martes, 1 de febrero de 2022

Hubo un año que acompañé la primavera

 


Tengo que preguntarle a mi amigo José Luis Rúa si ya han florecido las jaras en Ayamonte. Hace unos días, me envío una fotografía de los almendros en flor. Si cierro los ojos, veo el campo de pizarra junto a la marisma, el jaral en flor y el estero. He visto las tierras del arroyo de Pedraza, que baja hacia el río, desde la planicie castellana. Ya es primavera en el Bajo Guadiana, el agua entre turquesa y esmeralda, jugando en el límite del azul y el verde. El Guadiana, cerca ya del mar, es un río sabio, que guarda dentro todas las miradas.

Hubo un año que acompañé a la primavera. La recogí chica en Ayamonte y la fui subiendo hasta Burgos por Sevilla, Cáceres, Béjar, Valladolid. Vi florecer varias veces los almendros y los prunos, escuché el gozo solar de la pajarería, varias veces se quitaron el abrigo las jóvenes para que la melena ondeara sus hombros y, en las terrazas de las cafeterías, desayuné café con leche y tostadas de pan, aceite de oliva y tomate mientras miraba despertar las calles sin que me importara el nombre de la ciudad. 

Mi amigo el cabrero lleva el rebaño de ovejas y cabras por el campo de golf abandonado de la urbanización. Su andar es como su palabra, lenta y certera. Mira sin miedo, qué otra cosa, y los perros le obedecen al gesto. Trabaja de sol a sol y más, que el ganado no da tregua. No le vayas con tonterías.

La toponimia guarda los secretos de lo que fuera este monte antes de que lo urbanizaran: el arroyo de los Quesos, que muere en el estero del Dique, el regajo del Pozo del Alcalde, el arroyo de la Salina. Rodeados por el camino rural de Valdepía, están Blasco Ibáñez, el Arcipreste de Hita,  mi paisano Jorge Guillén, Luis de Góngora con el don delante, José de Espronceda, Rosalía de Castro, sin respetar orden cronológico ni estilos. Incluso fuera de época, pasan sobre ellos bandadas de flamencos.

6 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Me has provocado una imagen de unas cabras y ovejas pastando en un campo de golf, esta mañana me has hecho sonreír.

Francesc Cornadó dijo...

Añoro el paisaje de primavera. Conozco esos campos y también los añoro.
Hace años que me acompaña el otoño.
Saludos
Francesc Cornadó

La seña Carmen dijo...

"Mi amigo el cabrero lleva el rebaño de ovejas y cabras por el campo de golf de la urbanización."

¡Qué imagen más potente!

Sor Austringiliana dijo...

La primavera puede ser más un estado de ánimo que unas flores. Seguimos tu itinerario hasta llegar a los almendros con hormigas.
Tardía y pobre la de está tierra, asoma un poco la nariz. El trigo ha nacido en los páramos de aquí al lado.

São dijo...

Um belo texto, que me fez sonhar com a liberdade de termos em viagem o tempo à nossa disposição ...e isso me trouxe Fernando pessoa à memória.

Querido amigo, que u teu Fevereiro seja bom.

Besos

Ele Bergón dijo...

Ya se van notando en los campos que dejamos atrás el invierno y vendrá, como siempre, la primavera distinta e igual de sur a norte porque a la cita no puede faltar.

Buen recorrido nos haces y te seguimos en el camino.

Besos