lunes, 12 de mayo de 2025

El otro día vi a Corto Maltés

 


El otro día vi a Corto Maltés. Seguía con sus patillas, su eterno aspecto juvenil y distante y su gorro de marinero. Le ha tratado bien el tiempo. Diría que está mejor que nunca porque el devenir de la historia, además, le ha dado la razón. Se apoyaba en una columna del puerto mirando las cosas desde la lejanía de quien ha viajado por el mundo y ya lo ha visto todo. Yo tenía el café a medio apurar, en la terraza destartalada de aquella taberna. Había tomado una mesa de la pila y arrimado una silla por ver si la brisa me despejaba. Estuve observándolo. Él tenía razón: absolutamente todas las grandes ideologías y creencias son capaces de destruir el mundo y, a poco que se las deje, lo intentan. En el fondo, ambos nacimos en los años sesenta del siglo pasado, por mucho que en sus documentos figure un extraño julio de 1887. Comprendemos que solo lo que es trasversal es importante. Es difícil vivir en la incertidumbre y la intemperie, pero es lo único que tiene valor humano. Corto Maltés, hijo de un marinero británico y una prostituta andaluza, nacido en Malta, criado en Córdoba, echado al mar por el mundo. Apareció crucificado en una balsa a punto de naufragar y nos enseñó cuánta vida cabe en una mirada. No es de ningún sitio, pero lo es de todos. Aunque no quiera reconocerlo, su patria es el impulso hacia los desvalidos. Hubo un momento en el que se sacó el pitillo de los labios y lo arrojó al agua, se subió el cuello de la chaquetilla, se caló la gorra y se fue despacio, con los manos en los bolsillos. Apuré el café y miré las gaviotas.

9 comentarios:

Paco Castillo dijo...

Así debería de ser, amigo Pedro; no ser de ningún sitio, pero serlo de todos... Sobrarían casi todas las guerras.
Celebro "verte".

Sor Austringiliana dijo...

La mejor filosofía de vida puede estar en un cómic.

Emilio Manuel dijo...

Hace siglos que no escuchaba nada referido a este marinero aventurero de nombre Corto Maltés y del que en su tiempo, ya ni me acuerdo, lei alguna de sus historias.

Fackel dijo...

Enhorabuena por tu nueva misión, ya sabes. Espero nos depares grandes sorpresas a partir del 30 de mayo.

En cuanto a las ideologías, las hay con mayor o menor capacidad de destruir, muchas de ellas proceden de la anterior y esta de la anterior, y también sabes a qué me refiero. Los que somos más viejos que Corto Maltés y hemos navegado lo nuestro siquiera en tierra firme que no ha sido tan firme también admiramos al jovencito Corto. Salud.

Jose Casagrande dijo...

Hermosa reseña porque todos queremos ser el Corto Maltes, tener ese desparpajo y seguridad. el aire mundano.

Bellisimo arte el de tu foto que puede ser inusual en el lugar en donde fue creado, porque el "medio" va envejeciendo dandole nuevos tonos a esa imagen.

Literatura y tercer milenio dijo...

No sé si aún es tiempo de viajes; quizá.

andandos dijo...

Encantado de volverte a leer

São dijo...

Se as fronteiras (mentais e físicas) não existissem todos seríamos bem mais felizes.

Só conheço Corto Maltês de nome, nunca li nenhuma das suas aventuras.

Te abraço, querido amigo.

Ele Bergón dijo...

Confieso que soy analfabeta en este personaje. Solo me suena el nombre y qué fue famoso en los comics. Solo reconozco las viñetas, pero no lo he leído.

Besos