miércoles, 8 de octubre de 2025

Cosas que son y pueden no ser

 


¿Eleva el mundo, reza a un dios, se protege porque el cielo se le viene encima? Un niño agarrado a una rama, ¿salta o cae?

En este atardecer, hay rumor de mares embravecidos en las hojas de los grandes chopos, ¿anuncian una tormenta o llaman a las aves para acogerlas?

Este fin de semana dediqué una mañana a limpiar todas las ventanas de la casa. Llevo unos días pensando que el mundo es nuevo.

Coherencia: paseaba por el mundo como si todo le perteneciera o todo le fuera ajeno.

A medianoche me ha asaltado el recuerdo de cómo olía tu pelo cuando te besaba en el cuello y el estremecimiento de tu piel por la frontera de los dientes.

12 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Para mí el niño está sosteniéndose para no caer. Es que el mundo está enloquecido. Un abrazo

andandos dijo...

Me gusta especialmente el último párrafo, tan personal.
Un abrazo

Sor Austringiliana dijo...

El niño se agarra a la vida.

Sor Austringiliana dijo...

El mar ruge embravecido.

Sor Austringiliana dijo...

Limpiar ventanas, cómo se hace eso. Limpiar el mundo, imposible.

Sor Austringiliana dijo...

Coherencia con hache intercalada.

Sor Austringiliana dijo...

Fronteras.

Luis Antonio dijo...

Buen recuerdo el que te asalta por la noche. Gracias por compartirlo

María dijo...

Es todo un poema tu última frase, Pedro.

Un beso.

Ele Bergón dijo...











A veces pueden estar cerca las ramas y nos agarramos a ellas con todas nuestras fuerza, para no caer.
Cuando sopla el aire fuerte las ramas de diferentes árboles, nos van anunciando la tormenta. Podemos quedarnos o huir, la decisión es nuestra.
Con los cristales ya limpios, todo se suele ver algo mejor, aunque no siempre ocurre y podemos equivocarnos.
Depende del lugar o el momento de nuestro estado de ánimo.
Hay recuerdos que nunca se van y siguen con nosotros.

Besos

El Deme dijo...

Seguro que también fue a medianoche cuando te vino el pensamiento de que ya no pasaba un día más sin limpiar los cristales de las ventanas.

Francesc Cornadó dijo...

Los recuerdos asaltan en los momentos más inesperados.
Saludos