón junto a su amiga Austri y llega a unas conclusiones bien acertadas.



Termina Mª Ángeles Merino su crónica del encuentro con Leandro Pérez celebrado el martes 9 de enero en Burgos. Su entrada nos sirve para comprender su faceta de escritor y alguna de las claves de su novela, La sirena de Gibraltar.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
Información sobre el presente curso en el club en este enlace.

jueves, 11 de enero de 2018

La escritura como forma de conocerse en La noche que no paró de llover y noticias de nuestras lecturas con anuncio de la próxima.


A los lectores les gustará mucho la forma en la que los personajes indagan en su pasado. Todos, de una forma o de otra, recuerdan. Algunos parecen vivir obsesivamente en ese pasado (personal, familiar, social), otros lo utilizan como forma de establecerse en el presente. Laura Castañón mide bien los tiempos en la forma en la que da cuenta de los acontecimientos principales. Incluso aquellos que motivan el suspense -no solo el que desde el principio observamos en los párrafos en cursiva en el que se declara un asesinato que se resolverá casi al final de la novela-. La narración nos conducirá hacia los núcleos de las tramas y la forma en la que estas, que parecen no juntarse, se cruzan poco a poco hasta ir trenzando una historia principal con las ramificaciones que proceden del hecho de que cada uno de los personajes tiene su propia circunstancia. Como sucede en la vida.

En La noche que no paró de llover observamos dos estrategias de indagación en ese pasado: la conversación -amistosa, familiar o profesional en la terapia de Valeria-, en la que se inserta también el uso del monólogo interior, y la escritura. En la novela hay varios personajes que escriben para conocerse.

Emma redacta un diario -como muchos que había iniciado y abandonado- que quiere que sea el testimonio de la convivencia con Laia en su casa de Gijón, que llama intencionadamente, "nuestra casa de Richmond". Ese testimonio se convierte pronto en la indagación en sus propios temores, inseguridades y promesas futuras. Termina usando el diario como terapia personal que le permite superarse e incluso disciplinarse, cosa que le parecía imposible. Por el diario pasan todas sus incertidumbres sobre la vida en común con Laia pero también su relación de dependencia con su madre, un personaje al que teme y del que depende en gran medida y en el que terminará encontrando un inesperado aliado.

Feli y Guille quieren escribir (acuden a un taller de escritura en el que se conocen) y proyectan un libro común con la historia de una maestra de Nozaleda desaparecida o asesinada en la guerra civil. Este proyecto de escritura y sus labores previas de investigación terminará uniéndolos. También ayudándolos a superar sus miedos o, al menos a expresarlos, a partir del compromiso político con la memoria histórica. Por otra parte, la historia de la maestra cruzará sus vidas con el pasado de Valeria.

Finalmente, Valeria Santaclara, que también había escrito diarios y correspondencia abundantemente en su pasado, fijará por escrito sus recuerdos cuando no puede continuar la terapia presencial con Laia a causa de la baja de esta. Esta escritura, realizada con el mismo tono de la conversación en la consulta, es el núcleo de la historia y lo que conecta La noche que no paró de llover con Dejar las cosas en sus días. En ella, la escritura consigue el objetivo que se había propuesto puesto que desencadena los recuerdos más fácilmente y abre la puerta que le permite el conocimiento de su personalidad y una cierta expiación que le enfrenta a su propio sentimiento de culpa pero también, sin sospecharlo, al de su hermana fallecida.

En esta segunda novela de la tetralogía planteada por Laura Castañón y que se iniciara con Dejar las cosas en sus días se profundiza en ese descubrimiento del pasado complejo que a veces nos atenaza y nos impide seguir avanzando. A individuos, familias y sociedades. Veremos por qué caminos nos lleva la tercera novela, cuya publicación no tardará.


Noticias de nuestras lecturas

Paco Cuesta analiza la evolución del personaje de Valeria Santaclara de forma iluminadora. No te  lo pierdas, es una de las claves de la novela.

Agustín Merino, en el blog de su hermana, nos da una nueva muestra de su creatividad artística a partir de la lectura de La noche que no paró de llover.



Cuarenta y dos sorbitos lleva publicados Pancho sobre esta novela de Torrente Ballester que nos ocupó hace tiempo en el club. Y qué sorbos tan bien aprovechados. Aquí, además de Miguel Poveda podemos comenzar con un espiritista y comprender una de las cualidades de La saga / fuga de J.B.: la descripción de pequeños gestos que definen una situación y un personaje.

Encuentro de los lectores del pasado martes

Con Leandro Pérez el pasado martes día 9 de enero,
 en la Sala Polisón del Teatro Principal de Burgos
(fotografía de nuestro reportero Boni Sanz).

Con su entrada, Mª Ángeles Merino me ahorra el trabajo de resumir el encuentro del pasado martes con los lectores. Finalmente, no pudo acudir Laura Castañón por la amenaza del temporal que tenemos estos días. Ha prometido viajar a Burgos en cuanto sea posible organizar otro acto. Leandro Pérez, que jugaba en casa, sí acudió y supo defender el fuerte para hablar de La sirena de Gibraltar pero también de su forma de entender la escritura y otras muchas cosas. El acto duró más de una hora y resultó más que agradable para todos. Quiero agradecer al mucho público que acudió a la Sala Polisón a pesar de que la tarde se presentaba muy desagradable. Me sorprendió gratamente ver que la literatura convoca a las personas cuando el acto se organiza con cariño. También quiero agradecer la buena cobertura que dio al acto la prensa local, especialmente Diario de Burgos y Correo de Burgos.`

Anuncio de la lectura de Pedro Páramo de Juan Rulfo



Comenzamos la lectura de un clásico de la literatura en español, Pedro Páramo del mexicano Juan Rulfo (1917-1986). Solo dos libros bastaron al autor para situarlo entre los grandes escritores hispanoamericanos: El llano en llamas en 1953 (colección de diecisiete cuentos aparecidos con anterioridad en publicaciones periódicas) y Pedro Páramo en 1955. Seguidamente, escribió su segunda novela, El gallo de oro, que no se publicaría hasta 1980. Recibió el Premio Nacional de Literatura de México en 1970 y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1983.

El año pasado se cumplían cien años desde el nacimiento del autor, así que este próximo mes de mayo se cierran las celebraciones de su centenario. No basta con la efeméride. De vez en cuando hay que volver a Pedro Páramo y, aparte de disfrutar de su lectura, comprender las raíces de la poderosa narrativa hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX (La hojarasca se publicó en el mismo año, La ciudad y los perros en 1963; anteriores son Miguel Ángel Asturias y Manuel Mújica Laínez).

Espero que esta relectura os parezca interesante a los que ya hayáis leído la novela y la disfrutéis por primera vez aquellos que siempre la habéis tenido como pendiente.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
Información sobre el presente curso en el club en este enlace.

domingo, 7 de enero de 2018

Encuentro en Burgos con los escritores Leandro Pérez y Laura Castañón


Martes 9 de enero a las 17:00 hs.
Sala Polisón del Teatro Principal de Burgos.
Entrada libre hasta completar el aforo.

(Los miembros del club de lectura tendrán reservado asiento, 
por lo que ruego confirmación de asistencia a través del cauce habitual).

Dos autores muy diferentes nos han ocupado estas últimas semanas en el Club de lectura. Con el paréntesis del Don Juan Tenorio de José Zorrilla, hemos leído La sirena de Gibraltar de Leandro Pérez y ahora La noche que no paró de llover de Laura Castañón, dos títulos que abarcan a un público muy amplio y variado. Dialogar con ellos se presenta como una oportunidad de cruzar opiniones sobre la narrativa actual desde ángulos distintos y escuchar a dos escritores que se han consolidado en la literatura española con su segunda novela. Una gran ocasión para los lectores. Un buen regalo de Navidad que se puede completar con el encuentro con los autores y la firma de los libros. Como es costumbre en este club, cuando se celebra un encuentro de este tipo, lo haremos en abierto para todos los interesados. Os esperamos a todos, por supuesto. He de agradecer la generosidad de ambos y las facilidades dadas para programar este acto.




Leandro Pérez (Burgos, 1972) es escritor y periodista. Dirige Zenda una de las páginas literarias de internet más importantes en el ámbito del español. Su primera novela, Las Cuatro Torres (Planeta, 2014), llamó la atención de los amantes del género negro en España. Su segunda, La Sirena de Gibraltar (Planeta, 2017), le ha posicionado definitivamente en lo más alto de este tipo de narrativa. El protagonista de ambas, Juan Torca, es un hallazgo brillante como personaje literario pero no es la única virtud de estas dos novelas, bien trabadas en el argumento, ritmo narrativo y contextualización en la España contemporánea.




La asturiana Laura Castañón (Revallines, 1961) ha trabajado en medios de comunicación, como programadora cultural y desde los años ochenta ha dirigido talleres literarios y programas de animación a la lectura. Su primera novela fue Dejar las cosas en sus días (Alfaguara, 2013). Con La noche que no paró de llover (Destino, 2017) se ha consolidado como una escritora de novelas que atrapan al lector desde el inicio por la forma de contar grandes conflictos personales a través de la reconstrucción de la memoria personal, familiar y social. En las dos obras ha sabido resolver la complejidad de la estructura con la lectura agradable. La autora repite en estos encuentros puesto que ya se reunió con los lectores burgaleses en febrero de 2014.



El Club de lectura de La Acequia comenzó el jueves 24 de abril de 2008 con la primera lectura colectiva del Quijote realizada en el mundo con los medios de la web 2.0. Esta iniciativa de lectura de la novela cervantina permanece abierta para aquellos que quieran sumarse a ella en cualquier momento en este enlace y puede usarse como la única guía de lectura completa del Quijote disponible hoy en Internet, con licencia Creative Commons 4.0.


El éxito del proyecto impulsó el lanzamiento de uno de los clubs de lectura más antiguos en Internet en español, gratis y en abierto. Durante el curso académico se propone la lectura de un título al mes, de todos los géneros: narrativa, poesía, teatro y ensayo. Se alternan autores clásicos con autores vivos y por él han pasado títulos de Miguel de Cervantes, Óscar Esquivias, Gustavo Adolfo Bécquer, Eduardo Mendoza, Valle-Inclán, Lope de Vega, Juan Cavestany, Almudena Grandes, Pío Baroja, Lorenzo Silva, Antonio Machado, Miguel Delibes, Jesús Carrasco, Benito Pérez Galdós, Antonio Muñoz Molina, Pablo Neruda y Laura Castañón, Gonzalo Torrente Ballester, María Teresa León, Leandro Fernández de Moratín y José Luis Sampedro, Avellaneda, Carmen Laforet, José Antonio Abella, Carmen Martín Gaite, Mario Vargas Llosa, Antonio Muñoz Molina, Fermín Herrero, Núñez de Arce, Diego Fernández Magdaleno, José Jiménez Lozano, Pedro Calderón de la Barca, Emilia Pardo Bazán, José Cadalso, Sara Mesa, Mariano José de Larra, Miguel Ángel Santamarina, Miguel de Unamuno, Marina Perezagua, Fernando Aramburu, Manuel Chaves Nogales, Care Santos, Luis Ángel Lobato, José Manuel de la Huerga, María de Zayas, Leandro Pérez... El listado completo de obras puede consultarse en la columna derecha de este blog.

La ventaja de este club de lectura es que absolutamente voluntario. Nadie tiene más pretensión que el de la lectura en común de las obras y el encuentro con los autores que quieren acompañarnos. No depende de ningún interés editorial y, por lo tanto, aquí no leemos bajo presiones comerciales o modas. Quien quiere sumarse a la lectura y a las actividades que programamos a lo largo del curso es bienvenido y puede hacerlo en parte del listado anual o en su totalidad, compartiendo con todos sus opiniones -que no tienen por qué ser siempre positivas- o en silencio, como guía de lectura personal. Y, además, al leer un libro al mes puede hacerse compatible con cualquier plan de lectura personal o con los propuestos por otros clubs de lectura.

Desde el año 2011 cuenta con dos formatos:
 
  • El club de lectura virtual, al que pueden sumarse libremente todos los aficionados a la literatura. En La Acequia se publican todos los jueves entradas correspondientes al libro del mes, más un resumen de las noticias de las lecturas en las que se enlazan los blogs del resto de los participantes. También puede seguirse el club de lectura a través de comentarios en las entradas correspondientes o como meros lectores.  Súmate a la página del Club en Facebook en este enlace.  Si decides seguir la lectura publicando aportaciones en tu blog, te agradecería que me lo comunicaras para incorporarlas en las noticias semanales.
  • El club de lectura presencial, sostenido por Alumni Burgos (antes, Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos), que se reúne una vez al mes para comentar el título correspondiente. Se programan también encuentros con los autores de las obras (hasta ahora hemos celebrado sesiones con Laura Castañón, José Antonio Abella, Fermín Herrero, Diego Fernández Magdaleno, Jaime Covarsí, Miguel Ángel Santamarina o Care Santos y viajes a los espacios de algunas de las obras leídas (El hereje y Don Juan Tenorio nos llevaron a Valladolid, El río que nos lleva a Aranjuez y las Crónicas de la guerra de África a Tánger, con Cervantes y Jaime Covarsí viajamos a Alcázar de San Juan y Campo de Criptana). Este segundo formato tiene plazas limitadas y hay que inscribirse al comienzo de cada curso, siendo necesario asociarse en Alumni Ubu.


ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.


jueves, 4 de enero de 2018

La reconstrucción de la memoria en La noche que no paró de llover y noticias de nuestras lecturas


Laia abre su consulta psicológica en el mismo piso que, años atrás, era el domicilio familiar de los Santaclara. Valeria lo recuerda varias veces en sus sesiones de terapia porque el despacho ocupa lo que fuera la habitación que compartía con su hermana Gadea: Venir a esta casa, a mi habitación, tiene algo de increíble, como de círculo que se cierra. En principio, el objetivo de la terapia no es otro que reunir el suficiente valor para abrir un viejo cuyo contenido, por otra parte, cree conocer. En el sobre, una inscripción: Para Valeria. El perdón. Pero la terapia -en parte por el poco rigor profesional de Laia a quien el ingreso semanal le viene muy bien; en parte por el interés que despierta la vida de Valeria y su necesidad de hablar con alguien puesto que todos los que conocía y podían comprenderla ya han muerto- deviene en una introspección sobre los recuerdos de esta, que necesita contar su vida hasta que llegue el momento de encontrar la clave que ordene todo lo que le sucede: Yo hablo y hablo, y en algún momento diré alguna cosa que abra la puerta. A través de estos recuerdos comprendemos el drama personal de Valeria, el conflicto entre lo que dice y la realidad, atada siempre a cumplir con las normas de lo que hay que hacer en la vida según una moral y unos principios que, a la vez, la han modelado y sostenido pero también encorsetado. De ahí otra forma de recuerdo: las pesadillas que sufre.

Esta reconstrucción de la memoria conecta La noche que no paró de llover con Dejar las cosas en sus días, la primera novela de la autora. No solo argumentalmente sino como estrategia narrativa. En ambas narraciones se halla la misma oscilación entre las situaciones contemporáneas y el pasado. Ambos tiempos se conectan porque aquel tiene una influencia decidida en varios personajes del presente, pero también en toda la sociedad. Desde este punto de vista es muy interesante cómo a través de los ojos de Valeria las plazas y las calles de Gijón se trasforman en la ciudad que fue antes y durante la guerra civil española.

Por eso mismo las varias referencias a las fotografías antiguas en la novela. Estas imágenes despiertan la memoria pero también la investigación histórica que llevan a cabo Feli y Guille en su proyecto de escribir una novela sobre la maestra de Nozaleda como parte del compromiso ideológico de la recuperación de la memoria histórica (nueva conexión con Dejar las cosas en sus días). Feli arriesga su puesto de trabajo para rebuscar en las posesiones que Valeria guarda en la habitación de la residencia y contemplar las viejas fotografías, intentando identificar a los personajes.  En Feli, además, se produce un angustioso choque con su presente y se plantea que el dolor de los recuerdos no puede dolor "como el gesto angustioso de su padre cada día".

La reconstrucción de la memoria, la forma en la que tenemos cada uno de contarnos nuestra propia historia y de relatarla a los demás -en una terapia, en una conversación, en la escritura de un diario-, se instala en el núcleo central de la novela, como en la de la vida de cualquiera de nosotros. También, claro, comprender cuánto pesa en el presente.


Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino, empujada por Austri, entra de lleno en la novela de Laura Castañón. Con todo el acierto, analiza los miedos de los personajes y su persecución de la felicidad... Sigue después con el comentario de la novela como un cruce de historias de mujeres.

Luz del Olmo inicia la lectura de La noche que no paró de llover lanzando las claves previas que espera hallar en la novela y planteándose preguntas para resolverlas más adelante...



Pancho regresa al mundo de La saga / fuga de J.B., la novela de Torrente que leímos hace tiempo y que él sigue degustando a sorbitos. En esta entrada comprobamos el juego paródico de Torrente... y termina con Aute, qué más se puede pedir...

Encuentro con los escritores Leandro Pérez y Laura Castañón

Leandro Pérez. (Fotografía de Jeosm tomada de la web del autor.)

Laura Castañón. (Fotografía tomada de la página de la editorial).

Dos autores muy diferentes nos han ocupado estas últimas semanas. Con el paréntesis del Don Juan Tenorio de José Zorrilla, hemos leído La sirena de Gibraltar de Leandro Pérez y ahora leemos La noche que no paró de llover de Laura Castañón, dos títulos que abarcan a un público muy amplio y variado. Dialogar con ellos se presenta como una oportunidad de cruzar opiniones sobre la narrativa española contemporánea desde ángulos distintos y escuchar a dos escritores que se han consolidado en la literatura española con sus segunda novela. Una gran oportunidad para los lectores. Un buen regalo de Navidad que se puede completar con el encuentro con los autores y la firma de los libros. Como es costumbre en este club, cuando se celebra un encuentro de este tipo, lo haremos en abierto para todos los interesados. Os esperamos a todos, por supuesto. He de agradecer la generosidad de ambos y las facilidades dadas para programar este acto.

Martes 9 de enero a las 17:00 hs.
Sala Polisón del Teatro Principal de Burgos.
Entrada libre hasta completar el aforo.

(Los miembros del club de lectura tendrán reservado asiento, por lo que ruego confirmación de asistencia a través del cauce habitual).



Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
Información sobre el presente curso en el club en este enlace.

jueves, 28 de diciembre de 2017

La felicidad en La noche que no paró de llover, noticias de nuestras lecturas y aviso del encuentro en Burgos con los escritores Leandro Pérez y Laura Castañón


Dos temas vertebran La noche que no paró de llover: la felicidad y la reconstrucción de la memoria. Ambos se conectan en la novela, como no puede ser de otra manera. Sin conseguir un pacto con la memoria propia y con la memoria social o histórica es imposible la felicidad verdadera, la más auténtica. Ambos temas estaban ya presentes en la primera novela de la autora, Dejar las cosas en sus días.  En el fondo, la felicidad primera y básica, aquella que nos suele construir por dentro y que añoramos siempre sucede cuando no hay memoria, es decir, en la infancia. Excepto, claro está, que nuestra infancia no haya sido feliz o no la recordemos como tal. Trataremos el segundo de los temas en la próxima entrada.

Desde que Laia entró en mi vida es como si yo hubiera empezado a hacer un máster en felicidad, escribe Emma en su diario (ese diario tan libre que nunca se logra someter al propósito inicial). De ahí que Emma, más insegura de sí misma de lo que parecía en inicio, vigile tanto el estado anímico de su pareja y cualquier cosa -una frase, un silencio, una reacción no habitual- le haga temer la pérdida de la felicidad conquistada que defiende con tanto temor. Emma se muestra frágil y dependiente, no se atreve a confesar a su madre que mantiene una relación con una mujer. Laia, por su parte, es feliz pero también lleva dentro elementos que pueden terminar con ese estado, incluso sin saberlo, como su sensación de no adaptarse a la vida en Gijón (llueve mucho, el ruido del mar le provoca insomnio, está insegura de su vida profesional).

Valeria Santaclara es diferente. Vive plácidamente instalada en la seguridad de que su vida es la correcta y quien no se ajuste a ella está equivocado. Le ha sucedido siempre, como sabremos a través de la indagación en su memoria que provoca la terapia psicológica con Laia. Al contrario que su hermana Gadea, que vivía permanentemente en la sinceridad de las emociones y era capaz de la felicidad, ella mantiene un simulacro de felicidad que se basa en la ignorancia, el desprecio y la ocultación. Representa a un prototipo de mujer de clase social acomodada que nunca tuvo que esforzarse para comprender el mundo porque se basaba en unas rígidas normas que le servían para delimitarlo, es una persona de orden y se instala siempre en esos principios morales... Por eso mismo el lector irá comprendiendo su insatisfacción interior y la envidia que tenía a su hermana...

Feli, la mujer que limpia las habitaciones en la residencia en la que vive Valeria, es otro ejemplo claro de la temática de la felicidad en la novela. Su nombre completo, Felicidad, se acortó definitivamente el día en el que su infancia feliz fue cortada bruscamente al conocer que su madre había muerto y su padre quedaba en una silla de ruedas para siempre a consecuencia de un accidente de circulación. Y desde entonces no ha vuelto a conocer la verdadera felicidad y por eso se agarra a las pocas circunstancias que se le presentan en la vida y que pueden dársela (el taller literario en la librería de Rafa; la relación que mantiene con Guille).

Diferentes maneras de sentir el tema de la felicidad. ¿Somos capaces de ser felices más allá de nuestros miedos, de nuestra misma memoria? En la vida, nadie consigue salir indemne de las circunstancias dramáticas o del peso de la memoria (propia o colectiva). Quizá, en algún momento, se den las circunstancias para ser feliz. Y entonces se nos suelen despertar todos los temores. Algunos de ellos pueden causar la pérdida de la felicidad misma. Seamos conscientes.

Noticias de nuestras lecturas

Mª del Carmen Ugarte analiza con precisión la forma en la que se usan los refranes y las frases hechas en la novela de Laura Castañón y cómo sirven para caracterizar personajes, pensamientos y situaciones. No hay que perderse esta excelente aportación de una especialista en el tema.

Pancho analiza con precisión las claves de La noche que no paró de llover y la califica, con acierto pleno, de novela valiente. Lo es, en muchos aspectos. Para no perderse su entrada como forma de introducirse en la novela.

Paco Cuesta interacciona en paréntesis con la autora... y acierta de pleno al definir la novela en palabras hasta reducirla a solo una. No os lo podéis perder.

Encuentro con los escritores Leandro Pérez y Laura Castañón

Leandro Pérez. (Fotografía de Jeosm tomada de la web del autor.)

Laura Castañón. (Fotografía tomada de la página de la editorial).

Dos autores muy diferentes nos han ocupado estas últimas semanas. Con el paréntesis del Don Juan Tenorio de José Zorrilla, hemos leído La sirena de Gibraltar de Leandro Pérez y ahora leemos La noche que no paró de llover de Laura Castañón, dos títulos que abarcan a un público muy amplio y variado. Dialogar con ellos se presenta como una oportunidad de cruzar opiniones sobre la narrativa española contemporánea desde ángulos distintos y escuchar a dos escritores que se han consolidado en la literatura española con sus segunda novela. Una gran oportunidad para los lectores. Un buen regalo de Navidad que se puede completar con el encuentro con los autores y la firma de los libros. Como es costumbre en este club, cuando se celebra un encuentro de este tipo, lo haremos en abierto para todos los interesados. Os esperamos a todos, por supuesto. He de agradecer la generosidad de ambos y las facilidades dadas para programar este acto.

Martes 9 de enero a las 17:00 hs.
Sala Polisón del Teatro Principal de Burgos.
Entrada libre hasta completar el aforo.

(Los miembros del club de lectura tendrán reservado asiento, por lo que ruego confirmación de asistencia a través del cauce habitual).




Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, aunque en las últimas semanas no haya podido cumplir esta promesa por diferentes cuestiones que espero se vayan remansando en las próximas.
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jueves, 21 de diciembre de 2017

La noche que no paró de llover de Laura Castañón y noticias de nuestras lecturas.


Este Club de lectura vuelve a encontrarse con la escritura de Laura Castañón. En el año 2014 leímos su primera novela, Dejar las cosas en sus díasy mantuvimos un encuentro con la autora asturiana el martes 25 de febrero de aquel año que dejó tan buen sabor de boca que exigía una segunda parte.

La noche que no paró de llover tiene algunos puntos en común con aquella primera novela: la poderosa forma de plantear el relato, el buen manejo de la oralidad, el universo asturiano y el mundo femenino, así como algunos espacios y símbolos. De la primera se rescata también la referencia a dos de los personajes, Paloma Montañés y Aida. Pero no se trata de una continuidad al uso -no busque el lector una continuidad argumental de forma tradicional- sino de elementos personales de la narrativa de la autora, un mundo personal en el que sus lectores se encuentran también reconfortados al saber de antiguos personajes. La continuidad está en el tratamiento de las emociones, de las vivencias y de la forma de afrontar la vida.

El inicio del relato atrapa al lector. Nos encontramos ante tres formas de llevarnos a la historia. Por una parte, los capítulos en cursiva escritos en una primera persona misteriosa (se nos desvelará más adelante) de forma condensada y breve, de extraordinaria calidad literaria, muy rítmica, microrrelatos que pueden funcionar exentos pero que tienen una misión concreta en la historia larga que poco a poco comprenderemos. El primero de ellos nos introduce en el universo del sueño, pesadilla y muerte presidido por la lluvia que da título a la novela: sé que es esa noche porque oigo la lluvia, no para de llover. El lector percibe el misterio que encierra y aunque no sabe resolverlo aún queda atrapado por él y obligado a seguir leyendo: tanto por resolver el enigma como por identificar las claves narrativas con las que está construido. Sigue una historia contada por un narrador externo omnisciente tradicional pero muy pegado a los pensamientos de los personajes, hasta el punto de que en muchas ocasiones lo que escuchamos es la traslación de los mismos, especialmente Laia, una de las protagonistas. Se trata de una psicóloga catalana que se ha trasladado a vivir a Gijón con su pareja, Emma. Finalmente, se nos trascribe el diario en el que Emma da cuenta de lo que le ocurre y piensa. Tres formas de introducirnos en la historia, cada una con su funcionalidad y su intención, que analizaremos en próximas entradas. Y en pocas páginas se nos instala en un universo femenino lleno de matices: Laia, Emma, Feli y Valeriana Santaclara, personajes bien delimitados.

Llama la atención la poderosa forma de narrar de Laura Castañón pegándose a los personajes femeninos y su trabajo con la oralidad, algo que no es nuevo en esta escritora. Leemos como si escucháramos hablar a estos personajes, a veces hasta en sus derivas menos importantes pero que construyen su personalidad, su forma de ser y enfocar la vida. Es un trabajo interesante: a partir de las voces -directas o indirectas- de cada una de estas mujeres podremos construir el relato desde diferentes perspectivas, no de una única forma de ver la historia, incluso podemos reconstruir los huecos que dejan con nuestra opinión.

A partir de estos ingredientes se nos cuenta una historia de cruce de vidas y sentimientos que van ganando el interés de los lectores en cada página. Veremos cómo.


Noticias de nuestras lecturas

Mª del Carmen Ugarte comienza su comentario de la novela de Laura Castañón analizando uno de los rasgos de estilo esenciales: el tratamiento del lenguaje y la oralidad para la narración de la historia. Y termina como Pancho... En su segundo comentario analiza la obra a partir de sus voces femeninas, como novela de mujeres, con algunos desencuentros interesantes que os invito a ver.

A Mª Ángeles Merino le echa una mano su amiga Austri para lanzarse a todo pulmón con la novela de Laura Castañón, comenzando por el recuerdo del encuentro que tuvimos los lectores con ella a raíz de su primera novela. En su entrada, el lector curioso tiene todos los resortes para abrir La noche que no paró de llover... No os la perdáis.

Paco Cuesta abre la novela de Laura Castañón reconociendo autora y espacios y subrayando frases que definen la forma en la que está escrita. Una buena manera de abrir el apetito...




Cuarenta entradas lleva ya dedicadas Pancho a La saga / fuga de J.B., la novela de Torrente Ballester que leímos aquí hace tiempo y que él ha decidido degustarla a sorbitos, acertadamente y mezcla en su última entrada con todo el gracejo del gallego el Santo Oficio, las poluciones nocturnas y Juana de Arco... y no os perdáis el juego de las imágenes y sus pie de foto.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.
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