El fuego es el origen de la literatura. Sentados junto a él los seres humanos se cuentan historias que suceden más allá de la luz de la hoguera.
Hace unos días, un grupo de amigos nos reunimos para preparar calçots a las brasas: se remansó el invierno.
Hace un tiempo eché al fuego los restos del naufragio. Los vi arder: llama, humo, ceniza. Recuerdo cómo tiznaba aquella ceniza.
Unas ramitas, paja, hojas de periódico antiguo, piñas secas. Después, un leño. El fuego crece: ya hay hogar.
Dicen que, al otro lado del fuego, nos esperan los demonios más terribles. Se hacen de rogar, ahuyentados por los que portamos encima.
4 comentarios:
¿Se puede considerar el primer invento del hombre?, ¿lo que primero dominó el ser humano?, de todos modos gracias al fuego hoy estamos aquí.
Que se queden ahí, los demonios del otro lado del fuego. ¿A quién le faltan demonios en activo? Vamos a contar cuentos.
Algunos hemos descubierto el valor simbólico del fuego ya de mayores. Y sí, cuando nos enseñaron que aquello del pedernal y el golpear producía una revolución con todas sus consecuencias. Pero en mi niñez el fuego iba vinculado a vere arder un chamizo donde estaba encerrada una piara de cerdos y qué dolor por el suceso que presenciamos los niños en directo y qué olor terrible que no quisiera volver a oler nunca. Porque entonces otro símbolo pero no solo símbolo se nos reveló: la muerte, aunque fuera en otra especie.
O fogo é um fascínio!
Uma das minhas penas , é não ter lareira...
Gostei do texto e da foto.
Querido Pedro, beso, boa semana :)
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