miércoles, 13 de marzo de 2024
Noticias del membrillero japonés
jueves, 15 de febrero de 2024
De la palabra a la música. Instrumentos musicales históricos en la colección de Víctor J. Martínez López, en la sala de exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid
miércoles, 14 de febrero de 2024
Muros
martes, 13 de febrero de 2024
Tanta sed atrasada
lunes, 12 de febrero de 2024
El padre. Farsa trágica de Florian Zeller protagonizada por José María Pou
(Vista en el Teatro Calderón de Valladolid el sábado 10 de febrero de 2024)
domingo, 11 de febrero de 2024
Hoy he salido a ver los almendros en flor
sábado, 10 de febrero de 2024
Tan larga, la espera
del almendro temprano
junto a la acequia.
Las manos se hacen besos.
¡Tan larga, la espera!
(© Pedro Ojeda Escudero, El camino de los corzos, 2024)
viernes, 9 de febrero de 2024
Y así amanece el día
lunes, 29 de enero de 2024
Todavía estoy aprendiendo
miércoles, 24 de enero de 2024
Ha fallecido Ángel María de Pablos
Ángel María de Pablos junto a su mujer, Aurora Escalona, en los momentos previos a la representación del drama Don Juan Tenorio de José Zorrilla por Amigos del Teatro en el Teatro Zorrilla de Valladolid el 31 de octubre de 2022. Aquel día, el empresario Enrique Cornejo -socio y protector también de la Asociación- le hizo entrega de la placa con su nombre que ocupa, ya para siempre, una de las butacas del teatro. Fotografía de Luisa Valares, que supo captar un hermoso gesto de la pareja.
lunes, 22 de enero de 2024
Miro al suelo y está lleno de hojas caídas
domingo, 21 de enero de 2024
Afueras
Me gusta el territorio de las afueras. Escribo me gusta, pero creo que no es exacto: pertenezco, mejor. Allí nací en un año cada vez más lejano y, en gran medida, allí sigo. Los lugares que dejan de ser y todavía no son o que fueron algo y dejaron de serlo. En gran medida, es lo que siento que ha sido mi vida.
De vez en cuando las ciudades crecen de golpe y empujan sus márgenes más allá, cambiando todo lo que había al otro lado: más allá de las cercas o las murallas, más allá de las huertas, más allá de los cuarteles, los montes, los ríos, las vías del tren, de los antiguos polígonos, los pagos en los que había manantiales o viñas. De mi infancia no queda nada: todo ha sido sepultado por el hormigón y el asfalto. Alguna edificación conservada por su singularidad, pero que ya ha perdido su contexto, su razón de ser y no puede ser comprendida por los no advertidos: aquí hubo una finca ganadera y agrícola, todo esto era cereal y allí había unos gallineros, el cereal se regaba con el agua de una acequia y a sus lados crecían las zarzas. Ahora las afueras están unos quilómetros más allá, llena de fincas abandonadas, acequias ciegas y vertederos ilegales. Muchos no comprenden la belleza que hay en estos márgenes y todo su significado, cómo nos definen, incluso en sus tensiones y resistencias. Nadie se ocupa de nada aquí y la naturaleza se asilvestra hasta que la ciudad se desperece de nuevo.