Dicen que lo que predomina en cualquier colada somos nosotros mismos: células muertas y pelos. Una sutil manera de suicidio dilatado mientras nos libramos de nuestro cadáver.
Recordando aquel verano, he caído en la cuenta de que siempre ha sido invierno.
Un día de estos llegaré a la infancia.
1 comentario:
Imagino que para eso está la lluvia: nos limpia de todo aquello. La fotografía, te aviso, me la quedo.
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