Entre los tilos en flor. A un lado y otro del camino. Si tú vinieras conmigo, tu cabello entero, empapado de su aroma, sería así: canto que anuncia el verano.
Almendros, prunos, cerezos, manzanos, tilos: todos ya en una repisa de pomos que marcan la vida.
Me he sentado en el banco del final del parque de la Facultad, a nada. A percibir el trabajo infatigable de las hormigas.
En la desolación de las ciudades bombardeadas, un polvo gris ceniza cubre todos los árboles florecidos.
¿Florecen en tus manos los tilos? En tus ojos, de amanecida. Dime.
6 comentarios:
Cuando los humanos nos hayamos arrasado, los cerezos, prunos o almendros florecerán aún mejor con nuestras cenizas.
Las hormigas seguirán con sus expediciones para el sustento, saben que siempre llega el invierno...
Es en esa nada cuando podemos pensar en cosas.
Es tiempo de tilos en flor y soltar a volar el pensamiento. Y mirar hormigas, su no parar. Donde no hay guerra.
Vincular la naturaleza que nos acompaña con las personas que nos significan afectivamente...ahí es ná.
El polvo gris ceniza va cubriendo el paisaje, puede incluso penetrar en nuestra mente y todo se entristece, hasta la esperanza.
La desolación de esas ciudades seguirá creciendo hasta que llegue el día en que cubra a toda la humanidad.
Saludos,
J.
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