martes, 2 de julio de 2024

Rumor de mar en Castilla

 

Los zarzales en flor junto a la acequia. No deja de sorprenderme la persistencia de la infancia en la memoria, los recuerdos de los brazos arañados por las diminutas espinas, las manos hacia las moras más grandes y jugosas, mi perro abriendo los labios para comerlas de las ramas, sin esperar a que yo se las ofrezca en la palma de la mano. Una para mí, otra para él. Me busco ahora la huella de los arañazos. No están, pero los siento. Hay que esperar aún hasta finales de agosto, pero ya llegan, como promesa cierta de estas flores de ahora.

Han florecido las zarzas junto a la acequia como si todo lo ocurrido desde entonces no sea, como cuando maduren las moras y las recoja a puñados para llevárselas a mi madre, que sabrá hacerlas con leche y azúcar. Me siento en el cemento del sifón, con los pies colgando al camino que corta la acequia. Comienza ya el calor, se levanta por unos segundos el aire y cantan las ramas de los chopos, rumor de mar en Castilla.


5 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

¡¡Anda!! no sabia lo del mar de Castilla. .-))

Sor Austringiliana dijo...

Rumor de mar de las ramas de los chopos y oleaje de cereal, así soñamos en Castilla el mar . Y nos llevas a "promesas ciertas" tan hermosas como las flores de zarza, y al perro goloso de tu infancia, cuando no importaban los arañazos. Ya vemos las moras.

São dijo...

Só esse rumor evoca o mar tão está de Castela...

E, por isso, estranho de cada vez que ouço, em Portugal, falar do interior do país.


A infância, meu querido Pedro, nunca se apaga em nós, verdade.


Fuerte abrazo.

Fackel dijo...

Bonito texto, por lo entrañable de los recuerdos y por la manera de traducirlos. Cada estación del año trae el ejercicio de recordar la infancia o juventud. Tan impactantes. ¿Has probado a precisar qué temas eran los que más recuerdas de cada estación?

Rita Turza dijo...

Me encanta tu mar...
Precioso retrato de interior, Pedro.

Un abrazo.