martes, 10 de septiembre de 2024

En el jardín

 


Un pequeño grupo de corzos al amanecer, en las primeras parcelas del valle, junto a la mata de árboles que desciende del páramo. A los jóvenes nacidos en primavera se les ve ya vigorosos. A estas alturas del año, el celo del corzo ya se ha terminado (es el único cérvido peninsular que tiene el celo en verano): las hembras embarazadas hacen una pausa en la gestación, que se reanuda en diciembre. Miran pasar el tren, sin darle demasiada importancia. Yo los contemplo desde la ventanilla: un tiempo breve, lleno de asombro por la belleza.

En la Universidad, ayer ha comenzado el curso. Este semestre imparto una asignatura del último año del grado, con alumnos españoles y otros procedentes del programa Erasmus y de convenios universitario. En la primera clase noté sus nervios y les mandé salir al jardín. Hacía un día magnífico para charlar con ellos al aire libre. Comenzamos. Qué alegría: llegaremos pronto a Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca. Al final, entramos en clase, encendí el ordenador y continué la explicación de algunos principios que van a regir estos próximos meses.

De vuelta a mi despacho me quedé un tiempo en el jardín central de mi Facultad, el antiguo Hospital Militar, admirando el porte centenario de los pinos, y los tejos. Pronto llegará el otoño.

6 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Brindo por esa celebración. Un abrazo

Francesc Cornadó dijo...

Llega el otoño, un nuevo curso con ilusiones renovadas.
Salud

Sor Austringiliana dijo...

Los corzos miran al tren como las vacas al tren, intrigados por la vista de tan extraño animal. Hermosos, hermoso.
Comienzas el curso y qué envidia la lección de los poetas en el jardín. Creo que no es la primera vez que te lo escribo. Buen curso.

Emilio Manuel dijo...

En mis años universitarios, ni una sola vez salimos al patio a dar una clase, se pudo hacer y no se quiso.

Fackel dijo...

Sabes elegir esos clásicos modernos, avanza incluso con Cernuda.

Ele Bergón dijo...

Es la belleza, tan efímera y fugaz, como su instante.


Besos