La estética neoclásica de El sí de las niñas le llevaba a Moratín a plantear una comedia realista y, por lo tanto, al respeto de las tres unidades (de tiempo, de espacio y de acción). También le llevaba a la crítica de las costumbres sociales de una forma clara y desde una perspectiva que, aunque hoy no nos lo parezca, era revolucionaria. El sí de las niñas es una obra revolucionaria entendiendo como tal una que pretende cambiar los cimientos de una sociedad. Es difícil hacer ver esto ahora porque sobre aquellos hombres de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX ha caído mucho olvido. Basta con leer el prólogo de Moratín para la edición de la comedia para comprender contra lo que tuvo que combatir. Solo la protección de algunos gobernantes que participaban de las ideas ilustradas -más o menos superficialmente- consiguió que este tipo de teatro pudiera representarse. Curiosamente, en contra de los vaticinios -y de los precedentes-, El sí de la niñas triunfó, tuvo éxito de público y asentó definitivamente la comedia neoclásica de crítica de costumbres en España y creó una forma de hacer teatro que pervivió durante casi un siglo con ligeras trasformaciones debidas, sobre todo, a Bretón de los Herreros y, con posterioridad, a los autores de la alta comedia.
Sin duda este éxito se debió a la forma en que Moratín trabajó la verosimilitud de la obra. Uno de los problemas del teatro neoclásico es que debía forzar algunas situaciones para respetar las tres unidades dramáticas mencionadas y que no siempre lograba que el resultado fuera natural. En El sí de las niñas todo fluye con esa naturalidad verosímil. La elección de una posada como lugar de acción es un acierto: allí pueden juntarse gente de diversa condición y dar lugar a casualidades que, de otra manera, resultaran extrañas. Por otra parte, todo ha sucedido también de forma natural para que el desenlace ocurra en pocas horas: escoge Moratín el momento adecuado de la acción, cuando ya no puede darse un salto temporal y debe resolverse el conflicto. Lo mismo consigue con la unidad de acción. La trama se desenvuelve de una manera que nos parece lógica. Entre otras cosas porque el autor deja la clave de resolución del conflicto no en manos de los jóvenes sino de un viejo caballero con sentido común. Bien caracterizado Don Diego vemos en él las apetencias de un hombre mayor por una joven con la que quiere casarse -no era extraño en la época- pero Moratín consigue plantear su evolución psicológica para que no nos parezca un fantoche sino un personaje que desde su propio conflicto interior resuelve la situación con cordura y de acuerdo a los nuevos tiempos, es decir, a la ideología ilustrada que propugna el autor.
El texto de la obra, en buena edición digital gratuita, en este enlace.
Un excelente portal con información sobre Moratín, aquí.
Puedes ver la obra en una antigua versión para la televisión, en blanco y negro en este enlace.
Noticias de nuestras lecturas
Paco Cuesta se mete en un jardín y saca buena cosecha: de Moratín a Valle, uniéndolos en sus propósitos de denuncia de una sociedad que no les gusta. Más que recomendable.
Gelu se pregunta y responde a cosas sustanciales sobre Moratín, además de seguir con su selección de momentos claves de la comedia.
María del Carmen Ugarte aborda, con inteligencia, lo que puede suceder tras el final de la comedia. Interesante propuesta de debate que estaría en la cabeza del público de la época.
Pancho nos lleva con mucha sutileza a la forma en la que Moratín resuelve con verosimilitud y cordura la trama. No os perdáis las ilustraciones de su entrada.
Mª Ángeles Merino vuelve por donde bien solía y da voz a un secundario, de nuevo: esta vez es Paquita quien nos cuenta desde dentro la historia.
Luz del Olmo recrea uno de los cuentos más originales y modernos de Rosa-Fría, en el que se invierten los valores y se mezclan historias al servicio de una Blancanieves rebelde y contestona.
Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.
Y en el resto del curso...
En junio cerramos el curso del Club de lectura con El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).
Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.
Y si alguien quiere más... Echo al fuego los restos del naufragio, mi diario poético para una crisis
Se ha publicado mi nuevo libro, Echo al fuego los restos del naufragio, diario poético de una crisis (Valladolid/Béjar, SBQ Solidario, 2014). Los textos, en verso y prosa, recorren el panorama de la crisis por la que atravesamos, individual y colectiva, como una propuesta de depuración de todo lo que de una manera u otra nos ha arrastrado hasta ella.
Se publica en la colección El Brut de los corazones solidarios de la editorial SBQ y lo recaudado contribuirá a las actividades de esta ONG. Para conseguir un ejemplar puedes apuntarte en la página de facebook del libro (en este enlace) o escribirme un correo electrónico a pedro.ojeda.escudero[arroba]gmail.com.
Se ha comenzado ya el reparto de los ejemplares solicitados. Si quieres saber el estado de tu envío, escríbeme un correo electrónico.