martes, 21 de octubre de 2025

Neumáticos

 


Recuerdo las manchas de los neumáticos en las manos y en los pantalones. Los niños de la barriada los usábamos para construir cabañas y espacios imaginarios junto a los troncos de árboles y ramas que el viento había derribado. Aunque no hubiera paredes ni techo, respetábamos los pasillos y las fingidas puertas. Eran nuestras normas y el juego quedaba impreso en esas manos manchadas, en las rodillas desolladas y en el olor a calle cuando regresábamos a casa buscando la cena.

Estoy fatigado: el mundo entero es un gran vertedero. Allá van los neumáticos de los automóviles, allá sanitarios de loza, azulejos blancos, maderas tronchadas, cenefas de corazones y ojos entristecidos de los cadáveres de animales muertos. De vez en cuando -qué sed de belleza-, una flor de alfalfa salvaje, un brote de amapola.

3 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

El planeta es un enorme vertedero y qué sarcasmo lo de los "puntos limpios'.
Los niños de los sesenta se hacían su "cabaña" con lo que tenían a mano y todos al "fuerte".Juegos infantiles de otras infancias. Ahora, tal vez, haya una página web para montarlas en pantalla y la ilusión también sería virtual. No creo...
Algunas flores sobreviven, no todo está perdido.

Francesc Cornadó dijo...

Teníamos de niños, una imaginación que traspasaba todos los techos y paredes de nuestras cabañas, todo el espacio era nuestro y aún así, poníamos normas de juego.
Hoy de aquellas normas hemos pasado a lo normativamente correcto y hemos dispuesto vertederos autorizados donde van a parar escombros, platos rotos e ilusiones rotas, allí van a parar los anhelos de belleza, la diosa que podía redimir al mundo y que fue injuriada.
Saludos

Fackel dijo...

Si no recuerdo mal la parte interior de un neumático, no recuerdo su nombre, lo utilizábamos de flotador en los ríos.