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miércoles, 30 de mayo de 2007

Nuevo concepto del mañana.


Desde el último cambio de hora, además de dormir peor de lo habitual y buscar los minutos perdidos, recibo misteriosos correos en mi dirección electrónica que el programa no archiva en las casillas correspondientes ("Hoy", "Ayer", "Lunes", "La semana pasada", etc.) sino en una extraña y novedosa titulada "Mañana". Como sucede a partir de las once de la noche, supongo que vienen generados desde listas de correo que no han actualizado su reloj al horario de verano. Ocurre que puedo recibir a la vez un mensaje que se archiva en "Hoy" y otro que se clasifica en "Mañana". O que el de "Mañana" llegue antes que el de "Hoy".

Recuerdo mi estupor la primera vez que constaté este hecho. Además de alabar la previsión de los programadores informáticos que ya establecieron esta opción vaya usted a saber la razón, pensé qué hacer con los mensajes recibidos durante esa hora, la última del día. Como los más frecuentes corresponden a servicios de información y periódicos digitales, recordé una regularcilla serie de televisión en la que el protagonista obtenía el periódico del día siguiente y tenía unas horas para cambiar el futuro a partir del conocimiento de lo que iba a ocurrir. Si lo lograba, el periódico modificaba la portada con la nueva realidad.

La pregunta es qué puedo hacer yo con esa hora en la que un periódico me remite las noticias de "Mañana". Lo que sucede es que a esas horas reconozco que ya no estoy para nada y el traje de superhéroe lo tengo en la lavadora. Así que me quedo perplejo, delante de la pantalla, decidiendo el exacto entendimiento de ese mañana inusitado. A las doce de la noche todo se regulariza, y el presente alcanza al futuro. ¿He perdido la oportunidad de evitar un atentado, una guerra, un robo, una irregularidad urbanística? Alguien me está regalando una hora, y tengo el presentimiento de que no sé aprovecharla suficientemente.

martes, 29 de mayo de 2007

Harto de Windows

Perdón por el desahogo, que no es del estilo de este pobre blog, pero ¡estoy harto de Windows! Ya me pasó cuando nos empujaron a cambiar del 98 al XP. De nuevo, cuando nos quieren hacer saltar al nuevo sistema, las actualizaciones que se instalan de forma confiada en nuestro equipo me dan problemas continuos. Llevo desde el domingo peleándome con mi ordenador. Uno, que a su edad le pide a la vida cosas facilitas en lo técnico, se desespera. ¿Tendrá algo que ver con el pasado domingo día 27?
En fin.

jueves, 5 de abril de 2007

Agua tóxica

Me llega un grotesco correo electrónico con un enlace hacia una página de internet que infecta el ordenador. Parece ser que es el último envío masivo, por ahora, de este tipo de archivos. En el asunto se especifica "ESPAÑA VIRUS TERRORISTA EN AGUA POTABLE" y el texto dice:


La verdad, quien lea el texto y no sé dé cuenta de que algo raro pasa, merece que su ordenador se infecte. Está redactado en un pésimo español, casi seguro que por algún mal programa informático de traducción automática. De todas los avisos de alerta sobre este virus que he leído, ninguno habla sobre esta cuestión. Seguro que, a estas alturas, ya a nadie importan estas cosas.
En cuanto al aviso, es curioso que utilice una leyenda urbana, como ahora se denomina a estos bulos más o menos novelescos. La creencia de que alguien envenena el agua que bebemos está entre nosotros desde siempre. Alguna vez ha sucedido, claro. La mano humana envenena siempre.
En 1834, en Madrid, ante un rumor similar, se produjo una matanza de frailes, a los que se acusaba de tal envenenamiento para provocar la vuelta del absolutismo. El caso está aun por resolver, pero las sospechas, justas o no, persiguieron siempre al Misterio de Martínez de la Rosa.
Quizá el mayor error del correo electrónico consiste en creer que la gente vive ya instalada en un mundo virtual. Pero no. Los autores deberían haber dicho: en el barrio de la Glorieta de tal ciudad unos terroristas han envenenado el agua potable. Seguro que muchos habitantes de ese barrio se sentirían morir. Seguro que otros se concentrarían en alguna plaza y buscarían a esos terroristas. Por desgracia, los encontrarían en los diferentes (judíos, chinos, musulmanes) o en el visitante ocasional del barrio. Ha sucedido demasiadas veces.
Para algunas cosas, la globalización aun no funciona.