En un espeto de sardinas está quien las asa y la leña usada, la arena de la playa, el marinero que las pesca, el mar entero y así la primera gota de agua de este planeta, pero también tu cuerpo pantera y rompiente moviéndose en la noche entre las barcas hoguera para que yo te viera y no te viera. Tenías algo salvaje cuando te erizabas en el enfado: ojos de uñas y piel tensa. Arriba, un mar de estrellas mediterráneo.
4 comentarios:
Todo en un espeto de sardinas, incluso una pantera, qué miedo.
Mis padres dejaban en un cuarto que hacía de fresquera las sardinas aún crudas y al niño el brillo le espantaba en medio de la oscuridad. El plato tiene una pinta exquisita.
Y el plateado de las escamas, el azul del cielo cuando en el horizonte se confunde con el mar, el reflejo de las estrellas. El marco de la pantera que resplandece sobre la arena.
Saludos
No ha comido nunca espeto de sardinas, a pesar de verlas hacer varias veces. Quizás va siendo hora de probarlas, tal como lo cuentas. A mi mujer le gustan mucho.
Un abrazo
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