Como la levedad del rumor del vuelo de un hada. Cuando quieres girarte a verla, ya es incertidumbre pasada.
No envidio a los que abren una puerta y entran en un mundo de fantasía. Detrás de mis puertas solo hay otras puertas. Algunas conducen al exterior, dicen.
La fantasía no ocurre en una mañana de playa.
Si un día ves a un hada sentada en el borde de un banco esperando a conversar contigo, huye: son sirenas aladas.
¿Sobrevuelan las hadas el sueño de los niños las noches de Gaza?
Todo pájaro lleva dentro un suicida.
Si tuviéramos alas, qué triste el cielo.
(La imagen corresponde a una instalación de la exposición
Mujeres: corto y cambio. Una mirada a las mujeres de la Generación del 27
a través del collage, de Maribel Muñoz.)
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