Dicen que lo que predomina en cualquier colada somos nosotros mismos: células muertas y pelos. Una sutil manera de suicidio dilatado mientras nos libramos de nuestro cadáver.
Recordando aquel verano, he caído en la cuenta de que siempre ha sido invierno.
Un día de estos llegaré a la infancia.
8 comentarios:
Imagino que para eso está la lluvia: nos limpia de todo aquello. La fotografía, te aviso, me la quedo.
Nos vamos diluyendo o quizá desparramando entre sábanas y ropajes. Nos vamos yendo.
Salud
Sí, algo nuestro vamos dejando, para regocijo de los ácaros, algo nos dejan, todavía y a ello nos agarramos. O asimos, verbo mas suave. Si.hay estaciones que se eternizan.
Cada vez que pase por delante de una de esas lavanderías, me acordaré de tu escrito y de tu foto, tan de cuadro de Hopper.
Besos
Será por eso que recomiendan que la ropa que se compra sea lavada, dicen que llega hasta tener heces humanas.
Mientras lo muerto quede en la colada y no seamos nosotros la colada fenecida...
La primavera acabará con la hojarasca de otras estaciones. Así es la vida ...
¡Es tan difícil llegar al fondo de nuestras propias reacciones qué al final , no encontramos la verdadera claridad de los hechos en sí!
Besos
Es bastante difícil el "dejar de ser".
A veces las estaciones de la naturaleza, no coinciden para nada, con nuestro ánimo interior.
Puede que volver a esa infancia, no esté del todo mal.
Besos
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