lunes, 20 de enero de 2025

Simeón sentado

 



Simeón quería estar solo para meditar, pero era tan riguroso en sus métodos que fue expulsado del monasterio. Para alejarse del mundo, se fue al desierto y allí buscó una cisterna seca, pero despertó la curiosidad y su fama hizo que le visitaran cientos de personas. También en la cueva en la que se refugió después. Harto de todo, se hizo construir una columna de tres metros de altura, pero no fue suficiente. Pidió otra de siete, pero tampoco. Finalmente, consiguió una de diecisiete metros a la que se encaramó. Según la leyenda, allí pasó treinta y siete años, hasta que falleció en el año 459. Fue conocido como Simón el Estilita y su memoria se conmemora el cinco de enero. Sobre él hizo una película Luis Buñuel, Simón del desierto (1965), un clásico del cine. Buñuel no le dejó morir en la columna, pero eso es otra historia.

Este de la fotografía es Simón sentado, una escultura en bronce sobre columna de granito de Francisco Leiro, que fue instalada en 2007 en las Cuatro Torres de Madrid. Leiro, que tiene otras esculturas en las que lo bíblico y lo clásico interactúan con la modernidad, ha querido ver aquí una actitud distraía de Simeón, que evoca al espinario helenístico, pero también al pensador de Rodin. he dicho distraída, pero podría decir relajada: ¿medita el bueno de Simeón o se ha distraído con el vuelo de una mariposa? Por muy alto que te subas, siempre te reclamará el mundo. Ahí está, a su lado, la Torre Emperador Castellana, antes Torre Espacio, con sus doscientos treinta metros de altura (el cuarto edificio más alto de España) y mucha gente encaramada a ella. ¿Meditan? La torre también es famosa por el incendio que se declaró en ella cuando aún estaba en construcción, en septiembre de 2006. ¿Pensará en esto Simeón cuando vea que ahora le miran curiosamente desde arriba?

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