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jueves, 29 de mayo de 2014

Razones para la verosimilitud en El sí de las niñas y noticias de nuestras lecturas.


La estética neoclásica de El sí de las niñas le llevaba a Moratín a plantear una comedia realista y, por lo tanto, al respeto de las tres unidades (de tiempo, de espacio y de acción). También le llevaba a la crítica de las costumbres sociales de una forma clara y desde una perspectiva que, aunque hoy no nos lo parezca, era revolucionaria. El sí de las niñas es una obra revolucionaria entendiendo como tal una que pretende cambiar los cimientos de una sociedad. Es difícil hacer ver esto ahora porque sobre aquellos hombres de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX ha caído mucho olvido. Basta con leer el prólogo de Moratín para la edición de la comedia para comprender contra lo que tuvo que combatir. Solo la protección de algunos gobernantes que participaban de las ideas ilustradas -más o menos superficialmente- consiguió que este tipo de teatro pudiera representarse. Curiosamente, en contra de los vaticinios -y de los precedentes-, El sí de la niñas triunfó, tuvo éxito de público y asentó definitivamente la comedia neoclásica de crítica de costumbres en España y creó una forma de hacer teatro que pervivió durante casi un siglo con ligeras trasformaciones debidas, sobre todo, a Bretón de los Herreros y, con posterioridad, a los autores de la alta comedia.

Sin duda este éxito se debió a la forma en que Moratín trabajó la verosimilitud de la obra. Uno de los problemas del teatro neoclásico es que debía forzar algunas situaciones para respetar las tres unidades dramáticas mencionadas y que no siempre lograba que el resultado fuera natural. En El sí de las niñas todo fluye con esa naturalidad verosímil. La elección de una posada como lugar de acción es un acierto: allí pueden juntarse gente de diversa condición y dar lugar a casualidades que, de otra manera, resultaran extrañas. Por otra parte, todo ha sucedido también de forma natural para que el desenlace ocurra en pocas horas: escoge Moratín el momento adecuado de la acción, cuando ya no puede darse un salto temporal y debe resolverse el conflicto. Lo mismo consigue con la unidad de acción. La trama se desenvuelve de una manera que nos parece lógica. Entre otras cosas porque el autor deja la clave de resolución del conflicto no en manos de los jóvenes sino de un viejo caballero con sentido común. Bien caracterizado Don Diego vemos en él las apetencias de un hombre mayor por una joven con la que quiere casarse -no era extraño en la época- pero Moratín consigue plantear su evolución psicológica para que no nos parezca un fantoche sino un personaje que desde su propio conflicto interior resuelve la situación con cordura y de acuerdo a los nuevos tiempos, es decir, a la ideología ilustrada que propugna el autor.

El texto de la obra, en buena edición digital gratuita, en este enlace.
Un excelente portal con información sobre Moratín, aquí.
Puedes ver la obra en una antigua versión para la televisión, en blanco y negro en este enlace.

Noticias de nuestras lecturas

Paco Cuesta se mete en un jardín y saca buena cosecha: de Moratín a Valle, uniéndolos en sus propósitos de denuncia de una sociedad que no les gusta. Más que recomendable.

Gelu se pregunta y responde a cosas sustanciales sobre Moratín, además de seguir con su selección de momentos claves de la comedia.

María del Carmen Ugarte aborda, con inteligencia, lo que puede suceder tras el final de la comedia. Interesante propuesta de debate que estaría en la cabeza del público de la época.

Pancho nos lleva con mucha sutileza a la forma en la que Moratín resuelve con verosimilitud y cordura la trama. No os perdáis las ilustraciones de su entrada.

Mª Ángeles Merino vuelve por donde bien solía y da voz a un secundario, de nuevo: esta vez es Paquita quien nos cuenta desde dentro la historia.


Luz del Olmo recrea uno de los cuentos más originales y modernos de Rosa-Fría, en el que se invierten los valores y se mezclan historias al servicio de una Blancanieves rebelde y contestona.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

Y en el resto del curso...

En junio cerramos el curso del Club de lectura con El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).

Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.


Y si alguien quiere más... Echo al fuego los restos del naufragio, mi diario poético para una crisis


Se ha publicado mi nuevo libro, Echo al fuego los restos del naufragio, diario poético de una crisis (Valladolid/Béjar, SBQ Solidario, 2014). Los textos, en verso y prosa, recorren el panorama de la crisis por la que atravesamos, individual y colectiva, como una propuesta de depuración de todo lo que de una manera u otra nos ha arrastrado hasta ella.

Se publica en la colección El Brut de los corazones solidarios de la editorial SBQ y lo recaudado contribuirá a las actividades de esta ONG. Para conseguir un ejemplar puedes apuntarte en la página de facebook del libro (en este enlace) o escribirme un correo electrónico a pedro.ojeda.escudero[arroba]gmail.com

Se ha comenzado ya el reparto de los ejemplares solicitados. Si quieres saber el estado de tu envío, escríbeme un correo electrónico.

jueves, 8 de mayo de 2014

Fórmulas para desarrollar la imaginación en Rosa-Fría, patinadora de la Luna, de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas.


Uno de los logros más elogiables de esta colección de cuentos de María Teresa León es la manera en la que la autora reúne elementos propios de los cuentos infantiles tradicionales con las técnicas de vanguardia. Un modelo de escritura que ahora es natural en la narración infantil pero que por aquellos años era una novedad. María Teresa León reutiliza el mundo de la fábula -en la que no rige la verosimilitud realista-, lo conserva como parte esencial de sus cuentos. Un espacio que es reconocible para cualquiera que haya escuchado cuentos infantiles procedentes del folclore. También utiliza otros motivos con este mismo origen: canciones con un ritmo muy marcado, sartas en las que se enganchan hasta el infinito sucesos y que pueden ser la vertebración de todo el cuento, el camino como lugar de los hechos, las sorpesas con giros insospechados, etc.

Sobre este material coloca la autora con gran eficacia los elementos propios de la vanguardia que se ensayaban por aquellos momentos: el sin sentido, el choque entre la tradición y la modernidad para desajustar lo previsible para el espectador, el mundo onírico, la mezcla de personajes y temas de diversos cuentos con un fuerte contenido paródico, etc. Pero donde consigue mejores resultados con esta mezcla es cuando dispara la imaginación: una imagen, una metáfora, un sonido, le lleva a otro y así hasta que se construye todo un mundo de referencias cada vez más separadas del origen, que nos llevan a explorar espacios a los que no se puede llegar solo con lo tradicional-racional. El cuento de La tortuga 427 es un perfecto ejemplo de lo que digo. Imaginar a una tortuga como salvadora de la humanidad dispara la imaginación continuamente, cualquier cosa es ya posible. Esto también sucede en el espacio imaginado de El ladrón de islas o en el de El oso poeta.

Rosa-Fría, patinadora de la Luna es la primera colección de cuentos españoles que suman con este certero pulso tradición e innovación vanguardista para desarrollar la imaginación del receptor -infantil o adulto- con técnicas propias de la modernidad artística.

Noticias de nuestras lecturas

Gelu escribe su cuarta entrega sobre el libro de cuentos de María Teresa León, reseñando en este caso el cuento del Oso poeta. Eso sí, consigue introducir a Serrat...

Luz del Olmo acompaña a Rosa-Fría a los espacios de los cuentos para explicarlos de su mano...

Paco Cuesta escribe una excelente entrada que cuestiona muchas cosas. Bien documentada, además. Con una invitación a dejar de ser adultos de vez en cuando... Imprescindible.



Pancho, tras fijarse con mucha agudeza en las dudas de Aida sobre la forma final de la historia que documenta,  comenta las páginas finales de la novela de Laura Castañón, es especial la forma de tejer todos los relatos dispersos engarzándolos en la sorpresa final. No sé cómo lo hace Pancho, pero consigue que busquemos esa música final que pone -en este caso, Poveda, como si todo fuera un hallazgo casual...

Ahora leemos...



En mayo, El Sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratón (hay muchas y buenas ediciones disponibles, de calidad universitaria; también puede encontrarse gratis en una buena edición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace).

Gelu nos facilita varios enlaces con los que podemos comenzar con éxito esta lectura. Entrada muy útil.

Mª Ángeles Merino vuelve por sus fueros en esta lectura y se pone a conversar con la protagonista de la obra, que bien le hace falta a la joven.



Y en el resto del curso...

Terminamos hoy con la lectura de Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León y comenzaremos la próxima semana con la obra de teatro de Moratíin. Os recuerdo los libros con los que cerramos el presente curso del Club de lectura, después de El sí de las niñas:

En junio, El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).

Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

jueves, 1 de mayo de 2014

Intertextualidad en Rosa-Fría patinadora de la Luna de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas.


La mayoría de los cuentos folclóricos remiten a otros como un cuenco de cerezas. En el siglo XX, la renovación más interesante del cuento infantil para la modernidad literaria se dio a partir de cuentos que tomaban otros cuentos y los mezclaban y los llevaban a otros finales. Para ello, se cambia el sentido del argumento -haciendo entrar en un cuento personajes de otro, girando el inicial, etc.- o se trasforma el carácter de los personajes o sus acciones. Es un juego típico de la modernidad: el receptor cree conocer la materia pero poco a poco se ve sorprendido por las modificaciones: solo dejándose arrastrar hacia el nuevo espacio creado podrá disfrutar. Si la resistencia es fuerte, se rechazará el nuevo texto. La culminación de este juego retórico se ha dado en las películas de la serie Shrek -basadas en un libro de W. Steig de 1990-, pero este uso de la intelectualidad comenzó a caracterizar genéricamente la modernidad del cuento infantil en las priimeras décadas del siglo XX y María Teresa León es una pionera en España con su colección Rosa-Fría.

Aparte del juego estructural interno con las formas básicas de los cuentos folclóricos -lo vimos en el texto inicial del volumen pero se da también en otros-, se da de forma evidente en El gallo Perico, Flor del Norte y Juan Bobo. El primero es una recreación de Los siete cabritillos y el lobo, el segundo de Blancanieves y el tercero de varios cuentos populares en los que un bobo consigue engañar a todo el pueblo, que se creía más listo que él. En todos los casos, los cuentos iniciales quedan superados por la espiral imaginativa, la riqueza temática y, sobre todo, porque ofrece nuevas posibilidades a los receptores, que ya no tienen una única moraleja dentro de lo políticamente correcto. Esto es lo que pretende María Teresa León: ampliar el mundo de los cuentos infantiles, instalarlos en la modernidad y en una nueva forma de entender el mundo y las relaciones humanas. Y lo consigue.

Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino continúa leyendo junto a su sobrina los cuentos de María Teresa León. En esta entrada le toca el turno a El oso poeta, tanto que escribe variación creativa del texto original...

Pancho ilustra y comenta con tino y poesía el cuento del pescador. Y, de paso, nos regala a Lole y Manuel. No te lo pierdas.

Luz del Olmo queda atrapada por el mundo de María Teresa León y recrea el encuentro de Rosa-Fría con la Tortuga 427 al inicio del Diluvio.

Gelu reseña, en el cuento Flor del Norte el terror y la violencia. No debe extrañarnos, son parte sustancial de los cuentos tradicionales.


Pancho -que es un maestro en llevarnos desde Asturias a Poveda- nos enlaza en su entrada sobre la novela de Laura Castañón el final definitivo de la felicidad familiar con el debate de la Memoria Histórica.

La próxima semana terminamos con la lectura de Ros-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León. Os recuerdo los libros con los que terminamos el presente curso del Club de lectura:

En mayo, El Sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratón (hay muchas y buenas ediciones disponibles, de calidad universitaria; también puede encontrarse gratis en una buena edición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace).

En junio, El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).

Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

jueves, 24 de abril de 2014

La soledad del héroe cotidiano en La Tortuga 427 y noticias de nuestras lecturas.


Las fábulas que contiene Rosa-Fría, patinadora de la Luna son, como todos los textos de este género, pequeñas enseñanzas pero María Teresa León evita los convencionalismos morales de la sociedad burguesa y los invierte para buscar un punto de aproximación muy moderno. Dentro siguen los mismos miedos ancestrales que han ayudado siempre a vencer los cuentos infantiles (lo nocturno, la soledad, lo desconocido, etc.) pero la autora encuentra ángulos diferentes. Ya vimos lo que ocurría en el cuento inicial. La tortuga 427 es otro ejemplo. En esta narración, María Teresa León busca la perspectiva social de uno de los miedos más comunes de los niños: a quedarse solo, a no ser reconocido, a ser un inadaptado al que todos rechazan. La tortuga del título acude en representación de su dueño a una reunión social. La imagen inicial ya es rupturista: una tortuga común -es la número 427, ni siquiera se distingue en nada de sus hermanas- en medio de una reunión convencional de la burguesía de principios de siglo. La autora interviene para calmar al lector. no es extraño, entre nosotros viven y se mueven los animales aunque no los veamos. Esto puede consolar al lector pero no a la tortuga: hasta una rana imita a una señorita bien mejor que ella. Se siente fuera de lugar. Es una sensación común a la que muchas personas deben enfrentarse y que suele provocar un sentimiento de inferioridad y de culpabilidad puesto que lo más fácil es echarse la culpa a uno mismo de ser un inadaptado.

Esta tortuga guarda un secreto: fue ella la que salvó a la creación -hay un guiño inteligente entre creación y evolución en la narración- cuando ocurrió el diluvio universal puesto que Noé no sabía por dónde se andaba. La tortuga es quien avisa de que aquella lluvia es el diluvio y quien da la idea definitiva que salvará al mundo: como la madera para construir el arca se ha mojado, recurren a una ballena. Noé paga su idea olvidándola. Pero ese olvido no influye en la tortuga, que sigue fiel a su cometido. El verdadero premio que recibe es otro: al ser olvidada fuera de la ballena puede a los cambios de la naturaleza mejor que nadie. Esto es lo que le hace singular.

María Teresa León pone su mirada en la injusticia social que aparta a los inadaptados, a los que no saben sobresalir a pesar de ser los que salvan el mundo a diario con su esfuerzo. En esta vanguardia ya se vaticina la mirada crítica que conduce hacia la rehumanización, como en la perspectiva de género del primer cuento. Este es, sin duda, uno de los valores de esta antología de cuentos que debemos valorar más por la época en la que se publicó. Un giro de los cuentos infantiles hacia la modernidad tanto en el lenguaje como en la perspectiva temática.

Noticias de nuestras lecturas

Pancho escribe una prodigiosa entrada con todas las claves para comprender el cuento de la tortuga con el número 427. Atrapa desde la primera línea.

Myriam nos regala un cuento de niños bobos y sardinas para celebrar el Día del Libro a lo María Teresa León.

Paco Cuesta nos muestra la clave para descifrar estos cuentos: la metáfora que ilumina todo. Imprescindible.

Mª Ángeles Merino lee con su Aitana el cuento del lobo-lobo que acaba siendo un poco tonto. Una deliciosa entrada que os recomiendo.

Luz del Olmo nos lleva desde Rosa-Fría a las casas de su infancia. Una maravilla

Gelu comenta La Tortuga 427 y demuestra cómo estos textos nos pueden devolver a la infancia solo con palabras..



Pancho comenta cómo Laura Castañón va estructurando el andamiaje argumental de la obra y la importancia que tiene el diálogo en todo ello. Una buena aproximación a este aspecto de Dejar las cosas en sus días.

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jueves, 17 de abril de 2014

Vanguardia surrealista y perspectiva de género en Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas


Bastaría el primer cuento de esta colección para convertir a María Teresa León en uno de los autores que mejor han cultivado el género en la literatura española. Gran conocedora de las fuentes clásicas, de las estructuras tradicionales y su desarrollo convencional desde el siglo XIX, María Teresa León introduce el cuento infantil en la vanguardia por el lugar más apropiado. Juega en Rosa-Fría, patinadora de la Luna con un personaje que parte de un soneto que Rafael Alberti publicó en Marinero en Tierra (1924), el poemario con el que consiguió el Premio Nacional de poesía y que lo convirtió en una de las voces poéticas más importantes de la nueva generación. De él debió llamarle la atención su modernidad: presenta Alberti un personaje femenino que es todo dinamismo, modernidad estética, en medio de un paisaje helado. Sobre ese personaje construye todo el relato. En ella se respeta, aunque no lo parezca en una primera lectura, una de las estructuras más tradicionales del cuento infantil: la protagonista sale de casa y debe realizar una hazaña en la que triunfa por su habilidad pero, sobre todo, por el cariño generado por su personalidad y comportamiento que le vale el apoyo de otros seres -en este caso, no humanos porque nos movemos en el mundo de la fábula- y objetos mágicos. Gracias a todo ello, sale victoriosa de la prueba en la que arriesga su vida y puede, finalmente, volver a su casa. Como en todos estos cuentos, se contribuye a superar temores universales. En el fondo, este cuento es uno más de los que cuentan ritos de iniciación, de paso hacia la madurez progresiva de los niños. Y aquí viene la habilidad de María Teresa León: comprende cómo el surrealismo le ofrece una oportunidad de renovar el género.

El temor a la noche -la oscuridad, la posibilidad de no despertarse, de no controlar lo que sucede cuando se está dormido- y a todos los seres nocturnos -ruidos, Luna, estrellas, animales, monstruos- es uno de los universales más extendidos en todas las culturas humanas. La vaca que entra por la ventana de la niña es una metáfora del tiempo inevitable que saca a la niña del refugio del hogar y la expone a los riesgos del mundo. Si el cuento trascurre en ese tiempo nocturno, nada mejor que el surrealismo para enfrentarse a lo onírico.

Sobre esa estructura tradicional tratada con la vanguardia surrealista pone María Teresa León ese personaje de Alberti con otra intención, una mirada de género. Protagoniza el cuento una niña, una niña que ya no está educada para ser una mujer convencional que espera en el hogar, sino que es deportista, campeona de patinaje y soñadora de trofeos, que es capaz de saltar por la ventana y arriesgar su vida y triunfar sobre todos los peligros que en la fábula se le enfrentan. Hay muchos felices hallazgos en este cuento, pero este es el principal de ellos.

Noticias de nuestras lecturas

Coro Entreaguas recrea con delicadeza el cuento de Rosa-Fría, la niña que subió a la Luna.

Gelu publica su primera entrada sobre la colección de cuentos de María Teresa León. En ella encontraréis el recuerdo a mi añorado amigo Juan Carlos Estébanez, gran conocedor de la obra de esta escritora.

Pancho comenta con sagacidad el origen del cuento de María Teresa y su dinamismo desde la perspectiva de la protagonista.

Mª Ángeles Merino comenta La tortuga 427 dialogando con su sobrina en una deliciosa entrada.

Myriam juega y se desata para comentar iluminándolo el cuento de La tortuga 427. Y le sale por Gardel.


Mª Ángeles Merino se arriesga con el chocolate y el veneno para comentar La saga/fuga y enlazarla con María Teresa León, un arriesgado ir y venir por el Vena.

Bastaría la cuarta entrega de Gelu sobre La saga/fuga para comprender el humor de Torrente y su capacidad de jugar con la materia narrativa y con el lector.


En su comentario de la novela, Pancho llega a un momento clave, cuando se junta la sexualidad y el inicio de la tragedia, un momento en el que todo se inclina hacia la destrucción del paraíso...

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jueves, 10 de abril de 2014

Aproximación a Rosa-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas


María Teresa León es una de esas mujeres escritoras que por cuestiones de género no han tenido la relevancia que merece en la historia de la literatura española. No es solo que le perjudicara llegar al panorama cultural de España en un momento en el que los grandes nombres se sucedieron o que sufriera como tantos otros el destierro y el silencio durante la dictadura franquista sino que la labor intelectual de las mujeres de aquellos tiempos no ha sido suficientemente reconocida hasta hace relativa poco y eso ha impedido, por ahora, que su nombre figure en el lugar adecuado en los manuales de la literatura española de la primera mitad del siglo XX. Cultivó con brillantez el relato corto, la novela, la biografía, el teatro, el ensayo, el guion cinematográfico y la escritura autobiográfica. Además, tuvo una notable faceta en la gestión cultural o en la acción política. Como escritora, sigue la evolución general de aquellos tiempos desde el modernismo hasta la literatura del compromiso y el relato testimonial de lo vivido en tiempos tan convulsos.

En cuanto a la lectura que nos toca, María Teresa León escribió durante toda su vida relatos breves. Algunos de ellos están dirigidos a un público infantil de forma prioritaria, otros no. Es, sin duda, uno de lo escritores en español. más importantes en este género de la primera mitad del siglo pasado y contribuyó a la corriente que en aquellos años hizo del relato breve un género considerado literariamente. Comenzó escribiendo cuentos intantiles de tono realista, neorromántico o modenista en los que ya se percibía un aire nuevo en cuanto a los argumentos y la perspectiva femenina. Aquellos cuentos se publicaron primero en las páginas de la prensa local para reunirse posteriormente en dos volúmenes: Cuentos para soñar (1928) y La bella del mal de amor (1930). Las circunstancias personales y su marcha a Madrid le pusieron en contacto directo con las formas nuevas artísticas, sobre todo con el Grupo del 27. De aquí surgió un cambio de estilo para profundizar en la vanguardia y de este proceso surgió el que posiblemente sea el mejor tomo de cuentos vanguardistas españoles: Rosa-Fría, patinadora de la Luna, cuyo título hace referencia al primero de los cuentos, que toma el personaje de un poema de Rafael Alberti.

Inicialmente el libro está dirigido a un público infantil, pero esto no debe hacernos huir de él sino todo lo contrario. Precisamente por eso, en él podremos apreciar mejor que en ningún otro sitio las técnicas propias de la vanguardia. Curiosamente, cuando uno abre sus páginas ve, desde el inicio, la radical modernidad de los textos, que siguen aún plenamente vigentes y podrían publicarse hoy como novedad editorial. De hecho, gran parte de la literatura infantil que se publica es exactamente lo que María Teresa León hizo en 1934. No es necesario ser un niño para disfrutarlo, pero sí conservar dentro de cada lector las ganas de juego con la literatura y la capacidad de sorpresa que nos depara la imaginación.

Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino comparte la narración de Rosa-Fría con sus sobrinas. Son los niños los que mejor pueden comprender este cuento onírico que ayuda a superar todos los miedos.

Pancho escribe una introducción a la lectura de esta obra que os recomiendo: os hará desear abrir el libro.

Coro Entreaguas descubre la raíz de esta lectura: descubrir de nuevo el placer de leer, como cuando éramos niños.



Mª Ángeles Merino, que ha decidido leer a pequeños sorbos La saga/fuga, tras descubrir las razones de la lucha por las hembras entre celtas y godos llega al consolador a vela para los godos... con fabricación catalana...

Paco Cuesta nos ayuda a leer bien el título de la novela de Torrente para que no nos llamemos a engaño: todo está ya en él y es parte fundamental de la obra al explicarnos su perspectiva.

Myriam nos guía en la lectura que debemos hacer del narrador/protagonista J.B.. Una ironía de Torrente con la que juega bien nuestra Myriam.

Gelu publica la tercera entrega sobre el libro de Torrente: allí encontraréis enlaces de interés, selección de frases y la famosa nota del censor.


Pancho publica su décima entrega sobre la novela de Laura Castañón. En ella se encuentra el comentario de uno de los aciertos narrativos de la obra: la mirada infantil sobre las tragedias familiares en la escritura de un diario.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.