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viernes, 5 de septiembre de 2025

Un buque fantasma en mitad de la niebla

 


Me atraen los restos de la ciudad de antes en medio de la novedad del crecimiento urbano. No me refiero solo a lo que ha sido restaurado y respetado en su lugar, sino especialmente a lo que aún no ha sido demolido puesto que su interés patrimonial o económico es escaso para las pretensiones actuales, pero que no tardará en desaparecer. Tapias, viejos talleres, puertas, ventanas, muros de edificaciones con las que, de pronto, te topas en tu recorrido por la ciudad nueva y que reconoces. Son testigo de lo que conociste. Desencadenan en ti la memoria: aquí estuvo tal comercio, por aquí se iba a tal lugar. Sabes que no perdurarán, que están condenados a desaparecer antes o después, pero aún resisten y te apresuras a anotarlo para que no te ocurra como cuando buscabas un callejón en el que había un bar cerca de la Facultad en el que escuchabas rock mientras tomabas una cerveza y besabas y ya había desaparecido como por arte de magia. ¿Te gustaría que aún permanecería, oculto detrás de las paredes del edificio moderno que han construido encima? Quizá no existiera tampoco entonces, cuando creíste estar allí, y todo aquello no sea más que un buque fantasma en mitad de la niebla que ves pasar mientras anotas en el cuaderno unas cuentas ideas para un poema, sobre la mesa de la terraza en la que te tomas el café de media mañana.

domingo, 20 de agosto de 2023

Caer hacia adentro

 

Hubo una época en la que fotografiaba ventanas con la esperanza de verme asomado en alguna de ellas.

Recuerdo una ventana de madera azul índigo abierta sobre el Mediterráneo. Sentado a la mesa pegada a la ventana escribí un poema de amor mientras las gaviotas sobrevolaban los barcos de pesca que entraban en el puerto. Recuerdo que la mesa era gruesa y firme, que la brisa hacía ondular las cortinas y que no era verano. También recuerdo mis pies descalzos sobre el suelo de barro cocido y que escribía con pluma estilográfica. Pensaba que el tiempo, al fin, se había detenido. Ni siquiera sé dónde fue a parar aquel poema.

Para los que sufrimos de vértigo, asomarnos a la ventana es caer hacia adentro.

domingo, 4 de marzo de 2012

Reparo ahora los daños


Me ha dado por abrir ventanas sin darme cuentas de que algunas las habían arrancado los temporales del invierno. Reparo ahora los daños: lija, pintura, barniz y visillos.Y que llegue la primavera.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Dos ventanas


El tiempo cumple su ciclo. A pesar de todo, comienza a percibirse la primavera. Por estas tierras aun no han florecido los almendros, las mañanas todavía son frías y hemos tenido uno de los inviernos más secos de las últimas décadas. Pero algunas ventanas se han pintado de color a nuestro paso.

sábado, 18 de junio de 2011

El misterioso asunto de las relaciones personales


Nadie tiene la receta para que mejore una relación que se ha enturbiado en unas pocas semanas. Es curioso cómo a veces se intenta arreglar algo y termina estropeándose más y donde había complicidad ahora hay desencuentro. Y duele. Al paseante ahora le ha dado por meditar triste sobre estas cosas fijándose en las puertas del barrio viejo que lleva dentro.

viernes, 17 de junio de 2011

Puertas que envejecen de forma brusca


Es sorprendente cómo algunas puertas se cierran y envejecen de forma brusca y no vuelven a abrirse nunca por mucho que se llame a ellas. El paseante se queda de pie y atónito, ante ellas, buscándose una llave que dejó olvidada dentro.

miércoles, 6 de abril de 2011

Aldaba y cerrojo


Hay gente que se empeña en decir que está disponible solo porque ha puesto una aldaba en la puerta, justo al lado del cerrojo.

viernes, 15 de octubre de 2010

Calle Arenal esquina Calle San Nicolás




Hacía frío en Miranda de Ebro, un frío húmedo de otoño. El río corría lento, entre aquende y allende, quizá corría por dentro, buscando ensimismado -desde tan lejos- desembocar en su mar.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Dayana


Retrato de amor adolescente con retazos verdes sobre fondo de puerta de chapa oxidada. Quizá sólo afirmación de identidad.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Silla


Siempre es agradable encontrar una silla para sentarse a descansar en mitad del ruido urbano.

martes, 14 de septiembre de 2010

martes, 7 de septiembre de 2010

Escalera de emergencia


Siempre me ha sorprendido lo parecidos que son muchos lugares en todas las ciudades del mundo. Es decir, nosotros.

viernes, 20 de agosto de 2010

Puerta y llave fósil


A veces tardamos tanto en regresar que la llave del hogar que dejamos bajo el felpudo ha devenido en nuestro fósil.

martes, 27 de abril de 2010

La fachada de mi casa es amarilla


Hoy me he desorientado. Qué hacer cuando uno espera que el semáforo se ponga verde para cruzar la calle y no recuerda el camino a casa. El daltonismo hace que el verde no sea más que una posición y cuando se pierde el sentido de orientación tampoco sirve de nada pintar la fachada de la casa de amarillo.

sábado, 16 de enero de 2010

La cultura en Internet y los guardianes del secreto


Internet tiene muchos riesgos pero ninguno de ellos se relaciona con la ocultación de los conocimientos.

A veces me da la impresión de que algunos críticos de esta herramienta de comunicación de lo que se lamentan de verdad es de que se acabe su función como controladores de la cultura: muchos editores y escritores consagrados (o que creen serlo o que se sienten heridos por no serlo) insisten en denostar la red electrónica y juran que no les interesa ni les aporta nada, al igual que músicos, académicos, docentes, marchantes, etc. En otro campo, es lo mismo que sucede con la gestión de la información y los periodistas.

Por otra parte, en Internet es tan rápido conocer la opinión de los receptores de un producto que muchos de los artistas y gestores de la cultura y la información no se sienten cómodos: da la impresión de que añoran los tiempos en los que no tenían ninguna relación con su público pero no quieren perder los beneficios económicos y de posición social que han venido ocupando gracias a que existe un público que consume lo que ellos producen, sin comprender que en una sociedad occidental actual gran parte de la población desea ser activo en el proceso y no un mero sujeto pasivo.

En el fondo, hay un temor a que la estructura tradicional de reparto del pastel cultural se altere y que haya más gente opinando, produciendo y consumiendo que no tenga que pasar necesariamente por sus manos y que pueda gestionar sus propios conocimientos y productos artísticos.

Al igual que los nuevos formatos de televisión -muy relacionados con el formato electrónico- han disminuido las cifras de audiencia para los canales y lo harán más en el futuro, Internet ha provocado que haya más públicos (en plural) que puedan encontrar lo que buscan sin pasar por los guardianes del secreto. Y más autores produciendo.

Además, las posibilidades de reproducción y su rapidez asustan a los creadores que pretenden ganarse la vida con sus obras a la manera en la que se ha venido haciendo en el último siglo: todo producto volcado en Internet, si tiene éxito, tiende a convertirse en anónimo o a contar con múltiples atribuciones en poco tiempo. Esto ya ha sucedido en la historia de la cultura: durante la mayoría de las épocas, la autoría no es considerada un valor; el resto, con el tiempo, produce una acumulación de la que se nutren los siguientes artistas sin conocer la trayectoria de un motivo o un recurso. La cultura siempre tiende al bien mostrenco, incluso en los grandes nombres. Sólo a partir del Renacimiento se produce una cierta ralentización que se agudizó con el nacimiento del concepto de originalidad artística en el Romanticismo. Pero incluso estos períodos se construyen a partir de la intertextualidad que es, en sí misma, una forma de anonimato: sorprenderia a los no informados una mera lista de obras que no son de quien les han dicho que son los libros de texto escolares. Pero es con Internet cuando el proceso de trasformación en bien común y anónimo se acelera exponencialmente, al igual que el libre acceso de los que buscan algo a diferentes focos de información y bases de datos que les ayuden a contrastar lo que encuentran si así lo desean.

Esta cuestión es una clave esencial para comprender el conocimiento en la red y es difícil de conjugar, en el estado actual de las cosas, con la mentalidad anterior a Internet sobre la autoría y sus rendimientos en cuanto a prestigio social y ganancias económicas. Y dificulta el trabajo de los guardianes del secreto: por eso rabian.

miércoles, 22 de julio de 2009

Ojo


Lo confieso. Miré por el ojo de la cerradura. Detrás de la puerta había un mundo, pero ya lo habían retirado.