La novela El caballo de cartón (Gadir, 2009), de Abel Hernández, ha resultado ganador del VIII Premio de la Crítica de Castilla y León, mantenido por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y de cuyo jurado soy miembro. El autor es un periodista de larga trayectoria que ya en la convocatoria del año anterior había sido finalista en el mismo Premio con Historias de la Alcarama.
Abel Hernández (Sarnago, Soria, 1937) fue uno de los periodistas más importantes durante la Transición española a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco. Fruto de su conocimiento de aquel tiempo es el libro Suárez y el Rey (Premio Espasa de Ensayo 2009), que se encuentra en las listas de los libros más vendidos en España dentro de la no ficción y que debe leerse para comprender algunas de las claves de lo que pasó en aquellos años.
El caballo de cartón, que tanto tiene que ver con Historias de la Alcarama , es un relato en el que el autor vuelve a su infancia. Parte de su regreso al pueblo en el que nació y vivió su infancia, ahora abandonado por sus habitantes. En la casa familiar, cerrada desde hace tiempo, encuentra un diario que escribió cuando tenía 11 años, junto al caballo de cartón que da título al libro. La lectura desde la madurez de esas páginas sirve para jugar técnicamente con dos miradas: la del niño que está a punto de abandonar la infancia y el mundo tal y como lo ha conocido hasta ese momento; la del hombre mayor que puede valorar todo lo que pasó en aquellos tiempos a la luz de su experiencia. De ese contraste salen páginas en las que todo se sugiere sin interrupciones enojosas de la voz madura. La mirada del niño es tan limpia que suele predominar sobre la del hombre mayor, aunque sea inevitable el tono nostálgico porque todo se recupera desde el presente, cuando se han podido valorar las consecuencias de aquellos hechos. Singularmente, la irrupción del mundo exterior (en el que se hace visible la esencia de las circunstancias históricas del primer franquismo) en la vida del niño a partir de un accidente.
Dos cosas llaman la atención sobre otras en este libro. En primer lugar, el excelente trabajo estilístico con el lenguaje de la tierra, que recuerda al Miguel Delibes de Viejas historias de Castilla la Vieja (una obra maestra del vallisoletano, menos leída de lo que merece), pero que no ahoga ni aleja al lector moderno.
En segundo lugar, el análisis –a través de la literatura- de un fenómeno sociológico de la España de los años cincuenta y sesenta, cuando la emigración masiva de los pueblos a los núcleos industriales de las ciudades españoles y europeos vació gran parte de la Castilla rural. Abel Hernández, como decenas de miles de españoles fue uno más de aquellos jóvenes que se marcharon de sus pueblos para no volver. Esa circunstancia cambió en pocos años la geografía humana del país y generó una serie de tensiones sociales y psicológicas que aun perduran. Este libro, por lo tanto, no es sólo un viaje hacia la infancia, sino a un momento histórico del pasado reciente español que aun es visible y contribuye a explicar gran parte de lo que es España hoy.
Este año, la calidad media de los libros finalistas ha sido muy alta y cualquiera de ellos hubiera podido resultar ganador. Además del libro de Abel Hernández, entre los 10 finalistas se hallaban La sima de José María Merino, La carta cerrada de Gustavo Martín Garzo, El paladar a la intemperie de Antonio Sánchez Zamarreño, Jardín perdido. Las aventuras vitales de los Panero de Andrés Martínez Oria, Cuba más allá de Fidel de Jorge Moreta, De la letra menuda de Fermín Herrero, Modernas y vanguardistas. Mujer y democracia en la II República de Mercedes Gómez Blesa, Las cosas como eran de Esperanza Ortega y Otras islas de Manuel de Lope.
17 comentarios:
¡Felicitaciones a Abel Hernández por el premio! Y sólo espero que éste libro, al igual que la mayoría de los señalados más abajo, me llegue de España para comenzar la lectura.
Saludos
muchas felicidades al ganador y a todos los finalistas. un abrazo.
Sin duda, debe de ser un gran libro.
Feliz fin de semana.
Opino lo que Cornelivs, debe ser un libro interesantísimo.
"Vivir para contarla", se podría decir y no petarse en el intento. Adaptación, camino y recuerdo.
Enhorabuena al ganador.
Manuel Lope ha sido finalista :) (parecía tan dulce su contenido)
¿Y las bambalinas?
jo
En tu anterior entrada sobre este libro ya me lo apunté para su lectura, lo mismo que muchos de los que has ido mencionando a lo largo de estos días.
Ahora a ver cuando el Quijote me da un respiro y dejo de dedicarme en exclusividad para poder leer otras cosas. Creo que ese momento no está muy lejos.
Gracias por todas estas reseñas tan interesantes que nos traes.
Besos
Tiene que ser interesante, y a la vez, complicado, ser miembro de un jurado para tener que decidir sobre algo.
Gracias por darnos a conocer el título de la novela y del ganador, así como el detalle que has tenido y que yo valoro aún más, el hecho de que nos hayas dicho también, los títulos de lass demás novelas y finalistas.
Un beso, Pedro.
¡Me alegro mucho de que haya ganado ese libro porque, como te dije, me encanta el título! Ahora, debió de ser MUY difícil escoger entre esas otras joyas literarias. Besotes felicidadísimos y enhorabuenísimos, M.
En estos días pasados has ido desgranándonos, prácticamente a todos los finalistas,del premio de la crítica de Castilla y León, los que pertenecemos al grupo de la Acequia, nos sentimos alhagados por este hecho. Todos los libros son amenos, empezaré por "El jardín perdido", pues el tema siempre me ha interesado, así cierro un ciclo, con las biografía de Gil de Biedma, Dionisio Ridruejo (que desasosiego político tuvo en su alma)que ya he leído, luego continuaré,"Con el caballo de cartón" un tema que siempre me ha interesado por ser uno más de esos miles de castellanos que emigró de su Castilla (para ser un hombre de provecho, (Miguel Delibes) el día de mañana) dejándola desolada, como desalado veo a mí pueblo cuando voy a respirar el aire, que respiraba en mi infancia. Un dato, en cuánto a la población, en mi pueblo en el año 1973 había un censo de 1.100 habitantes. Actualmente hay censados 400 habitantes y creo que ahora serán 398, por dos muertes que ha habido recientemente.
Tus entradas nos han dado unas excelentes opciones de lectura. A por ellos.
Un abrazo
Este tema es de mi enterés, sin duda alguna. Lo traté e un post del mes de septiempbre titulado "Los pueblos abandonados de la Noguera". Bueno eso de tratarlo, es un decir. Como siempre hice un pequeño comentario sobre este tema.Y en Octubre tambien lo hice narrando las experiencias de mi niñez en otro pequeño post titulado "Mi Infancia en la Baronia de Rialp". Este ha sido publicado en una revisista comarcal.
Saludos muy afectuosos Profesor.
Felicidades para Abel Hernández y para todos los finalistas que presentan estas lecturas tan interesantes.
El mundo de la infancia visto desde el adulto, es tan poético.
También me apunto este texto. Gracias.
Besazos.
Parece muy interesante. Una época que ha marcado a mucha gente en este país, por ese éxodo a la ciudad y la melancolía de la infancia.
A ver si lo encuentro, un abrazo
Hola, Pedro. Reconozco que últimamente no me paso por este blog todo lo que su contenido merece, pero al ver hoy tu comentario en mi bitácora me he dicho que era el momento adecuado para volver a mojarme los pies en la acequia. Y tengo la suerte de que haya sido con esta entrada. La temática del libro parece muy interesante, y deduzco que muy ligada a mis propias aficiones, por aquellas casualidades de la vida. Trataré de hacerme con él y, si no lo localizo por aquí, te lo haré saber por si me puedes echar una mano.
Un abrazo.
enhorabuena al ganador y a los participantes.
biquiños,
Ya lo leí y me encantó. Me inspiró mucha ternura y me resultó una lectura pulcra, sencilla y profunda.
Me gustó su ritmo tranquilo. Su ir y venir entre las impresiones de niño plasmadas en su diario y sus recuerdos de adulto.
Me alegro de que haya ganado el Premio. Se lo merece.
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