martes, 10 de junio de 2025

Después de todo, solo queda el gesto del que lo ha intentado

 


Todo se va, pero aún queda lo suficiente
de la huella de luz que agitó el mundo
al amanecer: brisa fresca sobre el rostro
-el que no reconozco  ya en la superficie del agua-.
Qué calmo todo al fin tras la locura
que arrasó con los brotes más tiernos.
La loma se ha cubierto de derrotados,
los perdedores más hermosos de la vida.

© Pedro Ojeda Escudero, Del desconsuelo, 2025.

11 comentarios:

María dijo...

Qué alegría volver a leerte Pedro, después de varios meses de parón. Veo que sigues con nosotros.

Todo vuelve a su calma después de la tempestad.

Besos.

Emilio Manuel dijo...

Parece que ya ha terminado el curso académico.
Bienvenido.

el paseante vallisoletano dijo...

Tal vez un cierto tipo de locura sea generador, aquella que es impulsada por algunos hombres hacedores de paz, que tienen en su contra la locura colectiva, cada vez más creciente de manos de mediocres, malévolos e insensatos.

Sor Austringiliana dijo...

Los brotes más tiernos siempre tienen las de perder y no llegar. Las riadas son así.

Francesc Cornadó dijo...

Ha dejado una huella germinadora. Confío en los nuevos brotes.
Saludos

São dijo...

O ensinamento budista da impermanência em poesia, este teu belo poema.

Beso, querido amigo, bom resto de semana.

Alimontero dijo...

Siempre es grato leerte, sobretodo luego de un tiempo....beso,
Ali

C. Crespo dijo...

Aún queda lo suficiente...

Luis Antonio dijo...

Comparto y aplaudo todos los elogios que me preceden. Te los mereces, Pedro.
Un abrazo

Fackel dijo...

Todos somos perdedores; el mayor de todos es aquel que no se da cuenta o no reconoce que lo es.

Campurriana dijo...

Todos lo somos, efectivamente. Quien no se ha dado cuenta aún es porque no ha vivido lo suficiente.