Mostrando entradas con la etiqueta María Teresa León. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta María Teresa León. Mostrar todas las entradas

lunes, 30 de enero de 2023

La lección de la bañista. De Concha Méndez a Mateo Hernández

 


En las primeras décadas del siglo XX, los artistas de vanguardia quisieron reflejar la presencia de un tipo de mujer muy diferente al tradicional. Correspondía este interés artístico con la construcción del feminismo moderno, tan necesario. La pintura, la escultura, la ilustración, la literatura, mostraba ese nuevo tipo de mujer liberada de las normativas sociales sobre lo que se podía o no hacer, cómo podía o no vestirse o si se tenía acceso a la educación superior o no (hasta 1910, las españolas no pudieron acceder a a los estudios universitarios sin pedir previo permiso; el 1 de octubre de 1931 las mujeres consiguieron el derecho a voto). Es singular la atención prestada por el arte y la publicidad a la mujer deportista, que significaba la ruptura de una de las trabas más importantes para la presencia de la mujer en la vida pública. Maruja Mallo pintó a la poeta Concha Méndez en su cuadro Ciclista (1927) y Concha Méndez escribió un prodigioso poema que parece hecho hoy mismo, Nadadora, recogido en su libro Surtidor (1828), que Sheila Blanco ha musicalizado oportunamente y traído a la actualidad.

Mis brazos:
los remos.

La quilla:
mi cuerpo.
Timón:
mi pensamiento.

(Si fuera sirena,
mis cantos
serían mis versos.)

En este poema se igualan lo corporal, la actitud vital y la escritura y vale tanto como una poética.

Rafael Alberti compuso un soneto a una patinadora sobre el que María Teresa León escribió uno de los cuentos más importantes de la literatura española, Rosa Fría, patinadora de la Luna. Hay muchas más, pero sin Maruja Mallo, Concha Méndez y María Teresa León, ¿cómo contar la cultura española de las décadas iniciales del siglo XX? Hemos tenido que esperar hasta ahora mismo para que la editorial Cátedra publique El solitario, uno de los proyectos literarios más importantes de Concha Méndez y de la literatura española de los años treinta y cuarenta. Cuenta con un prólogo de María Zambrano, otra de las imprescindibles. La edición se debe a Berta Muñoz Cáliz y Diego Santos Sánchez. ¿Servirá todo esto para que incorporemos definitivamente a nuestras lecturas, nuestra imagen cultural colectiva y nuestros programas de enseñanza la obra de estas mujeres en igualdad con la labor de sus coetáneos varones?

En las escaleras de entrada al Museo dedicado a Mateo Hernández en su ciudad natal, Béjar, se encuentra esta Bañista que he fotografíado el pasado sábado, reproducción en bronce del original realizado en 1925, a tamaño natural, en granito coral de Finlandia, hoy en en el Museo Reina Sofía de Madrid. Mateo Hernández, que procedía de familia de canteros, recuperó la talla directa sobre materiales duros y su técnica asombró en el París que bullía de innovación y modernidad, a pesar de que en España nunca ha tenido el reconocimiento que de verdad merece. La mujer retratada es Fernande Carton Millet, su compañera. En esta obra está la modernidad plena: el escultor atacando directamente la piedra y la mujer libre. No deberíamos olvidar estas lecciones.

jueves, 10 de julio de 2014

Balance del curso del Club de lectura y noticias de nuestras lecturas


Con El río que nos lleva de José Luis Sampedro cerramos el presente curso del Club de lectura y nos tomamos el verano de descanso. Ha sido un curso intenso y gratificante. Hemos leído 5 novelas, 1 libro de cuentos, 1 poemario, 1 obra de teatro y 1 ensayo. Como es habitual, se ha procurado dar variedad a los géneros y se han intercalado autores vivos y autores fallecidos, obras más conocidas y otras casi olvidadas. Comenzamos el año con el éxito de la temporada en la narrativa española y lo cerramos con la recuperación de un título imprescindible de un autor fallecido hace poco y al que cabía hacer este homenaje por su significado moral en los últimos años en España. Cada lector tendrá sus preferencias. Yo he podido apreciar la buena recepción del ensayo de Muñoz Molina, que nos ha permitido reflexionar sobre las causas de la crisis actual y su desarrollo, también la sorpresa que ha supuesto Intemperie y El río que nos lleva y, para algunos, el libro de cuentos de María Teresa León, poco conocido. La novela de Torrente Ballester ha tenido una recepción diversa: hay quienes no han podido con ella y quienes han quedado enganchados en su mundo y continúan leyéndola y saboreándola a sorbitos. Pero sin lugar a dudas, la mejor recepción la ha tenido Dejar las cosas en sus días, de Laura Castañón, que ha sido leída y comentada con muchas ganas por los participantes.

Estos nueve títulos han sido: 

Intemperie de Jesús Carrasco.
La estafeta romántica de Benito Pérez Galdós.
Todo lo que era sólido de Antonio Muñoz Molina.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda.
Dejar las cosas en sus días de Laura Castañón.
La saga/fuga de J.B. de Gonzalo Torrente Ballester.
Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León.
El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín.
El río que nos lleva de José Luis Sampedro.

Aparte de mantener una reunión cada mes en el formato presencial sostenido por la encomiable labor de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos y de las entradas semanales de los blogs participantes en este club recogidas en mi entrada de los jueves en La Acequia y de los comentarios que suscitan entre quienes siguen las lecturas, este curso se ha añadido la página de Facebook (en este enlace) en la que también se recogen las opiniones y comentarios de quienes prefieren esta red social.

Sin duda, la novedad de este año ha sido la participación de la novelista Laura Castañón en un encuentro que tuvo lugar el 25 de febrero en la Sala Polisón del Teatro Principal de Burgos. Al éxito de público se sumaron la cercanía y la apasionada forma de contar historias de la autora y el acto resultó muy interesante. Tenemos el firme propósito de que los encuentros con los autores sean más frecuentes y se abran, como en este caso, al público en general.

Leer es un placer cuando se hace en solitario, aumenta cuando se comparte lo leído. Y enriquece escuchar y leer las visiones de los demás. También a los autores.

Dejo para el próximo jueves la lista de lecturas del próximo curso que, como sabéis, se inaugura con la segunda parte del Quijote de Avellaneda.

Te invito a que dejes, en esta entrada o en el muro de Facebook, un comentario con tu propio balance del curso y tus sugerencias para el próximo.

Noticias de nuestras lecturas

Myriam hace un extraordinario análisis de los arquetipos y símbolos de El río que nos lleva usando el I Chin. Más que recomendable.

Gelu sigue con su selección de frases y búsqueda de ilustraciones y vídeos para mejorar nuestra lectura de El río que nos lleva de José Luis Sampedro.

Mª Ángeles Merino da voz a El Americano para completar la polifonía de voces de esta novela de Sampedro construida entre el individuo y el grupo. Un personaje apasionante, sin duda.

Pancho continúa disfrutando y haciéndonos disfrutar de La saga/fuga de J.B. No os perdáis cómo enreda con los tuits y con las reuniones... que se resienten en su siguiente entrada, en la que se habla hasta del cólera morbo...

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

Cómo seguir el Club de lectura de La Acequia

El Club de lectura de La Acequia comenzó el jueves 24 de abril de 2008 con la primera lectura colectiva del Quijote realizada con los medios de la web 2.0. Esta iniciativa de lectura de la novela cervantina permanece abierta para aquellos que quieran sumarse a ella en cualquier momento en este enlace y puede usarse como la única guía de lectura completa del Quijote disponible hoy en Internet, con licencia Creative Commons 4.0.

El éxito del proyecto impulsó el lanzamiento de uno de los clubs de lectura más antiguos en Internet en español, gratis y en abierto. Durante el curso académico se propone la lectura de un título al mes, de todos los géneros: narrativa, poesía, teatro y ensayo. Se alternan autores clásicos con autores vivos y por él han pasado nombres como Miguel de Cervantes, Óscar Esquivias, Gustavo Adolfo Bécquer, Eduardo Mendoza, Valle-Inclán, Lope de Vega, Juan Cavestany, Almudena Grandes, Pío Baroja, Lorenzo Silva, Antonio Machado, Miguel Delibes, Jesús Carrasco, Benito Pérez Galdós, Antonio Muñoz Molina, Pablo Neruda y Laura Castañón, Gonzalo Torrente Ballester, María Teresa León, Leandro Fernández de Moratín y José Luis Sampedro, etc.

Desde el año 2011 cuenta con dos formatos:
 
El club de lectura virtual, al que pueden sumarse libremente todos los aficionados a la literatura. En La Acequia se publican todos los jueves entradas correspondientes al libro del mes, más un resumen de las noticias de las lecturas en las que se enlazan los blogs del resto de los participantes. También puede seguirse el club de lectura a través de comentarios en las entradas correspondientes o como meros lectores.  Súmate a la página del Club en Facebook en este enlace.

El club de lectura presencial, sostenido por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos, que se reúne una vez al mes para comentar el título correspondiente. Se programan también encuentros con los autores de las obras. Este segundo formato tiene plazas limitadas y hay que inscribirse al comienzo de cada curso. 

ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia enlazadas aquí tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

jueves, 8 de mayo de 2014

Fórmulas para desarrollar la imaginación en Rosa-Fría, patinadora de la Luna, de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas.


Uno de los logros más elogiables de esta colección de cuentos de María Teresa León es la manera en la que la autora reúne elementos propios de los cuentos infantiles tradicionales con las técnicas de vanguardia. Un modelo de escritura que ahora es natural en la narración infantil pero que por aquellos años era una novedad. María Teresa León reutiliza el mundo de la fábula -en la que no rige la verosimilitud realista-, lo conserva como parte esencial de sus cuentos. Un espacio que es reconocible para cualquiera que haya escuchado cuentos infantiles procedentes del folclore. También utiliza otros motivos con este mismo origen: canciones con un ritmo muy marcado, sartas en las que se enganchan hasta el infinito sucesos y que pueden ser la vertebración de todo el cuento, el camino como lugar de los hechos, las sorpesas con giros insospechados, etc.

Sobre este material coloca la autora con gran eficacia los elementos propios de la vanguardia que se ensayaban por aquellos momentos: el sin sentido, el choque entre la tradición y la modernidad para desajustar lo previsible para el espectador, el mundo onírico, la mezcla de personajes y temas de diversos cuentos con un fuerte contenido paródico, etc. Pero donde consigue mejores resultados con esta mezcla es cuando dispara la imaginación: una imagen, una metáfora, un sonido, le lleva a otro y así hasta que se construye todo un mundo de referencias cada vez más separadas del origen, que nos llevan a explorar espacios a los que no se puede llegar solo con lo tradicional-racional. El cuento de La tortuga 427 es un perfecto ejemplo de lo que digo. Imaginar a una tortuga como salvadora de la humanidad dispara la imaginación continuamente, cualquier cosa es ya posible. Esto también sucede en el espacio imaginado de El ladrón de islas o en el de El oso poeta.

Rosa-Fría, patinadora de la Luna es la primera colección de cuentos españoles que suman con este certero pulso tradición e innovación vanguardista para desarrollar la imaginación del receptor -infantil o adulto- con técnicas propias de la modernidad artística.

Noticias de nuestras lecturas

Gelu escribe su cuarta entrega sobre el libro de cuentos de María Teresa León, reseñando en este caso el cuento del Oso poeta. Eso sí, consigue introducir a Serrat...

Luz del Olmo acompaña a Rosa-Fría a los espacios de los cuentos para explicarlos de su mano...

Paco Cuesta escribe una excelente entrada que cuestiona muchas cosas. Bien documentada, además. Con una invitación a dejar de ser adultos de vez en cuando... Imprescindible.



Pancho, tras fijarse con mucha agudeza en las dudas de Aida sobre la forma final de la historia que documenta,  comenta las páginas finales de la novela de Laura Castañón, es especial la forma de tejer todos los relatos dispersos engarzándolos en la sorpresa final. No sé cómo lo hace Pancho, pero consigue que busquemos esa música final que pone -en este caso, Poveda, como si todo fuera un hallazgo casual...

Ahora leemos...



En mayo, El Sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratón (hay muchas y buenas ediciones disponibles, de calidad universitaria; también puede encontrarse gratis en una buena edición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace).

Gelu nos facilita varios enlaces con los que podemos comenzar con éxito esta lectura. Entrada muy útil.

Mª Ángeles Merino vuelve por sus fueros en esta lectura y se pone a conversar con la protagonista de la obra, que bien le hace falta a la joven.



Y en el resto del curso...

Terminamos hoy con la lectura de Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León y comenzaremos la próxima semana con la obra de teatro de Moratíin. Os recuerdo los libros con los que cerramos el presente curso del Club de lectura, después de El sí de las niñas:

En junio, El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).

Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

jueves, 1 de mayo de 2014

Intertextualidad en Rosa-Fría patinadora de la Luna de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas.


La mayoría de los cuentos folclóricos remiten a otros como un cuenco de cerezas. En el siglo XX, la renovación más interesante del cuento infantil para la modernidad literaria se dio a partir de cuentos que tomaban otros cuentos y los mezclaban y los llevaban a otros finales. Para ello, se cambia el sentido del argumento -haciendo entrar en un cuento personajes de otro, girando el inicial, etc.- o se trasforma el carácter de los personajes o sus acciones. Es un juego típico de la modernidad: el receptor cree conocer la materia pero poco a poco se ve sorprendido por las modificaciones: solo dejándose arrastrar hacia el nuevo espacio creado podrá disfrutar. Si la resistencia es fuerte, se rechazará el nuevo texto. La culminación de este juego retórico se ha dado en las películas de la serie Shrek -basadas en un libro de W. Steig de 1990-, pero este uso de la intelectualidad comenzó a caracterizar genéricamente la modernidad del cuento infantil en las priimeras décadas del siglo XX y María Teresa León es una pionera en España con su colección Rosa-Fría.

Aparte del juego estructural interno con las formas básicas de los cuentos folclóricos -lo vimos en el texto inicial del volumen pero se da también en otros-, se da de forma evidente en El gallo Perico, Flor del Norte y Juan Bobo. El primero es una recreación de Los siete cabritillos y el lobo, el segundo de Blancanieves y el tercero de varios cuentos populares en los que un bobo consigue engañar a todo el pueblo, que se creía más listo que él. En todos los casos, los cuentos iniciales quedan superados por la espiral imaginativa, la riqueza temática y, sobre todo, porque ofrece nuevas posibilidades a los receptores, que ya no tienen una única moraleja dentro de lo políticamente correcto. Esto es lo que pretende María Teresa León: ampliar el mundo de los cuentos infantiles, instalarlos en la modernidad y en una nueva forma de entender el mundo y las relaciones humanas. Y lo consigue.

Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino continúa leyendo junto a su sobrina los cuentos de María Teresa León. En esta entrada le toca el turno a El oso poeta, tanto que escribe variación creativa del texto original...

Pancho ilustra y comenta con tino y poesía el cuento del pescador. Y, de paso, nos regala a Lole y Manuel. No te lo pierdas.

Luz del Olmo queda atrapada por el mundo de María Teresa León y recrea el encuentro de Rosa-Fría con la Tortuga 427 al inicio del Diluvio.

Gelu reseña, en el cuento Flor del Norte el terror y la violencia. No debe extrañarnos, son parte sustancial de los cuentos tradicionales.


Pancho -que es un maestro en llevarnos desde Asturias a Poveda- nos enlaza en su entrada sobre la novela de Laura Castañón el final definitivo de la felicidad familiar con el debate de la Memoria Histórica.

La próxima semana terminamos con la lectura de Ros-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León. Os recuerdo los libros con los que terminamos el presente curso del Club de lectura:

En mayo, El Sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratón (hay muchas y buenas ediciones disponibles, de calidad universitaria; también puede encontrarse gratis en una buena edición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace).

En junio, El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).

Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

jueves, 24 de abril de 2014

La soledad del héroe cotidiano en La Tortuga 427 y noticias de nuestras lecturas.


Las fábulas que contiene Rosa-Fría, patinadora de la Luna son, como todos los textos de este género, pequeñas enseñanzas pero María Teresa León evita los convencionalismos morales de la sociedad burguesa y los invierte para buscar un punto de aproximación muy moderno. Dentro siguen los mismos miedos ancestrales que han ayudado siempre a vencer los cuentos infantiles (lo nocturno, la soledad, lo desconocido, etc.) pero la autora encuentra ángulos diferentes. Ya vimos lo que ocurría en el cuento inicial. La tortuga 427 es otro ejemplo. En esta narración, María Teresa León busca la perspectiva social de uno de los miedos más comunes de los niños: a quedarse solo, a no ser reconocido, a ser un inadaptado al que todos rechazan. La tortuga del título acude en representación de su dueño a una reunión social. La imagen inicial ya es rupturista: una tortuga común -es la número 427, ni siquiera se distingue en nada de sus hermanas- en medio de una reunión convencional de la burguesía de principios de siglo. La autora interviene para calmar al lector. no es extraño, entre nosotros viven y se mueven los animales aunque no los veamos. Esto puede consolar al lector pero no a la tortuga: hasta una rana imita a una señorita bien mejor que ella. Se siente fuera de lugar. Es una sensación común a la que muchas personas deben enfrentarse y que suele provocar un sentimiento de inferioridad y de culpabilidad puesto que lo más fácil es echarse la culpa a uno mismo de ser un inadaptado.

Esta tortuga guarda un secreto: fue ella la que salvó a la creación -hay un guiño inteligente entre creación y evolución en la narración- cuando ocurrió el diluvio universal puesto que Noé no sabía por dónde se andaba. La tortuga es quien avisa de que aquella lluvia es el diluvio y quien da la idea definitiva que salvará al mundo: como la madera para construir el arca se ha mojado, recurren a una ballena. Noé paga su idea olvidándola. Pero ese olvido no influye en la tortuga, que sigue fiel a su cometido. El verdadero premio que recibe es otro: al ser olvidada fuera de la ballena puede a los cambios de la naturaleza mejor que nadie. Esto es lo que le hace singular.

María Teresa León pone su mirada en la injusticia social que aparta a los inadaptados, a los que no saben sobresalir a pesar de ser los que salvan el mundo a diario con su esfuerzo. En esta vanguardia ya se vaticina la mirada crítica que conduce hacia la rehumanización, como en la perspectiva de género del primer cuento. Este es, sin duda, uno de los valores de esta antología de cuentos que debemos valorar más por la época en la que se publicó. Un giro de los cuentos infantiles hacia la modernidad tanto en el lenguaje como en la perspectiva temática.

Noticias de nuestras lecturas

Pancho escribe una prodigiosa entrada con todas las claves para comprender el cuento de la tortuga con el número 427. Atrapa desde la primera línea.

Myriam nos regala un cuento de niños bobos y sardinas para celebrar el Día del Libro a lo María Teresa León.

Paco Cuesta nos muestra la clave para descifrar estos cuentos: la metáfora que ilumina todo. Imprescindible.

Mª Ángeles Merino lee con su Aitana el cuento del lobo-lobo que acaba siendo un poco tonto. Una deliciosa entrada que os recomiendo.

Luz del Olmo nos lleva desde Rosa-Fría a las casas de su infancia. Una maravilla

Gelu comenta La Tortuga 427 y demuestra cómo estos textos nos pueden devolver a la infancia solo con palabras..



Pancho comenta cómo Laura Castañón va estructurando el andamiaje argumental de la obra y la importancia que tiene el diálogo en todo ello. Una buena aproximación a este aspecto de Dejar las cosas en sus días.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

jueves, 17 de abril de 2014

Vanguardia surrealista y perspectiva de género en Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas


Bastaría el primer cuento de esta colección para convertir a María Teresa León en uno de los autores que mejor han cultivado el género en la literatura española. Gran conocedora de las fuentes clásicas, de las estructuras tradicionales y su desarrollo convencional desde el siglo XIX, María Teresa León introduce el cuento infantil en la vanguardia por el lugar más apropiado. Juega en Rosa-Fría, patinadora de la Luna con un personaje que parte de un soneto que Rafael Alberti publicó en Marinero en Tierra (1924), el poemario con el que consiguió el Premio Nacional de poesía y que lo convirtió en una de las voces poéticas más importantes de la nueva generación. De él debió llamarle la atención su modernidad: presenta Alberti un personaje femenino que es todo dinamismo, modernidad estética, en medio de un paisaje helado. Sobre ese personaje construye todo el relato. En ella se respeta, aunque no lo parezca en una primera lectura, una de las estructuras más tradicionales del cuento infantil: la protagonista sale de casa y debe realizar una hazaña en la que triunfa por su habilidad pero, sobre todo, por el cariño generado por su personalidad y comportamiento que le vale el apoyo de otros seres -en este caso, no humanos porque nos movemos en el mundo de la fábula- y objetos mágicos. Gracias a todo ello, sale victoriosa de la prueba en la que arriesga su vida y puede, finalmente, volver a su casa. Como en todos estos cuentos, se contribuye a superar temores universales. En el fondo, este cuento es uno más de los que cuentan ritos de iniciación, de paso hacia la madurez progresiva de los niños. Y aquí viene la habilidad de María Teresa León: comprende cómo el surrealismo le ofrece una oportunidad de renovar el género.

El temor a la noche -la oscuridad, la posibilidad de no despertarse, de no controlar lo que sucede cuando se está dormido- y a todos los seres nocturnos -ruidos, Luna, estrellas, animales, monstruos- es uno de los universales más extendidos en todas las culturas humanas. La vaca que entra por la ventana de la niña es una metáfora del tiempo inevitable que saca a la niña del refugio del hogar y la expone a los riesgos del mundo. Si el cuento trascurre en ese tiempo nocturno, nada mejor que el surrealismo para enfrentarse a lo onírico.

Sobre esa estructura tradicional tratada con la vanguardia surrealista pone María Teresa León ese personaje de Alberti con otra intención, una mirada de género. Protagoniza el cuento una niña, una niña que ya no está educada para ser una mujer convencional que espera en el hogar, sino que es deportista, campeona de patinaje y soñadora de trofeos, que es capaz de saltar por la ventana y arriesgar su vida y triunfar sobre todos los peligros que en la fábula se le enfrentan. Hay muchos felices hallazgos en este cuento, pero este es el principal de ellos.

Noticias de nuestras lecturas

Coro Entreaguas recrea con delicadeza el cuento de Rosa-Fría, la niña que subió a la Luna.

Gelu publica su primera entrada sobre la colección de cuentos de María Teresa León. En ella encontraréis el recuerdo a mi añorado amigo Juan Carlos Estébanez, gran conocedor de la obra de esta escritora.

Pancho comenta con sagacidad el origen del cuento de María Teresa y su dinamismo desde la perspectiva de la protagonista.

Mª Ángeles Merino comenta La tortuga 427 dialogando con su sobrina en una deliciosa entrada.

Myriam juega y se desata para comentar iluminándolo el cuento de La tortuga 427. Y le sale por Gardel.


Mª Ángeles Merino se arriesga con el chocolate y el veneno para comentar La saga/fuga y enlazarla con María Teresa León, un arriesgado ir y venir por el Vena.

Bastaría la cuarta entrega de Gelu sobre La saga/fuga para comprender el humor de Torrente y su capacidad de jugar con la materia narrativa y con el lector.


En su comentario de la novela, Pancho llega a un momento clave, cuando se junta la sexualidad y el inicio de la tragedia, un momento en el que todo se inclina hacia la destrucción del paraíso...

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

jueves, 10 de abril de 2014

Aproximación a Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas


María Teresa León es una de esas mujeres escritoras que por cuestiones de género no han tenido la relevancia que merece en la historia de la literatura española. No es solo que le perjudicara llegar al panorama cultural de España en un momento en el que los grandes nombres se sucedieron o que sufriera como tantos otros el destierro y el silencio durante la dictadura franquista sino que la labor intelectual de las mujeres de aquellos tiempos no ha sido suficientemente reconocida hasta hace relativa poco y eso ha impedido, por ahora, que su nombre figure en el lugar adecuado en los manuales de la literatura española de la primera mitad del siglo XX. Cultivó con brillantez el relato corto, la novela, la biografía, el teatro, el ensayo, el guion cinematográfico y la escritura autobiográfica. Además, tuvo una notable faceta en la gestión cultural o en la acción política. Como escritora, sigue la evolución general de aquellos tiempos desde el modernismo hasta la literatura del compromiso y el relato testimonial de lo vivido en tiempos tan convulsos.

En cuanto a la lectura que nos toca, María Teresa León escribió durante toda su vida relatos breves. Algunos de ellos están dirigidos a un público infantil de forma prioritaria, otros no. Es, sin duda, uno de lo escritores en español. más importantes en este género de la primera mitad del siglo pasado y contribuyó a la corriente que en aquellos años hizo del relato breve un género considerado literariamente. Comenzó escribiendo cuentos intantiles de tono realista, neorromántico o modenista en los que ya se percibía un aire nuevo en cuanto a los argumentos y la perspectiva femenina. Aquellos cuentos se publicaron primero en las páginas de la prensa local para reunirse posteriormente en dos volúmenes: Cuentos para soñar (1928) y La bella del mal de amor (1930). Las circunstancias personales y su marcha a Madrid le pusieron en contacto directo con las formas nuevas artísticas, sobre todo con el Grupo del 27. De aquí surgió un cambio de estilo para profundizar en la vanguardia y de este proceso surgió el que posiblemente sea el mejor tomo de cuentos vanguardistas españoles: Rosa-Fría, patinadora de la Luna, cuyo título hace referencia al primero de los cuentos, que toma el personaje de un poema de Rafael Alberti.

Inicialmente el libro está dirigido a un público infantil, pero esto no debe hacernos huir de él sino todo lo contrario. Precisamente por eso, en él podremos apreciar mejor que en ningún otro sitio las técnicas propias de la vanguardia. Curiosamente, cuando uno abre sus páginas ve, desde el inicio, la radical modernidad de los textos, que siguen aún plenamente vigentes y podrían publicarse hoy como novedad editorial. De hecho, gran parte de la literatura infantil que se publica es exactamente lo que María Teresa León hizo en 1934. No es necesario ser un niño para disfrutarlo, pero sí conservar dentro de cada lector las ganas de juego con la literatura y la capacidad de sorpresa que nos depara la imaginación.

Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino comparte la narración de Rosa-Fría con sus sobrinas. Son los niños los que mejor pueden comprender este cuento onírico que ayuda a superar todos los miedos.

Pancho escribe una introducción a la lectura de esta obra que os recomiendo: os hará desear abrir el libro.

Coro Entreaguas descubre la raíz de esta lectura: descubrir de nuevo el placer de leer, como cuando éramos niños.



Mª Ángeles Merino, que ha decidido leer a pequeños sorbos La saga/fuga, tras descubrir las razones de la lucha por las hembras entre celtas y godos llega al consolador a vela para los godos... con fabricación catalana...

Paco Cuesta nos ayuda a leer bien el título de la novela de Torrente para que no nos llamemos a engaño: todo está ya en él y es parte fundamental de la obra al explicarnos su perspectiva.

Myriam nos guía en la lectura que debemos hacer del narrador/protagonista J.B.. Una ironía de Torrente con la que juega bien nuestra Myriam.

Gelu publica la tercera entrega sobre el libro de Torrente: allí encontraréis enlaces de interés, selección de frases y la famosa nota del censor.


Pancho publica su décima entrega sobre la novela de Laura Castañón. En ella se encuentra el comentario de uno de los aciertos narrativos de la obra: la mirada infantil sobre las tragedias familiares en la escritura de un diario.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

lunes, 21 de abril de 2008

Rosa-fría y la mujer dinámica

Hoy he querido leer un poema de Alberti de otra manera. En clase, al abordar Rosa-fría, patinadora de la luna, de María Teresa León (uno de los mejores cuentos de la vanguardia española publicado en Madrid, en 1934, en el volumen de igual título), comenté previamente el texto de Alberti que le da pie, que también tiene el mismo título.
Este, en apariencia, enigmático soneto juega con muchas cosas, como todo el libro en el que se inserta (Marinero en tierra, 1924): tradición y vanguardia; amor y creación literaria; el mundo prelógico de lo infantil y el folclore y el cultismo. De hecho, el poema supone la escritura de un soneto perfecto, la estrofa que siempre se ponía como prueba de fuego de un poeta, y su descoyuntamiento sintáctico y temático (sobre todo con el final abierto que da paso al siguiente, sin el que no puede comprenderse: Malva-luna-de-yelo).
Hoy no he querido leerlo con la clave temática amorosa en la que suele comentarse (un amor juvenil perdido o la separación al alba de los amantes tras el encuentro nocturno) ni siquiera en una clave más difícil pero que da nuevo relieve a Marinero en tierra, la de la aventura poética de vanguardia. A veces, uno siente la necesidad de explicarse las cosas desde otro ángulo y he decidido fijarme en la mujer patinadora:

Ha nevado en la luna, Rosa-fría;
los abetos patinan por el yelo.
Tu bufanda rizada sube al cielo,
como un adiós que el aire claro estría.

¡Adiós, patinadora, novia mía!
De vellorí tu falda, da un revuelo
de campana de lino, en el pañuelo
tirante y nieve de la nevería.

Un silencio escarchado te rodea,
destejido en la luz de sus fanales,
mientras vas el cristal desquebrajando...

¡Adiós, patinadora!
El sol albea
las heladas terrazas siderales,
tras de ti, Malva-luna, patinando.

En efecto, el poema habla de la metamorfosis de Rosa-fría, su cambio, desde la perspectiva del amante clavado en el sitio, que no puede seguirla. Ella se ha ido, ha pasado a su lado con el revuelo de su falda al viento y el rizo de su bufanda. Apenas ha podido gritarle un adiós. Tras ella -¿o ella misma?-, Malva-luna, sombría y madura.

Rosa-fría es puro dinamismo. Con imágenes y sensaciones de la más pura vanguardia -la metáfora, la sinestesia, lo prelógico- trasforma Alberti el ambiente propio de la literatura infantil tanto que entonces sonarían estas palabras extrañas e incomprensibles. Pero había algo más, como en el cuento de María Teresa León que se inspira en este soneto.

Rosa-fría es una heroína diferente a la de los cuentos folcklóricos tradicionales: dinámica, deportista, moderna. Todo en ella es agitación y hasta en el gesto está la decisión de su propio destino, e incluso su silencio le hace libre hasta tal punto que sólo puede moverse en un paisaje que al pobre amante estático y masculino todo le parece de una frialdad que no comprende pero no puede dejar de apreciar. Hoy aun están por aprenderse y asimilarse las nuevas formas de relación sentimental que aparecieron en los primeros años del siglo XX como anticipo de muchas cosas.

Es otro tipo de rol femenino. A veces, en la imagen más simple está la semilla de los cambios.