Hay días en los que te alcanza la nostalgia, que siempre tiene la forma y el peso de la caja de zapatos en la que guardas las fotografías viejas que nunca llegaste a pegar en el álbum. Las fotos familiares de los veranos en el Pinar de Antequera en los que te recuerdas como explorador de selvas, las fotos de amigos con los que te sentaste a comer un bocadillo en un prado de Wamba tras hacer una encuesta a las personas mayores para un trabajo del instituto, aquellas fotos inexplicables de los pantalones de campana y cintura alta en la Rosaleda, las fotografías de cuando fuiste presentador de eventos y te ponías -ya ni recuerdo la razón- pajarita blanca, imágenes de excursiones y viajes con personas que se han ido perdiendo en los años que han trascurrido desde que ya no eres aquel que las abrazaba. La nostalgia tiene la forma de esa caja de zapatos y la textura de un pétalo de rosa amorosamente guardado entre las páginas de un libro y el dulzor de la flor del almendro que te lleva a un beso de una primavera en la que no sabías besar y te temblaban las piernas. Todos los que fuimos están tan lejos y tan cerca.
miércoles, 6 de abril de 2016
Todos los que fuimos. (Cinco minutos de nostalgia.)
Hay días en los que te alcanza la nostalgia, que siempre tiene la forma y el peso de la caja de zapatos en la que guardas las fotografías viejas que nunca llegaste a pegar en el álbum. Las fotos familiares de los veranos en el Pinar de Antequera en los que te recuerdas como explorador de selvas, las fotos de amigos con los que te sentaste a comer un bocadillo en un prado de Wamba tras hacer una encuesta a las personas mayores para un trabajo del instituto, aquellas fotos inexplicables de los pantalones de campana y cintura alta en la Rosaleda, las fotografías de cuando fuiste presentador de eventos y te ponías -ya ni recuerdo la razón- pajarita blanca, imágenes de excursiones y viajes con personas que se han ido perdiendo en los años que han trascurrido desde que ya no eres aquel que las abrazaba. La nostalgia tiene la forma de esa caja de zapatos y la textura de un pétalo de rosa amorosamente guardado entre las páginas de un libro y el dulzor de la flor del almendro que te lleva a un beso de una primavera en la que no sabías besar y te temblaban las piernas. Todos los que fuimos están tan lejos y tan cerca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
15 comentarios:
¡Cuántas emociones en una caja de zapatos!
Abrazos.
Precioso, Pedro. Y nostalgia...
Buenas noches, profesor Ojeda:
Hay muchas sonrisas en los espectadores y presentador. Se nota que estaban a gusto.
Qué bonitos los gladiolos. Se han conservado en la fotografía como usted en la realidad.
Comparo, reconozco y constato que cuando los retratos son en blanco y negro la nostalgia se prolonga más tiempo.
Saludos.
Me encantan estos momentos de nostalgia en los que descubrimos todo@s l@s que fuímos!
Has hecho que me haya ido a buscar mi caja de zapatos..
Besos nostálgicos!
;)
Y siempre, tan nosotros.
Que entrada tan emotiva... me ha encantado y me visto mirando en esa caja de zapatos abrazando a los que no están y viendo lo que fuimos.
Besos.
Uno se cree que las mató el tiempo y la ausencia. Pero su tren vendió boleto de ida y vuelta. Son aquellas pequeñas cosas...Una de Serrat.
No está mal, de vez en cuando, rociarnos con un poquito de nostalgia y unas gotas melancolía, para recordar lo que fuimos que siempre formará parte de lo que somos y seremos.
Luces muy guapo
Besos
Siguen anidando en nuestro yo...
Sí.
Besos, Pedro.
La Juventud .... divino tesoro ! Hermoso Recuerdo !!! Besos ♡
La foto es tu hija??
;)
La nostalgia, esa forma espontánea y natural de hacer literatura en nuestra mente.
Las fotos constatan momentos del pasado y del presente.. a través de las imágenes que habitan en ellas podemos volver a pasar por el corazón las emociones de aquellos momentos... "La nostalgia es la hermana guapa de la tristeza"
Yo a veces me paso un buen rato mirando fotos de hace muchos años y, tal como dices, "todos los que fuimos están tan lejos y tan cerca"... y es que el tiempo no existe más allá de la convencional vida que le hemos dado a los relojes...
Abrazo.
Entrañable texto, lleno de cariño y nostalgia.
¡Nunca me hubiera imaginado que alguna vez presentaste modelos!
¿Qué tal estaban?
Besos
Instantes de buenos recuerdos.
Un abrazo
Publicar un comentario