Mostrando entradas con la etiqueta Maribel Muñoz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Maribel Muñoz. Mostrar todas las entradas

domingo, 13 de septiembre de 2020

Unas mujeres juegan al hockey en 1933


Estas mujeres juegan al hockey en 1933. La instalación de Maribel Muñoz parte de una fotografía que documenta un partido celebrado aquel año. En la época de la vanguardia, la mujer rompió el monopolio que el hombre había tenido de la práctica de deporte como algo habitual. No era ya solo el ejercicio de la equitación, el paseo o la esgrima, sino la constitución de clubs deportivos que participaban en una competición. Maribel Muñoz trata su instalación como collage-móvil porque los móviles como objetos artísticos pertenecen también a aquellos movimientos de vanguardia de las primeras décadas del siglo XX.

La incorporación de la educación física a la formación pedagógica tiene su origen en los primeros años del siglo XIX, pero no será obligatoria en las escuelas españolas hasta el inicio del siglo XX. Sin embargo, en muchas ocasiones se dificultaba o impedía esta práctica escolar a las niñas bien por cuestiones morales bien por falsas creencias sobre la biología femenina. Evidentemente, la cuestión era más problemática en el caso de los sectores sociales menos favorecidos en los que la mujer estaba destinada a ayudar en la casa con pocos años y luego a ser madre o trabajar en las faenas agrícolas o en otras actividades sin especialización que contribuyeran a sostener la economía doméstica. Fueron las mujeres de la burguesía acomodada las que comenzaron a romper las barreras establecidas por la sociedad para practicar deporte y para hacerlo en público. Se creó una imagen con repercusión en la moda y en las revistas ilustradas. El tipo de mujer cambió con las fotografías y las ilustraciones que se publicaban en la prensa: una mujer más moderna, libre y fuera de lo convencional y que, por supuesto, practicaba varios deportes, singularmente el tenis o la natación. Incluso reduciendo lo que pudo tener de intereses publicitarios, aquella mujer que se proponía como modelo ya era más libre y no tardaría en calar el mensaje de forma general, sin duda más allá de lo que muchos hubieran deseado.

La literatura de vanguardia dio testimonio de todo aquello. Rafael Alberti dedicó un soneto lleno de vida y movimiento a una patinadora, Rosa-Fría, que María Teresa León glosó en un maravilloso cuento, Rosa-Fría, patinadora de la Luna. Aquella niña patinaba, competía y salía victoriosa de sus rivales y sus miedos: una niña deportista, inteligente y valerosa protagonista de un cuento infantil en los años treinta del siglo XX sin ataduras con la moralidad tradicional.

Estas mujeres juegan al hockey en 1933 en un encuentro entre la Residencia de Señoritas y el Club de Campo. La Residencia de Señoritas se fundó en 1915 y fue dirigida por María de Maeztu. Nacía del impulso educador de la Institución Libre de Enseñanza y era un proyecto universitario igual al de la Residencia de Estudiantes en la que estudiaron Buñuel, Dalí y García Lorca. En su programa e ideario se encontraba no solo el formar universitarios, sino personas de una visión amplia de la cultura y una mirada social para cambiar y modernizar España. Todo aquello fue destuido por la Guerra civil de 1936 y la dictadura franquista y, en gran medida, todavía no hemos conseguido integrar en nuestra época todo su legado.

Me gusta el dinamismo de esta instalación móvil de Maribel Muñoz en la que estas mujeres avanzan decididas hacia el futuro, hacia nosotros, quizá para continuar su camino e ir más allá de donde hemos llegado.

(La exposición de Maribel Muñoz, Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la Generación del 27 a través del collage, organizada por Valladolid Letraherido, puede verse en la sala municipal de exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid hasta el próximo 11 de octubre.)

sábado, 12 de septiembre de 2020

Los pequeños gestos

 


Des-cubriéndose es una instalación de Maribel Muñoz en homenaje a Las Sinsombrero, un movimiento de las mujeres de los años veinte del pasado siglo que decidieron no cubrirse la cabeza en público como exigían las normas sociales de aquellos tiempos y recibieron todo tipo de críticas e insultos. Se trata de un sombrero coronado por una figurita blanca sentada en un banco. Pertenece a la exposición "Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la Generación del 27 a través del collage", que puede verse en la sala municipal de exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid hasta el próximo 11 de octubre. Un gesto que ha quedado en la historia por su significado y por la personalidad de las mujeres que lo protagonizaron y los hombres que las apoyaban. Un gesto que hoy puede parecernos banal, como que las mujeres usen pantalones o hagan deporte o fumen en público o se separen de sus maridos, pero que alguien hubo de hacer por vez primera y afrontar las miradas recriminatorias y los improperios.

La historia del ser humano está llena de esos gestos aparentemente pequeños que realizan las personas que se han cansado de una situación que consideran discriminatoria o injusta. Dueños de esclavos que los liberaban, hombres que se negaban a combatir en las guerras, una mujer negra que decide sentarse en los asientos del autobús reservados para blancos, unos religiosos que deciden proteger a los miembros más pobres y perseguidos de la comunidad. Si el ser humano es mejor ahora, se debe más a estos pequeños gestos individuales que anticipan los grandes cambios y que suelen hacerse sin firmar previamente manifiestos ni anunciarlo primero en las redes sociales.

(La exposición de Maribel Muñoz, Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la Generación del 27 a través del collage, organizada por Valladolid Letraherido, puede verse en la sala municipal de exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid hasta el próximo 11 de octubre.)

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la Generación del 27 a través del collage.

 



En Valladolid Letraherido inauguramos mañana la exposición Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la generación del 27 a través del collage de Maribel Muñoz (Béjar, 1966) en la sala municipal de exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid (hasta el próximo 11 de octubre). Se trata de un trabajo de alta calidad artística que recupera la figura de las mujeres que protagonizaron la modernización de España en uno de los momentos más importantes de su cultura reciente, los años veinte del pasado siglo. El impulso inicial nace de una fotografía de juventud de la escritora Ernestina de Champourcin (1905-1999), una de las más reputadas integrantes del grupo que hoy se conoce como el de Las Sinsombrero y que es tratada por la artista para hacernos reflexionar sobre la fragmentación y ocultación que impusieron a su personalidad y obra la sociedad y el paso del tiempo.

A lo largo de cuatro bloques, Maribel Muñoz nos propone una mirada sobre la mencionada Ernestina de Champourcin, el grupo de mujeres pioneras en la modernización de España (sobre la acción de la Junta de Ampliación de Estudios, la personalidad de María de Maeztu y la importancia de la Residencia de Estudiantes), sobre un grupo de mujeres artistas y escritoras que trabajaron en un ambiente que no les era favorable y que Muñoz nos ofrece a través de unos collages bordados y la relación de las mujeres con la ciencia a partir de la recuperación de la importancia del laboratorio que la norteamericana Mary Louise Foster fundó en la Residencia de Señoritas y de nombres que hoy, por desgracia, no suenan como otros compañeros científicos de su generación: Jimena Quirós Fernández o Dorotea Barnés González. Por último, la exposición cuenta con cinco instalaciones construidas en diálogo con un cuadro de Maruja Mallo, el movimiento de Las sin sombrero, la figura de la pintora Delhy Tejero, el exilio que sufrieron muchas tras el establecimiento del régimen dictatorial de Franco y una moral que reducía a la mujer a los roles tradicionales, la importancia que la actividad física tenía para la formación de las mujeres de la Residencia y la trágica biografía de la artista Marga Gil.

El trabajo de Maribel Muñoz se basa en un dominio exquisito de las técnicas variadas del collage, pero también en una acertada mirada reflexiva y creativa sobre el significado de estas mujeres tanto en su individualidad como en su conjunto. La artista parte de una profunda investigación sobre ellas, su obra y su tiempo, pero nos propone también una reflexión contemporánea que nos pregunta a los espectadores sobre las razones por las que todavía hoy no hemos podido integrarlas en nuestra memoria colectiva como merecen y nos interroga sobre situaciones similares contemporáneas.

---
(Ampliación del día 10 de septiembre.)

Vídeo de la presentación: https://www.facebook.com/watch/live/?v=319109732702912&ref=watch_permalink

Página municipal: https://www.valladolid.es/es/actualidad/noticias/casa-revilla-acoge-exposicion-mujeres-corto-cambio-collages

Algunas reseñas de prensa:
https://www.20minutos.es/noticia/4375887/0/valladolid-acoge-la-exposicion-mujeres-corto-y-cambio-de-la-artista-bejarana-maribel-munoz/
https://www.elnortedecastilla.es/culturas/arte/sinsombrero-recortadas-siglo-20200910141403-nt.html
https://www.lavanguardia.com/local/castilla-leon/20200910/483394658941/valladolid-acoge-la-exposicion-mujeres-corto-y-cambio-de-la-artista-bejarana-maribel-munoz.html

domingo, 8 de diciembre de 2019

Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la generación del 27 a través del collage, de Maribel Muñoz


Hasta el día 15 de diciembre puede contemplarse en la Casa de Zorrilla de Valladolid, dentro del programa Valladolid Letraherido, la exposición de Maribel Muñoz Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la generación del 27 a través del collage. Es una muestra excepcional tanto en su idea como en su realización técnica. Aunque en la Casa no se ha podido instalar completa, lo que se expone es tan significativo que los interesados no pueden perder la oportunidad. Puede visitarse en las horas habituales del Museo Casa Zorrilla.

A partir de la técnica de collage, la artista bejarana residente en Madrid, homenajea a las mujeres de la vanguardia española cuya recuperación completa sigue siendo necesaria para que la historia de la cultura española de aquellos tiempos esté completa. Su técnica es mixta, introduciendo objetos y texturas diferentes que aportan interrogantes al espectador, que se ve aludido por lo que observa. El impulso inicial parte de una fotografía de juventud de la escritora Ernestina de Champourcin (1905-1999) y desde ella reflexiona y juega inteligentemente sobre su ausencia, la ocultación y el significado de todo ello. Pero no solo en la historia: haría mal el observador en pensar que lo que ve es solo una recuperación de esta y de otras mujeres artistas del pasado, puesto que la actualización a nuestros días nos lleva a preguntarnos sobre nuestra posición hoy al respecto.

Maribel Muñoz es precisa en el trabajo con el collage, desde la técnica primera hasta su deriva hacia la pintura, profunda en la reflexión, firme en la intención y delicada en el resultado final. Todo ello es una suma de la que no podemos eliminar ningún elemento.

Hace unos días anunció en su perfil de Facebook (de allí tomo las fotografías de abajo) el hallazgo de un fragmento de azulejo del siglo XIX en la finca conocida como La Francesa, junto al cedro centenario de Béjar. Prometió devolverlo a su lugar contando una historia sobre la ruina, el tiempo y la infancia. El sábado pasado dio cuenta del resultado con el que devolvía el objeto a su lugar de procedencia con un contenido ampliado por ese misterioso cruce de biografías y experiencias personales. Solo el arte puede resultar tan certero.






Móvil. Intervención sobre un cuadro de Maruja Mallo de 1928 (Dos mujeres en la playa).