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jueves, 16 de julio de 2015

Balance de un curso de lecturas en común


Finalizado el curso, es hora de hacer balance. Como saben los seguidores de este espacio, el Club de lectura de La Acequia es el más antiguo de Internet en lengua española con este formato que aprovecha los recursos de la web 2.0. En el año 2008, lancé la idea de leer y comentar en comunidad virtual el Quijote completo a razón de un capítulo cada semana, algo a lo que nadie se había atrevido y que parecía imposible de realizar. El proyecto cuajó y sus resultados han quedado como la única guía de lectura de la novela cervantina completa y en abierto realizada por un grupo de lectores, como sucede con cada una de las lecturas propuestas.

Esta experiencia de lectura colaborativa llevó a continuar la idea del club de lectura y, desde entonces, se programa la de un título al mes durante el curso. De esta manera, cada jueves publico una entrada con mi comentario de la obra elegida. A esta experiencia se suman los blogs amigos, personas que deciden comentar en las entradas o en el grupo de Facebook del Club de lectura y muchos otros que de forma silenciosa leen con nosotros los libros propuestos. Esta forma de seguir el club de lectura es gratuita e intenta, por una parte, promover la lectura de literatura en español y, por otra, fomentar la experiencia de la lectura en grupo junto a otros lectores que aportan sus conocimientos, sus opiniones y experiencias.

A partir del año 2011 el Club de lectura tiene dos formatos cuyas relaciones son evidentes. Por una parte, el virtual, a través de este blog, los de los autores amigos y el grupo de Facebook. Por otra, el presencial, sostenido generosamente por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos. En este formato nos reunimos una vez al mes en la Biblioteca General de la Universidad de Burgos. Además, se organizan encuentros con autores y viajes a los lugares que tienen relación con la última lectura del curso (hasta ahora, Valladolid, Aranjuez y Tánger). He de resaltar que todas las colaboraciones son generosas y voluntarias porque nadie obtiene ningún tipo de beneficio económico. Basta con el placer de leer en comunidad.

El presente curso ha sido intenso. Comenzamos en el mes de septiembre con la lectura de la segunda parte del Quijote escrita por Avellaneda para conmemorar su publicación en 1614.  La inauguración oficial la celebramos el 4 de noviembre en una sesión pública en el Museo del libro Fadrique de Basilea de Burgos con una charla sobre la novela de Avellaneda.  En diciembre dimos cuenta de Nada, de Carmen Laforet y comenzamos con La sonrisa robada, de José Antonio Abella, una gran novela que obtuvo el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2014. Su autor compartió una inolvidable sesión con los miembros de este club de lectura el 13 de enero, que celebramos también en el Museo del libro. A esta lectura siguieron las de los Usos amorosos del dieciocho en España y Entre visillos de Carmen Martín Gaite, El héroe discreto de Vargas Llosa, Sefarad de Antonio Muñoz Molina y La gratitud, el poemario con el que Fermín Herrero obtuvo el Premio Jaime Gil de Biedma y el de la Crítica de Castilla y León del año 2015. El autor se encontró con los lectores de este club de lectura en la sesión de clausura celebrada el pasado 9 de junio en el Museo del libro y que no será fácil olvidar por la cercanía y la calidad de Fermín Herrero. Finalmente, la lectura de las Crónicas de la guerra de África de Núñez de Arce nos llevó a visitar algunos de los lugares en los que se tuvo lugar aquella campaña bélica y celebrar la última sesión académica en el Instituto Cervantes de Tánger. También hemos estado presentes en el encuentro de clubs de lectura de la última Feria del libro celebrada en Burgos.

Quiero expresar mi agradecimiento tanto a José Antonio Abella como a Fermín Herrero por su generosidad a la hora de encontrarse con nosotros en este curso y acceder a comentar sus obras con los lectores. También a los responsables de la Feria del libro de Burgos por integrarnos en la mesa redonda de clubs de lectura y a los responsables del Instituto Cervantes de Tánger, que tan grata acogida nos depararon. Y, por supuesto, a la Junta Directiva de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos, que respalda la faceta presencial del club.

Un año lleno de lecturas y de experiencias compartidas a partir de los libros. No se puede pedir más. Seguiremos, por supuesto. El próximo jueves dará a conocer el listado para el próximo curso. Admito sugerencias a través del correo electrónico o comentarios a esta entrada. Recordad que leemos literatura en español y que alternamos clásicos con autores vivos.

Noticias de nuestras lecturas

Gelu continúa su lectura de las crónicas de Núñez de Arce llegando a los momentos de conflicto bélico. No os perdáis sus reflexiones personales.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

jueves, 9 de julio de 2015

El valor de las Crónicas periodísticas de la guerra de África de Núñez de Arce y noticias de nuestras lecturas


El final abrupto de las Crónicas de la Guerra de África de Núñez de Arce se debe a un fuerte desacuerdo con el diario para el que trabajaba como corresponsal. Desde febrero, al menos, se percibe en los textos de Núñez de Arce un cambio de signo que se concreta en varias cosas. En primer lugar, la sustitución de la figura heroica de Prim -no en vano, el general más afín a la causa del progresismo puro defendido por el director de La Iberia, Pedro Calvo Asensio- por la de los negociadores y el mismo O'Donnell, pero también alusiones cada vez más constantes a que el conflicto bélico no se había declarado como guerra de ocupación sino como guerra de prestigio que intentaba solo recuperar el honor de España. Está también la enfermedad, no aclarada, que motiva el traslado a la Península de Núñez de Arce durante un tiempo. Desde esos momentos, Núñez de Arce se dedica más a escribir un relato costumbrista, por una parte, y a justificar que España renuncie a la guerra -a pesar de los preparativos para marchar sobre Tánger-, firme el tratado de paz y se retire del terrero conquistado salvo unos pequeños emplazamientos para proteger Ceuta. Núñez de Arce, quizá por interés propio, quizá por haber visto en directo las consecuencias de una guerra, defiende la postura de O'Donnell y eso, inevitablemente, le hará chocar con La Iberia, renunciar a la corresponsalía y abandonar el periódico. La Iberia no publicará directamente su última crónica, en la que explica su postura, sino recogiéndola de otros periódicos.

La guerra había terminado. La posición de España en el norte de Marruecos era insostenible: la expedición había sido pésimamente planificada en aspectos básicos como la intendencia o el sanitario -las enfermedades causaron más muertes que los enemigos- y ni siquiera sirvió para recuperar el prestigio exterior español como potencia. Pero sí sirvió para una causa interna: generó, más que cualquier otro conflicto anterior, una idea de nacionalismo liberal español en el que se reunían diversas clases sociales y todas las regiones del país. A este respecto, recomiendo leer con calma los pasajes dedicados por Núñez de Arce al cuerpo de ejército de los voluntarios catalanes. También sirvió, por supuesto, para consolidar durante un tiempo el poder de O'Donnell.

Sea como sea, esta guerra quedó en el imaginario popular del país. Y las crónicas de Núñez de Arce y el volumen en el que meses después recogiera sus textos con sustanciales variantes, contribuyeron a ello. Fue el primer conflicto español que se siguió a través de la prensa de una forma moderna. Núñez contribuyó con su prosa a crear un estilo de cronista de guerra que aún hoy existe. En él se mezcla el relato de los hechos  bélicos con las escenas costumbristas, la opinión con el reportaje.

Con esta entrada terminamos el comentario de las Crónicas de Núñez de Arce. En las próximas haremos balance del curso, anunciaremos las lecturas del próximo y otras novedades.

Noticias de nuestras lecturas

Mª del Carmen Ugarte comenta con todo acierto el pasaje de la llegada de las tropas de voluntarios catalanes al frente africano, uno de los más significativos de la obra.

Mª Ángeles Merino, en ese seno cotidiano y familiar desde el que comenta acertadamente esta lectura, llega a la esperanza que generó la victoria de Tetuán y las posibilidades que abría para España.


De la laberíntica construcción de una casa en esta novela de Torrente Ballester en la que se intenta someter a razón científica el caos, hasta Sabina. No me preguntéis cómo, pero de eso solo es capaz Pancho en esta entrada.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

jueves, 2 de julio de 2015

Sesión académica del Club de lectura en el Instituto Cervantes de Tánger con motivo del comentario de las Crónicas periodísticas de la Guerra de África de Núñez de Arce y noticias de nuestras lecturas


Desde hace unos cursos, la lectura final de cada año nos lleva a los lugares en los que trascurre la obra. En este caso, los miembros del Club que pudieron hacerlo más otros miembros de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos nos trasladamos a Marruecos para conocer parte de los paisajes descritos por Núñez de Arce en las Crónicas periodísticas de la Guerra de África.

El lugar que tomamos como centro de operaciones fue Tánger por varias razones. En primer lugar, por la comunicación directa con la península que nos permitía acortar el tiempo del viaje. En segundo lugar, porque esta ciudad era el lugar prometido, el destino final del ejército español al que nunca llegaron los soldados españoles. Núñez de Arce alude a este aspecto, al describir el paso del estrecho por las tropas españolas, en la carta que publicara La Iberia el 7 de diciembre de 1859:

El "Provence" navegaba más inmediato a las costas de España que a las de África, y esto fue causa de que no distinguiéramos como hubiéramos querido los muros de la antigua Tánger, donde se puede decir que ha tenido su nacimiento esta guerra. Vímosla, sin embargo, aunque vagamente, a favor de los anteojos (...)

Esta Tánger lejana será el objetivo de las tropas tras la toma de Tetuán pero la firma del tratado de paz y, sobre todo, la oposición radical de Inglaterra a la entrada en la ciudad del ejército español, dejó a Núñez de Arce sin la posibilidad de conocerla.

Por eso mismo decidimos tomar Tánger como centro de operaciones de nuestro viaje de conocimiento de la zona. El viaje, del que daré cuenta detallada mañana, fue excepcionalmente interesante. No solo pudimos conocer los paisajes por los que se desarrolló en parte el conflicto -sobre todo Tetuán- sino visitar un país que parece, a la vez, tan cercano y tan lejano como Marruecos, tomar contacto con la realidad de su evidente trasformación, los proyectos de modernización y el auge económico que se puede apreciar en la zona. Para muchos, además, fue la primera experiencia en un país musulmán en pleno Ramadán.

El grupo de viajeros del Club de lectura y la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos en las escaleras de acceso al Instituto Cervantes de Tánger. A mi derecha, el administrador del centro, Miguel Ángel Sanjosé, que nos acompañó en la visita y nos puso todo tipo de facilidades. A mi izquierda, el presidente de la Asociación, Manuel Sancho.

El pasado lunes 29 fuimos recibidos en el Instituto Cervantes de Tánger, uno de los más importantes y de mayor impulso de esta institución que se encarga de divulgar y fomentar la cultura española por el mundo. Visitamos las instalaciones de la mano de Miguel Ángel Sanjosé, el administrador del centro, que se prestó con gran generosidad y profesionalidad a informarnos de las actividades de un Instituto Cervantes como el de Tánger. En nuestra visita pudimos apreciar la vida cultural que hay en él, las actividades docentes que se encargan de enseñar la lengua española y todos los proyectos relacionados con esta labor más la divulgación de la vida y cultura de nuestro país. Contamos también con la presencia y las atenciones del Jefe de estudios, Roberto Orti, que se encargó de explicarnos esa labor docente que a muchos puede pasar desapercibida pero que es parte indispensable para sembrar el futuro de la lengua española más allá de nuestras fronteras.

La bibliotecaria del Instituto Cervantes de Tánger, Silvia Montero, mostrándonos
algunos ejemplares de la interesante sección de hemeroteca de la Biblioteca Juan Goytisolo.

La bibliotecaria, Silvia Montero, nos enseñó las instalaciones correspondientes a la excepcional biblioteca que lleva el nombre de Juan Goytisolo, un autor muy vinculado a Tánger. Su generosidad y entrega en un trabajo que le ilusiona nos permitió conocer el fondo antiguo y ver los originales correspondientes a los folletos en los que se contaron los hechos principales de la guerra narrada por Núñez de Arce.

Quiero agradecer también la atención prestada a nuestra visita por María Isabel Navarro, auxiliar administrativo, y por el resto del personal del Cervantes de Tánger. Estoy convencido de que personas como estas, que nos demostraron dedicación e ilusión por su trabajo, son las que necesita un proyecto como el Instituto Cervantes, no siempre bien comprendido y apoyado por nuestros gobiernos.

Se nos permitió usar la Sala de vídeo para desarrollar la parte académica de nuestro viaje, que consistió en el comentario y debate sobre los aspectos más importantes de la obra. En especial, la utilidad de aquella guerra, sus razones y el final del conflicto. También se abordaron otros aspectos como el contexto histórico español y europeo, las razones ideológicas y las cuestiones literarias. De todo ello seguiré dando cuenta en la próxima entrada del Club de lectura, la última dedicada a las Crónicas de Núñez de Arce.

Sin duda, la visita al Instituto Cervantes de Tánger fue una magnífica forma de cerrar este curso del club de lectura en su faceta presencial. De allí salimos todos comprendiendo el interés de centros como estos, que deben ser apoyados en todo momento como parte esencial de la proyección exterior de la cultura española.

- Hay edición moderna al cuidado de Mª Antonia Fernández en Madrid, Biblioteca Nueva, 2003. Sigue la versión publicada en las páginas del diario La Iberia durante el conflicto. Puede cotejarse con el acceso directo al periódico en este enlace.
- Bajo el título de Recuerdos de la campaña de África, Núñez de Arce publicó una versión sutilmente revisada de sus crónicas en 1860 -para justificar su cambio de posición sobre O`Donnell-. Puede leerse y descargarse gratis en este enlace.

Noticias de nuestras lecturas

De los que fueron a la guerra trata la entrada de Mª del Carmen Ugarte, que comienza recordando el origen del nombre del barrio madrileño de Tetuán para prestar atención al anecdotario emocional que encontramos en la obra de Núñez de Arce. Entrada de gran interés.

Gelu escribe su segunda aportación enlazando el texto con sus correspondientes remites al periódico de La Iberia y subraya las diferencias entre las Crónicas y los Recuerdos.

Mª Ángeles Merino suma, con todo acierto, a la criada de la casa en el comentario de las páginas de La Iberia. Este diálogo entre mujeres de diferente clase social y condición es impagable, puesto que nos aclara mucho de los que ocurrió en la época.



Un año después, con las constancia de quien bien cumple una promesa, Pancho recupera una lectura que nos entretuvo y divirtió el año pasado, La saga / fuga de J.B. de Gonzalo Torrente Ballester. No sumerge de nuevo en aquella provincia gallega que existe pero no y en la complejidad del entramado de personas y juegos intertextuales de Torrente. Y yo, disfruto, hasta de esa compleja santidad que menciona Pancho antes de llevarnos a los Beatles. No os perdáis las ilustraciones.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

jueves, 25 de junio de 2015

Civilización y barbarie en las Crónicas periodísticas de la Guerra de África de Núñez de Arce y noticias de nuestras lecuras.


Bajo el brillante texto de Núñez de Arce, que oscila entre la crónica periodística de una modernidad de estilo que sorprende, el relato costumbrista y la descripción literaria de los lugares, late un tópico de la cultura del momento.

El enfrentamiento entre civilización y barbarie es una constante temática del siglo XIX, especialmente en la segunda mitad. También lo fue en otros cronistas del acontecimiento bélico que nos ocupa, en los redactores de las proclamas y discursos y en la retórica oficial. A pesar de que hay un momento en las crónicas en el que Núñez de Arce comienza a hablar de que España no había ido al norte de Marruecos para quedarse sino para salvaguardar su honra y se decanta por la opción final de O`Donnell en los acuerdos de paz  de abandonar lo conquistado contra la línea editorial de su propio periódico, es insistente en los primeros envíos al periódico todo lo contrario: España proyectaba infraestructuras y otras instituciones para una larga estancia. Es evidente la raíz neocolonial de toda esta argumentación y también el recubrimiento ideológico: España llevaba la civilización a un lugar dominado por la barbarie, el atraso y la desorganización. Una región que carecía completamente de una estructura de estado al estilo europeo. A diferencia, además, de lo que había ocurrido en tiempos del Imperio, no se trataba de una conquista para imponer el dominio de una monarquía absoluta sino de llevar, según Núñez de Arce, la idea de libertad de las nuevas monarquías parlamentarias a un territorio que no la conocía. Este concepto ideológico irá creciendo a lo largo de las crónicas y ocupará párrafos enteros para justificar tanto la acción militar como muchas de las cosas que allí ocurrieron. Pero también late debajo de las descripciones de los personajes -tanto los europeos como los africanos-, de los hábitos y costumbres locales, de la ciudad de Tetuán o el campamento enemigo -en el que reina la inmundicia y el ajuar es similar al de los mendigos de las ciudades europeas-  y de los paisajes. Esta parte de África se presenta como tierra inhóspita a la que hay que llevar la civilización. Es curioso que solo salve a los marroquíes cuando los compara con los judíos, a los que desprecia en un claro gesto antisemita.

Como muestra, una anécdota en la que se detiene Núñez de Arce en su crónica del 24 de febrero de 1860. Conversando con los enviados de Muley-Abbas para negociar el tratado de paz, los siguió cuando el general Ríos les muestra las novedades técnicas de las que dispone el ejército español. Al examinar el telégrafo que conecta el alojamiento del general con la Aduana del Martín, dice:

El aparato no les llamó la atención, y se comprende bien, porque su inteligencia no está lo suficientemente ilustrada para que puedan entender y admirar estos grandes adelantos de la civilización. Además, como hijos de un pueblo casi primitivo, no sienten la imperiosa necesidad de vivir años en minutos, digámoslo así, ni arde su sangre con la fiebre que agita a las razas europeas, ávidas de emociones, de cambios, de peripecias, y deseosas no sólo de devorar el espacio, sino de escalar el cielo.

Es curioso, al redactar el texto -que continúa en la crónica en este tono-, Núñez de Arce mezcla conceptos propios del materialismo que inunda ya el pensamiento europeo con restos del romanticismo por el que se retrata la vida de esta gente con un guiño de nostalgia por un tiempo perdido inevitablemente. Es brillante ese concepto que fabrica Núñez de Arce tiene muchos matices, algunos incluso positivamente contrarios a la civilización que defiende el autor: no sienten la necesidad de vivir años en minutos.



Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino sigue con el comentario de las Crónicas en su formato de diálogo en familia a partir de la lectura de La Iberia. Preocupaciones hondas en el seno de una familia burguesa que alteran la vida normal. La guerra, en efecto, no es un juego.

Gelu comienza su comentario de la obra con una buena idea: contextualizar en la época del conflicto usando para ello el periódico La Iberia. Así es posible comprender mejor esta guerra.

Se detiene Mª del Carmen Ugarte en las facetas costumbristas de las crónicas, sus descripciones llenas de elegancia y su forma de encarar los tiempos de espera del conflicto. Bendita hemeroteca.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

jueves, 18 de junio de 2015

La guerra de África y los cronistas españoles (a propósito de las Crónicas periodísticas de la guerra de África de Núñez de Arce) y noticias de nuestras lecturas.


Pocas cosas hay más funestas para un país que un gobierno en deriva autoritaria cuando siente el peligro. Eso es lo que le ocurría a Leopoldo O'Donnell en 1859. El desprestigio de la reina Isabel II iba en aumento entre las grandes personalidades del país aunque aún no era general entre la población, los sectores más puros del progresismo habían sido apartados completamente del poder y dentro de la Unión Liberal (el partido fundado en 1858 por O'Donnell a partir de las ideas que manejaba ya tras el golpe de estado de 1854 para agrupar en él una alianza de los moderados del partido conservador -los puritanos- y del partido progresista -los templados o resellados-) comenzaban a manifestarse los descontentos.

La convulsa historia revolucionaria de los años anteriores, la inestabilidad de los gobiernos españoles de mediados del siglo XIX, la corrupción latente del sistema isabelino -aumentada por las obras del ferrocarril-, la propia personalidad de la reina y  las tensiones políticas manifestadas en la prensa, etc., hacían dudar al general O'Donnell de su propia continuidad al frente del país. Conocía esta realidad española porque, no en vano, figuraba en la primera línea de esta inestabilidad desde su participación en la Primera guerra carlista. Su muerte en el exilio en 1867 le impedirá ver la culminación de esta etapa de inestabilidad con la Revolución de 1868.

O'Donnell aplicó desde 1858 una fórmula que no suele fallar en situaciones como la española: crear un enemigo exterior y dotar de un motor de unión a las facciones diversas que comenzaban a resquebrajar el frente de la Unión Liberal. Encontró en los hostigamientos a las tropas españolas establecidas en la región del Rif una excusa adecuada para lanzar una de las movilizaciones patrióticas más importantes de la historia de España. De hecho, hasta la guerra de Cuba la primera guerra de África se señaló como un hito en la memoria colectiva de los españoles. O`Donnell magnificó los enfrentamientos, ocultó información sobre la legitimidad de las defensas españolas en Ceuta y acusó al sultán de Marruecos de romper el pacto de no agresión que se había firmado poco antes y movilizó todo el poder propagandístico del estado y de los periódicos afines. Esta movilización puede contarse como la primera ocasión en la que en España se usaron técnicas de propaganda moderna al servicio del gobierno para crear un estado apropiado para una intervención militar en el exterior. Y fue efectiva. Muchos de los componentes patrióticos que hoy se utilizan en España fueron construidos en aquellos tiempos. O`Donnell se envolvió en la bandera española en gran medida para aumentar su propio prestigio y embarcó al país en una política de gestos y acciones de fuerte carácter neocolonial pero escaso sentido práctico. Por otra parte, estaba clara la subordinación de esta política española a la de Francia. Acompañando a las tropas francesas -a las que se subordinaban- envió fuerzas españolas tanto a la Conchinchina -el actual Vietnam- y a la romántica y desastrosa aventura de fundar un imperio mexicano al frente del cual se situaría Maximiliano I.

O`Donnell se subordinaba a Francia buscando un prestigio imperial para España cuando esta estaba en franco declive tanto en el panorama político como en el económico. Incluso la primera guerra de África, que pareció una iniciativa personal, contó con la presencia de observadores internacionales que dejaban clara la órbita neocolonial a la que pertenecía. Y aunque el resultado puede contarse aparentemente como un éxito personal, en realidad fue una desastrosa actuación que sangró el erario público, causó muertos y no supuso, en realidad, más que un gesto de honor porque lo ganado no pudo consolidarse.

Pero la movilización inicial fue un éxito rotundo de la estrategia creada por O'Donnell, que tuvo clara conciencia de que una guerra se gana antes en la prensa que en los campos de batalla. Incluso los periódicos más reacios a la intervención tuvieron que plegarse a la ola patriótica que recorrió el país. Por eso, la primera guerra de África se luchó también en las páginas de los diarios y semanarios y en las entregas de los relatos bélicos que se obtenían mediante suscripción. Los periódicos informaban al detalle de los preparativos y de los acontecimientos bélicos, se vendieron con profusión mapas de la zona, etc. Todo periódico que se preciara debía estar presente en el Rif. De aquellos relatos salieron dos obras que permanecen hoy como los primeros ejemplos de crónicas bélicas españolas modernas: el Diario de un testigo de la guerra de África, de Pedro Antonio de Alarcón y las Crónicas periodísticas de la guerra de África de Gaspar Núñez de Arce. Son más interesantes, para la historia del periodismo español, estas segundas porque constituyen el primer gran monumento cerrado de unas crónicas de guerra publicadas en un diario español. Núñez de Arce trabajaba en la redacción del períodico La Iberia -el órgano de expresión de los progresistas puros y, por lo tanto, en la oposición a O'Donnell- y solía cubrir acontecimientos relevantes como lo que hoy llamamos reportero. Sus crónicas sobre inauguraciones de tramos de ferrocarril o canales son un modelo perfecto del género a mediados del siglo XIX. Estas crónicas de la guerra de África constituirán su máxima aportación a la modalidad y leídas hoy sorprenden por su modernidad. También suponen un giro en su vida. En África, O'Donnell terminará convenciéndole de las bondades de su política y Núñez de Arce se despide de La Iberia. Esta traición al director del periódico, Pedro Calvo Asensio -que, a pesar de eso, publicó hasta la última de las crónicas-, y su línea editorial, queda en la biografía de Núñez de Arce.

Leer estas próximas semanas las Crónicas de Núñez de Arce es enfrentarse con una España que nos recuerda en gran medida una buena parte de los males instalados en la sociología del país pero también disfrutar como lectors con el primer gran relato periodístico de una campaña bélica nacional escrito por un cronista español y publicado al calor de los acontecimientos.

- Hay edición moderna al cuidado de Mª Antonia Fernández en Madrid, Biblioteca Nueva, 2003. Sigue la versión publicada en las páginas del diario La Iberia durante el conflicto. Puede cotejarse con el acceso directo al periódico en este enlace.
- Bajo el título de Recuerdos de la campaña de África, Núñez de Arce publicó una versión sutilmente revisada de sus crónicas en 1860 -para justificar su cambio de posición sobre O`Donnell-. Puede leerse y descargarse gratis en este enlace.

Noticias de nuestras lecturas

Luz del Olmo reproduce la parte final de la crónica de la guerra publicada por Núñez de Arce en La Iberia fecha en Ceuta el 10 de diciembre de 1859. Una buena forma de que comprendamos la estructura de estos textos.

Mª Ángeles Merino encuentra un buen lugar desde el que comentar las crónicas de Núñez de Arce: un domicilio burgués, conmocionado, como todos los de la época, por los hechos, de los que tiene conocimiento a través de los periódicos.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

jueves, 11 de junio de 2015

Los otros en La gratitud de Fermín Herrero y noticias de nuestras lecturas, con anuncio de la última del curso.


Fermín Herrero estructura La gratitud para que toda la meditación sobre/en el paisaje -el poeta y la naturaleza no solo como marco para la reflexión o el hallazgo de sonidos y formas sino como esencia misma del hallazgo poético y vital que supone cada poema- de las primeras secciones nos lleve hacia la última en un movimiento tonal ajustado que va desencadenándose de forma suave. Tras La medida del mundo, Aflicción, Razón de ser y La energía oscura, este camino de conocimiento que es La gratitud nos desembarca en Lo propio y lo diverso. El poeta llega allí con una sensación agridulce, ha aprendido pero quizá sea demasiado tarde porque la vida se achica por delante:

Cuando se aprende algo de la vida y su tramoya
es demasiado tarde para muchos, desde luego
para mí. Porque entonces, no queda empuje
donde poder durar, no le cabe su proporción
al cuerpo.

Y, sobre todo, porque se establece una batalla contra el orgullo, que es quizá la última de las batallas que se debe dar para alcanzar el estado al que se aspira:

(...) Qué vergüenza que a pesar
de la edad uno no consiga reducir su ombligo
cargado de razón. Y límites.

Quizá por eso la voz poética se concentra en los otros. Se hace testigo, como en las secciones anteriores lo hizo con la naturaleza, de la vida de los otros, de los logros más exactos de los otros, que son los más humildes: la mujer a la que de niña, en los años cincuenta, cambian por una burra pero que ha conseguido salir adelante, el hijo que le declara su amor hasta la casa/ del tiempo y más allá, , la mujer a la que todavía debe amarse más. También el reconocimiento a los padres -ese eslabón de gratitud entre las generaciones anteriores y las venideras-. Sobrecoge el poema en el que los padres están presentes por las acacias que plantaron:

Qué solas, esta tarde, las acacias, qué tristes
sin vosotros, que las plantasteis. 
(...) Pendientes siempre, sobre todo
de mí, que en la farsante favor del mundo renegaba
de aquella voluntad tan pobre, tan honesta.

Presentes también en la casa ya vacía a la que se vuelve y que contiene, en su inicio, una de las definiciones del poemario: La raíz es el peso.

Es significativo que en esta sección se trabaje el lenguaje de una manera que nos trasporta ya no solo las cosas que nombra sino el uso que hacen de él las personas, con lo que consigue ponérnoslas delante, hacérnoslas presentes con esas pocas palabras que recoge de su boca: Y qué, casi casi, en teniendo, se esfogue, de nada nada, vamos. O en las acciones descritas en estos poemas, como la mujer asomada al ventanuco que ha ido a morir al pueblo y que sabe que la niebla oculta pero quizá hace más ciertas las cosas (Lo que en la niebla no se ve, está) y que se echa en la cama a esperar la muerte tras haber limpiado la casa

para que se encontrara todo bien recogido

Es en todos estos personajes cercanos, que dejan huella solo en los que los tratan y no en la historia falsa del ser humano, en los que se reconoce el autor y expresa finalmente el sentido de gratitud:

(...) Por quien
soy desde los demás, también por lo diverso.

Noticias de nuestras lecturas

Foto del acto tomada por Mª Ángeles Merino. 
De izquierda a derecha: Pedro Ojeda, Fermín Herrero, Manuel Sancho y Juan José García

El pasado martes, día 9, tuvimos la clausura académica del curso 2014-2015 del curso del Club de lectura en el formato presencial sostenido por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos. Aunque todavía nos queda un título más, este nos llevará a Tánger y no todos los participantes en el club de lectura presencial pueden acudir, lo que motivó el acto formal de esta semana. Allí, en esta ciudad del norte de África, cerraremos un curso lleno de tantas cosas. Daré cuenta de ello y haremos balance.

La clausura se celebró en el Museo del Libro Fadrique de Basilea, que tan amablemente ha acogido nuestros proyectos y es un lugar muy apropiado para hablar de libros, de escritores, de lectores y de cultura. En el presente curso, hemos celebrado allí también la inauguración del curso y el encuentro con José Antonio Abella, autor de La sonrisa robada. Las palabras de acogida de Juan José García, su director, expresan ese amor por la cultura y el libro que llenan todo el Museo. Intervino también Manuel Sancho, presidente de la AAAAUBU, y excusó su presencia el Vicerrector de Estudiantes y Extensión Universitaria de la UBU que tenía otro compromiso académico.

El acto académico central tuvo la forma de encuentro con el poeta Fermín Herrero. No se me ocurre nadie mejor para cerrar este año de nuestro club que el último Premio de las Letras de Castilla y León. La hora larga de conversación que mantuvimos con él sirvió no solo para comprender mejor La gratitud sino también para comprobar su calidad humana y aproximarnos a través de sus palabras a su mundo intelectual y poético. Mª Ángeles Merino reseña el encuentro con Fermín Herrero y la clausura académica del curso. Os remito a su entrada para un mayor conocimiento de lo que allí ocurrió. Por mi parte, expresar de nuevo mi agradecimiento a la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos, al Museo del Libro Fadrique de Basilea y a Fermín Herrero, que tan amablamente se prestó a acercarse a Burgos y compartir tiempo con sus lectores.

Mª del Carmen Ugarte García comenta un poema que nos agarra nada más leerlo: por la forma de quebrar el tono anterior del poemario, por el tema. Y este comentario enlaza con la situación presente. No dejes de leerlo. Y al buen tuntún termina su lectura de esta obra en una exacto juego intertextual que es más que apreciable porque nos explica la profundidad de su lectura.

Luz del Olmo glosa la poesía de Fermín Herrero: un encuentro poético que debemos celebrar.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

Anuncio de la próxima lectura



Terminamos el curso con las Crónicas periodísticas de la Guerra de África (1859-1860) de Gaspar Núñez de Arce. Este volumen recoge una de las primeras crónicas de guerra publicadas en un periódico español en el sentido moderno del término. Nos ocupará las próximas semanas y nos llevará hasta Tánger para clausurar definitivamente el curso 2014-2015.

- Hay edición moderna al cuidado de Mª Antonia Fernández en Madrid, Biblioteca Nueva, 2003. Sigue la versión publicada en las páginas del diario La Iberia durante el conflicto. Puede cotejarse con el acceso directo al periódico en este enlace.
- Bajo el título de Recuerdos de la campaña de África, Núñez de Arce publicó una versión sutilmente revisada de sus crónicas en 1860. Puede leerse y descargarse gratis en este enlace.