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sábado, 10 de noviembre de 2007

Historia chistosa de una foto ucraniana.



Como estoy en la noche del viernes al sábado, me relajo y cuento un chiste con foto. Y en clave. Aunque no lo entendáis no penséis que me he vuelto loco ni cambio La Acequia. Paciencia: me hago mayor.


Cuando el Ucraniano preguntó por unas barras fui corriendo a fotografiarlas pero no llegué a tiempo porque él ya había desvelado el enigma. Quizá por las prisas y por responderle en clave tropecé en algún 2016 que había caído por allí y la foto salió torcida. O no.

Así que, sentado en el suelo, me giré y vi al pobre rey castizo a pesar de galo -o por eso- y decidí sacarlo también.




Pero sentí la presencia de Nacho Carreras tomando la plaza, así que opté por girar a Carlos III, que ya ha sufrido el pobre tantos embates y pedestales y mostrarlo más airoso y campechano. A fin de cuentas, fue de nuestros primeros borbornes. Él sabe por qué me quedo con esta foto.


jueves, 5 de julio de 2007

X Aniversario de la reapertura del Teatro Principal de Burgos o permítaseme ser un poco políticamente incorrecto.


Se conmemora el X Aniversario de la Reapertura del Teatro Principal de Burgos, con una buena programación. Ahora bien, los comentarios vertidos en torno a esta efeméride me dejan un tanto perplejo. Todo el mundo que se ha manifestado, sin objeciones que yo haya podido constatar, se ha congratulado por la recuperación de este edificio. Algunos se han entusiasmado. Nadie parece recordar las quejas continuas que se oyen en la ciudad: dificultades para conseguir entradas, problemas para poder ver correctamente el escenario desde todas las localidades, poco número de representaciones de los montajes de interés, etc. Hay quejas que no corresponden exactamente a la gestión del Teatro Principal. Conozco a varias de las personas que se encargan de ella y sé de su buen hacer, de su profesionalidad y de su entrega. Algunos de esos gestores podrían, sin duda, contratarse en los mejores teatros europeos. Pero, y aquí comienzo a ser políticamente incorrecto, topan con varias de las inercias que la programación cultural española tiene planteada.
Hablaré en general, para que nadie se ofenda, porque no quiero ofender, sino plantear un debate sobre una cuestión de la que algo sé: demasiadas presiones de todo tipo, representaciones escasas por las que ni las compañías ni los programadores se arriesgan a jugársela económicamente con lo que se fomenta la cultura de la subvención, excesiva dependencia de los circuitos teatrales, poco apoyo a la gestión cultural en comparación con otros ámbitos ciudadanos, etc.
Pero el principal problema sucedió cuando alguien convenció a la ciudad de que había que apostar por la recuperación de este edificio como teatro. Sé que algún lector habrá torcido el gesto y seguirá pensando que la mejor forma de rehabilitar el Teatro Principal era para dar espectáculos teatrales. Sí y no.
La reapertura del Teatro Principal como teatro se entiende sólo como conciliación de la memoria histórica y estética de la ciudad, no como dotación cultural adecuada para el siglo XXI. Un teatro decimonónico condiciona los espectáculos que se pueden dar en él y la forma de asistir al teatro. La recuperación de un teatro del siglo XIX como teatro debería desaconsejarse en toda ciudad que tenga sólo ese local teatral para la gran escena. De rehabilitarse en las mejores condiciones lo que tendremos es un buen teatro del siglo XIX... en el siglo XXI.
Si en aquellos años se hubiera hecho caso a los pocos que dijeron que se debería haber construido un gran teatro moderno en otro lugar, apto para cualquier tipo de espectáculo, técnicamente impecable y con una programación completa en todos los sentidos, hoy tendríamos un espacio teatral del siglo XXI y un magnífico edificio -el del Teatro Principal- que podría ser una señorial sede de la gestión cultural municipal, una biblioteca maravillosa, una sala de exposiciones, un museo envidiable, o una excelente sede central de alguna Caja de Ahorros, yo qué sé. A no ser que se hubiera conseguido el dinero para los dos locales teatrales y fomentar la cultura con la creación de un público suficiente para ambos o atraer ese público con una buena programación.
Ahora tenemos un teatro del siglo XIX, con problemas gestionados con la mejor voluntad posible, que impide una programación completa. Dentro de unos meses, un Auditorio. ¿Tendremos un teatro del siglo XXI?
Quizá los gestores de Burgos 2016 , a los que tanto animo, me sorprendan y lo incluyan en su ambicioso proyecto. Pero si lo hacen así, por favor, que se asesoren adecuadamente, que se vea y se oiga desde todas las butacas, que el nuevo local sea apto para las necesidades del teatro moderno, que tenga una puerta de descarga amplia y accesible, espacios para teatro de cámara, locales para ensayo, buenos vestuarios... y que no reciban la obra antes de tiempo porque se acerquen unas elecciones.

martes, 26 de junio de 2007

Nominación de estatuas.


En mi paseo, esta mañana, comprobé que al fraile constructor se le ha colocado una placa: "Domingo de la Calzada. Ingeniero del Camino. Escultor: Francisco Ortega". Nominación de la estatua que germinó en primavera.
Aun así, el rostro del fraile constructor sigue hosco, enfurruñado con la ciudad o con las tripas revueltas por tener dentro los pecados de los urbanicidas actuales. Quizá le han explicado lo de Burgos 2016 o se ha enterado de la agresión a Santa María la Real de Las Huelgas.
Lo que me falta por saber es si la placa se había encargado antes o alguien la fabricó para aprovechar esta estatua brotada con las lluvias de mayo e intentar domesticar su furia.
[Francisco Ortega es un buen escultor y la estatua es apreciable. Recomiendo de él un magnífico busto en bronce de Cánovas del Castillo sito en el Congreso de los Diputados de Madrid.]

lunes, 18 de junio de 2007

Actualización de la primera reflexión sobre Burgos 2016

Actualización del 18 de junio a la entrada del 13 de junio.
En el Diario de Burgos de ayer domingo día 17 de junio, se publica una entrevista concedida por D. Eduardo Escudero, Gerente de la Asociación Plan Estratégico "Ciudad de Burgos". Sé, por fuentes bien informadas, la loable labor que llevan a cabo y la brillantez del currículum personal de D. Eduardo Escudero y su capacidad de trabajo, así que espero que se entienda correctamente mi comentario.
En sus palabras hay dos referencias que tienen mucho que ver con mi entrada del pasado día 13. En primer lugar, habla de Burgos 2016 y se insiste demasiado en la necesaria campaña de marketing internacional que difunda el proyecto entre los eurodiputados y técnicos de la Unión Europea. De hecho, esa es la frase resaltada por el periodista (R.P.B.) en el titular: «Burgos 2016 exige una ambiciosa campaña de marketing internacional». Tras hablar de lo mucho que se ha avanzado en el lanzamiento de la candidatura de Burgos para la capitalidad cultural (y es cierto), dice que esa labor de difusión es en donde se debe incidir ahora. Desgraciadamente, en la respuesta a la siguiente pregunta ("¿Se ha encargado ya el mapa cultural de la ciudad?") se confiesa una amarga realidad: "Teníamos pensado ir un poco más lejos en este trabajo y proponerle al Ayuntamiento un mapa de recursos, que es la etapa básica para un plan cultural o para un proyecto directamente cultural de candidatura. Lo hemos dejado aparcado dentro de otras prioridades, ya que estamos trabajando con el Ayuntamiento en otros proyectos que van pidiendo paso, como el C[entro de] A[ctividades] E[conómicas]". Unas páginas más adelante, D. Miguel Garcés, Director de la Escuela de Turismo y que sabe mucho de esto, manifiesta su escepticismo sobre la candidatura: "Hemos empezado tarde y hay «enemigos» fuertes". No creo que deba temerse ni lo uno ni lo otro, sino que se priorice el marketing sobre el plan cultural. Que alguien me aclare esto.

miércoles, 13 de junio de 2007

Primera reflexión sobre Burgos 2016.


Aprovechando que el lunes día 11 de junio pasado el Consejo Social de la Universidad de Burgos, a la que pertenezco, ha decidido sumarse por unanimidad que aplaudo a la candidatura de Burgos como capital europea de la cultura en 2016, dejo aquí unas primeras reflexiones (que no serán las últimas). Los que me siguen, saben que ya he dicho algo por estas notas y que muchos de mis compañeros de la Burgosfera han recibido comentarios en este sentido a sus entradas, algunos humorísticos.
Lógicamente, hay que aplaudir la idea inicial No sólo porque sea buena y pueda servir de vertebración a los próximos años de esta ciudad. Burgos tiene muchos de los rasgos que le hacen merecedora de obtener la capitalidad cultural europea (historia, monumentos artísticos, nombre con proyección internacional, mito, etc.).
Ahora bien, para contribuir al debate de salida (espero que en una cuestión de este tipo, una vez he dejado clara la adhesión, no se pida que esta sea inquebrantable y sin matices), permítaseme algunas cosillas.
En primer lugar, en todas las cuestiones que las instituciones, estas y otras, manejan a partir del concepto de cultura caben cosas demasiado heterogéneas pero que, por lo general, conducen en exclusiva a entenderlo como motor del urbanismo especulador y proyección mediática. Se piensa con demasiada alegría que no importa hacer cosas sino hacerlas para que produzcan dinero como primer objetivo y para salir en la televisión y en los periódicos en segundo. Por eso, se suelen idear costosos edificios emblemáticos, macromuseos, espacios culturales, etc., sin un auténtico proyecto cultural. Y, luego, traer un heterogéneo plantel de artistas en el que figuren por igual la Filarmónica de mayor prestigio que se consigue a doble precio del que se hubiera pagado por traerla dentro de un proyecto sólido y de largo aliento, y a Isabel Pantoja o a Ronaldo a firmar autógrafos.
Espero que este empuje institucional -que aun no ciudadano- a la candidatura, no se quede en fotos y reportajes o encargos millonarios de proyectos que, en demasiadas ocasiones, se guardan en el cajón. Espero también que no se piense en unos Juegos Florales con mucho empaque.
A la capitalidad cultural hay que aspirar, como objetivo único, por la cultura. Para eso, en primer lugar se debe tejer una red cultural ciudadana que satisfaga todos los niveles sociales y económicos. Y después, pero sólo después, tensionar las alturas con grandes proyectos. Lo contrario sería hacer un gigante de pies de barro y lleno de pequeñas miserias y anécdotas demasiado caras: teatros que, por lo mal pensados no permiten ver u oír; grandes auditorios para programaciones de barrio o sin programación ninguna en dos tercios de los días del año; museos cosotosos a la deriva; grandes congresos que se hacen sólo para salir en el periódico pero que no interesan ni a los expertos que sólo acuden a repetir lo mil veces publicado y cobrar el cheque, etc. Todos estos ejemplos han sucedido en capitales culturales anteriores (y en otras circunstancias). Y, de esos gigantes, la historia nos da sobrados ejemplos.
Sigue.

lunes, 30 de abril de 2007

Carrusel de un domingo por la mañana

Este domingo amaneció extraña la ciudad. Lenta y extraña. En El Espolón, las estatuas, que habían estado guardando toda la noche la proyección luminosa sobre el Arco de Santa María del logotipo de la campaña por la capitalidad europea de la cultura, se encaramaron ateridas a sus pedestales y se arrebujaron con las ramas de los arbustos y los plátanos, para que no dijera Esquivias de ellas en su próxima novela. Había una luz rara y húmeda, que apenas orientaba a los sobrevivientes del Pasaje de la Flora, derrotados en su lucha contra el tiempo. Al fondo, un carrusel modernista giraba sobre su eje, dando vueltas sin avanzar un día, como la noria interna de los afantasmados paseantes.

domingo, 29 de abril de 2007

Bodas y amarga noche

El sábado por la tarde, las calles del centro de esta ciudad se llenaron de invitados a varias bodas. Sobre ellos descargó con furor la tormenta. Llovió, y por las calles que se despeñan desde el monte del Castillo bajaban torrenteras de agua que desaguaban en las plazas con ganas de arrastrar todo hacia el río. Los hombres, incómodos en sus trajes nuevos, portaban paraguas con los que intentaban cubrir tanto disfraz femenino. Ellas, con sus zapatos abiertos y sandalias de tacones sorprendentes, desesperaban por llegar a las iglesias.
Me refugié unos instantes en el Bar España, que tantos recuerdos tiene para mí de otros tiempos. Cuando amainó, caminé sin rumbo por las calles. Anocheció y seguí paseando bajo el frío húmedo. El Ayuntamiento había instalado cañones de luz que proyectaban el nuevo logo de la campaña con la que se aspira a conseguir la Capitalidad cultural europea de 2016. Se creaba así una ilusión de cruce entre las piedras antiguas y la modernidad sobre la fachada trasera de la Catedral y también sobre el Arco de Santa María. ¿Se pretende de verdad una capitalidad cultural o lo cultural es sólo excusa para aumentar el negocio empresarial? A veces da miedo pensar que la cultura se refleje sólo en un Libro de Cuentas. Estos deberían usarse, sobre todo, como lo hizo Bécquer en su Libro de los gorriones.
La ciudad se me había ido transformando y, por momentos, me recordaba al Purgatorio de la Ciudad del Gran Rey, de Esquivias. Ya de madrugada, respiré y me arrojé, sin dudarlo, al misterio de tiempo en el Pasaje de la Flora.