miércoles, 2 de febrero de 2022

Ayamontinas

 


Hace frío esta mañana,
toda la tierra está helada.
Qué pequeño es el jornal
para el que tanto trabaja
y qué larga es la jornada.

Teniendo monte delante
buena manta y buen talante,
no entiendo que no sonrían
y nos amarguen la vida.

Que la tierra no se cerca,
que el mundo es grande y de todos,
el agua empapa la arena
porque cae libre y abierta.

Prometen flor los almendros
a los que andan los caminos,
pero a mí se me revuelven
al no caminar contigo.

En el medio de tu patio,
un pozo con agua fresca
para que laves tu cara
y tenga envidia la adelfa.

Cuando vuelves y me miras
tan profunda y tan gallarda,
son más verdes tus pupilas
que las aguas del Guadiana.

©Pedro Ojeda Escudero, 2022

(La fotografía es de hoy mismo. Los almendros, en Valladolid, apuntan ya flor. Quienes me conocen bien, saben que tengo una vena que me aproxima a la poesía popular y que de vez en cuando no me resisto. Aquí un ejemplo.)

5 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Es inexplicable que una ciudad tan bonita con unos pueblos tan bellos tenga en su interior uno tan horrible como es Nerva.

Sor Austringiliana dijo...

Ya son casi flor y piden iris verdes, o azules, o castaños, o negros, que las miren con amor.
Bécquer fue el primero que a los iris llamó pupilas. Un honor para un poeta.
Primavera ya.

Doctor Krapp dijo...

Me gustan mucho tus paisajes emocionales y físicos.

Alimontero dijo...


El almendro en flor es parte de la promesa por llegar.
Que belleza y generosidad la tuya compartir la belleza de lo simple, de lo que no toda la gente ve, percibe.
Gracias,
Beso,
Ali

Ele Bergón dijo...

A los almendros en flor, siempre los estoy esperando, por eso todos los días tengo una cita con ellos, aunque por donde yo paseo, todavía les falta un poquito.

Me gustan tus Ayamontinas.

Besos