A diferencia de la vida, la adelfa avisa de su toxicidad: es amarga.
Vivir es lo único importante mientras estás vivo, luego decae su interés.
Caminabas
como si nunca hubiera caminado
nadie.
como si nunca hubiera caminado
nadie.
Hacías así todo:
besarme en la mañana,
despejarte la frente
con la mano
mientras me sonreías,
buscarme de soslayo,
dejar que te abrazara.
Esas cosas
que ahora ya no me pasan.
© Pedro Ojeda Escudero, Del desconsuelo, 2025.
3 comentarios:
Y no es grano de anís vivir, con el regusto amargo y la memoria del sabor dulce. Así se vive.
Todo debe tener su tiempo, por lo que se ve. Hay fechas de caducidad, o simplemente de abandono, de cese de significados, de olvidos. No creas, hay mucho de adelfa en la vida, y nos impregnamos de su toxicidad sin medida y con alto riesgo.
Me fijo en el conjunto de poemas: "del desconsuelo"
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