martes, 16 de agosto de 2022

Un puñado de moras de zarza

 

Hoy he vuelto a casa con el primer puñado de moras. Comienzan ahora a madurar en el zarzal de donde las tomo. Supongo que la falta de lluvia de estos meses ha provocado que sean aún tan pocas las maduras, todo está reseco. Los ciruelos no darán ciruelas este año. ¿Serán veceros? Probé un par de moras allí mismo, al pie de las zarzas. El resto -un puñadito-, lo he traído para preparar con leche fría y azúcar. Comeré una a una, como quien agradece el regalo de la tierra.

Han intentado asesinar al escritor Salman Rushdie por ejercer la libertad de escribir. La noticia ha provocado solidaridad y ruido. También se oyen los silencios.

A pesar de que el mundo se achica, sigue siendo inmensamente grande: allá donde pises está toda la historia de la humanidad. No deberíamos olvidar esta responsabilidad hacia los que nos sucedan.

Quizá ya escriba esto después del fin del mundo. Miro por la ventana, es un hermoso atardecer lento de verano.

3 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

Llegamos al tiempo de las moras, las que preparas con leche y azúcar, las que tu perro sabía comer sin pincharse. Esta vez sin perro. El planeta ha dado su vuelta y aquí nos las muestras de nuevo, el fin del mundo puede esperar. Vivimos un tiempo de sequía, incertidumbres y silencios, pero quedan moras y recuerdos. Y voces valientes.

Emilio Manuel dijo...

Ruido y silencio, es un oxímoron, pero es palpable, añadiría otra palabra al conjunto, miedo, mucho miedo.

impersonem dijo...

El clima y su incidencia en las cosechas es conocido; y este año el clima está, posiblemente, como estamos provocando que esté...

Espoero que Salman Rushdie se recupere pronto y bien; no conozco la noticia en profundidad... no sé si ha sido fanatismo u otra causa...

A los que nos sucedan les vamos a dejar un mundo peor que el que recibimos si seguimos haciendo lo que estamos haciendo; y si no lo estamos haciendo, sí lo estamos consintiendo... El mundo es grande, pero está convulso. No sé qué rastro histórico dejaremos esta generación en la piel de este mundo que habitamos, pero no hace falta ser adivinos para, estableciendo relaciones de causa-efecto, predecir tiempos venideros...

No creo que haya fin del mundo, hay "ilustres mercenarios" que ya tienen calculada la onda expansiva y los daños colaterales... y el tiempo sigue y el viento silba ¿a dónde va la humanidad?

Abrazo