El estudio de Gallup sobre el Estado global de las emociones detecta, año tras año, que cada vez nos sentimos más tristes, tenemos más miedos y nos mostramos más enfadados. El informe recoge encuestas realizadas en más de cien países. Con sus datos, se elabora un índice mundial que mide la felicidad por países y es curioso cómo en algunos países el índice de felicidad sigue siendo muy alto a pesar de que cada año descienda la sensación que tenemos de ser felices. En estos países se tiene casi todo para serlo, pero la sensación general es de infelicidad y la sociedad se muestra cada vez más crispada, lo que aumenta el grado de malestar en una espiral negativa que impide poner remedio a los problemas reales con medidas eficaces puesto que las dinámicas son destructivas.
Es curioso observar todo esto y comprobar cómo algunas estrategias políticas y sociales saben jugar con nuestras sensaciones, deberíamos meditar más sobre lo que verdaderamente nos hace felices. ¿Es la felicidad un estado mental que nos convierte en seres conformistas y egoístas o nos permite ser más solidarios y atender mejor las necesidades y problemas de los otros? Por el contrario, la infelicidad en aumento, ¿nos hace estar a la defensiva, ser más agresivos defendiendo nuestra parcela de bienestar, o nos provoca la necesidad de socorro mutuo?
Hace bien el estudio de Gallup en partir de las emociones para medir la felicidad porque no hay escala objetiva para hacerlo. De lo contrario, se vendería a peso en las tiendas y habría quien se lucraría con su comercio, almacenándola para especular con ella provocando momentos de desabastecimiento para subir los precios. Quizá ya se haga. Dichosos aquellos que hayan sabido salirse a tiempo del mercado de la felicidad.
9 comentarios:
Nunca he sido creyente de la felicidad y mucho menos en estado de continuidad, pero si tal existiese y pudiera ser objeto de mercadeo, el mundo estaría ya sin esperanza de serlo.
Esto de países felices o infelices es otro negocio Pedro...pero si todo es dinero hoy! La economía o el mercado va dirigido con ese fin, darnos "cosas" y/o emociones de momentos que nos darán la felicidad, "comprar y llevar", así de rápido. La diferencia está en que algunos nos damos cuenta y otros no. Son arrastrados por el consumo y "los momentos" de felicidad, de lo contrario dime cuál es el propósito de las drogas... estados, momentos que se evaporan rápidamente y luego los mata. Sin embargo los saca, brevemente, del sistema que los tiene dormidos. Como si no existieran otras formas más sanas y hasta divertidas para ser felices. Todo requiere de un esfuerzo personal, y un ¡basta! y cambiar la actitud. Yo lo he vivido, por eso lo digo, ¡se puede!
Y como siempre, en respeto, un abrazo y un beso Pedro
Así define la RAE la felicidad "estado de grata satisfacción espiritual y física" y " la ausencia de inconvenientes o tropiezos", con esta definición es normal que los paises más felices sean los paises nórdicos, sus ciudadanos parece que están cubiertos de esos inconvenientes y tropiezos que tenemos en otros paises.
No creo que la felicidad tenga nada que ver con el mercado, pregunta que te haces, más bien, creo que la felicidad en tener escuelas y universidades bien atendidas, que haya trabajo para todos, que la salud esté cubierta, que los mayores no se vean abandonados, que los gobiernos sean honestos y no discriminatorios, si se tiene todo esto y tienes una perras para mercadear, miel sobre hojuelas, pero dejando claro que la felicidad no es un mercado persa.
Saludos
Saludos
En el colegio nos leían el cuento del hombre más feliz, el que no tenía ni camisa. No calaba el mensaje como tampoco aquello de que la belleza está en el interior.
De mayorcitos nos venden infelicidad, si no tienes esto serás infeliz. Ahora mismo, en la radio, si no pones esta alarma en casa serás infeliz, apresúrate a ponerle remedio. Si no viajas al quinto pino, serás infeliz. Si no vives en un casoplón serás infeliz. Etc. Consumid, malditos.
La felicidad, creo, es un estado de equilibrio que se atrapa a ratos, en otros los demonios hacen de las suyas. Vamos a atraparlo todo lo que podamos, Pedro.
La felicidad es como el Edén: nunca existió.
Conformémonos con cierta armonía y bienestar cotidianos.
Veo un poco difícil salirse de ese mercado, porque la felicidad, más allá de la persona en sí, depende en gran medida de cómo reacciona el sistema ante la felicidad que tú quieres labrarte. Al final, quieras o no, no puedes salirte de ese mercado.
Muy de acuerdo con Emilio Manuel. Mi idea va en ese sentido. No puedes salirte, por más que quieras, del mercado de la sanidad, de la educación, de los bienes básicos...
Medir la felicidad de los individuos que componen una sociedad es sensato en tanto es una medición del estado de bienestar en sociedades desarrollados donde las necesidades básicas están resueltas. Esto se grafica en la escalera o triángulo de Maslow. La alimentación no es problema, la vivienda no es problema, la atención de la salud no es problema, el acceso a una educación de buena calidad no es problema. Es una encuesta de satisfacción de necesidades básicas a necesidades/deseos más sofisticados. Si bien la cepal intenta globalizar esa encuesta sólo es válida en países de desarrollo similar.
Seguramente leyeron Un mundo feliz, Aldous Huxley. Esto aplica a algunos países dónde de entrada el individuo sabe que para su tipo hay un lugar. El sistema educativo de nivel secundario gratuito con ingreso por prueba ya está diciendo a un joven de 12 años que su lugar estará por tal lado de manera que será un joven realista que soñará lo posible. Somos felices si sólo soñamos lo posible a nuestra condición y ese es el secreto del hombre que no tenía camisa. Sdos.
Parece ser que Séneca dijo que "Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste"...
Estoy muy de acuerdo con el comentario de Alimontero.
Este es un tema que requeriría mucho análisis hecho de forma holística...
No sé si en ese estudio hacen una comparativa sobre las causas y concausas que llevan a ese resultado; pienso que es necesario profundizar en ellas...
Yo no sé qué es la felicidad más allá de determinados estados agradables de paz y tranquilidad con ausencia de problemas irresolubles...
Sobre las preguntas que haces en el segúndo párrafo, me voy a atrever a contestarlas: El sistema nos ha convertido (aquí hay un debate de fondo que podría poner en un brete a determinados pilares sociales) en conformistas y egoístas a base de pan y circo (lo de "Un Mundo Feliz", soma que soma) y para defender esas migajas de pan y el acceso al circo (que consideramos felicidad) estamos siempre a la defensiva (no todos, y estos se llevan unas hostias como ruedas de molino) con "la escopeta cargada", defendiendo esa "parcela de bienestar" que citas, cual seres ansiosos de posesión y posición; con lo cual las oligarquías reinantes, a quienes nuestra felicidad, (reitero que no sé definirla y me adhiero a lo dicho por Séneca), más allá del entretenimiento hipnótico e inhibidor que nos "inoculan", se la trae al pairo, han logrado, a través de sus mecanismos de poder, que el "divide y vencerás", como manual del eterno mandamás, sea pandemia social...
Dices, refiriendote al mercado de la felicidad, que quizá ya se haga. Pues diré al respecto que, aunque "saltar a conclusiones rara vez conduce a felices aterrizajes", doy por hecho que, aunque utilizas una expresión de probabilidad, sabes que ya se está haciendo... No es fácil salirse de ese mercado de la felicidad siendo, como es, la piedra angular del sistema que nos rige... y de máximo interés para quienes lo gobiernan... Dicho en román paladino: Mientras a nosotros nos "comen el tarro" ellos manejan el cotarro...
Yo no creo en el bienestar colectivo del malestar individual...
Este es un tema tan interesante como complicado.
Abrazo
Publicar un comentario