¿Son muchos o pocos diecinueve años de escritura en este formato de los blogs? No lo sé, pero por aquí sigo, en una época tan cambiante como la nuestra. Echo de menos aquellos primeros tiempos en los que todo estaba por hacer. He asistido al envilecimiento de las redes sociales digitales y cómo se han contaminado también los medios de información tradicionales y hasta la vida cotidiana de las personas. Cada vez es más difícil orientarse en mitad del ruido, pero es posible, por eso sigo. Entre otras cosas, porque siempre he procurado que no haya grandes diferencias entre mi vida por aquí y mi vida fuera de las redes sociales. Si miro al inicio del blog y repaso algunas entradas observo líneas comunes, pero también una evolución que acompaña a las circunstancias personales, llena de pérdidas y decepciones, pero también de alegrías. Me percibo más nostálgico y menos tajante. Apenas me quedan ya un puñado de certezas, todas ellas referidas al sentimiento de humanismo que se me hace más grande cada día, pero solo un puñadito ya porque todos los ídolos se me han desmoronado. El resto es un intento de encuentro y comprensión. De casi todas las entradas (4442 publicadas con esta) puedo recordar cómo estaba y qué hacía cuando la escribí. Hay muchas jornadas que andar aún, solo y en compañía. Jornadas que están hechas de y con esas personas que te salen al camino y te acompañan un trecho del mismo, más o menos largo, pero solo un trecho. ¿Qué habrá sido de tantos de los que ya no tengo noticias? ¿Por qué otros te encuentran ahora?
A todos, gracias. Es bueno saber que no se está solo siempre.
**
Primera entrada (11 de octubre de 2006).
Razón del título del blog (12 de octubre de 2006).
Primer año.
Segundo.
Tercero.
Cuarto.
Quinto.
Sexto.
Séptimo.
Octavo.
Noveno.
Décimo.
Undécimo.
Duodécimo.
Decimotercero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario