Uno de los grandes aciertos de esta novela de Yolanda Izard es la voz narradora. Berta nos deja su testimonio en primera persona en un diario escrito en las páginas de algunos cuadernos escolares que se llevó a la isla. No se trata de un diario constante y, además, pronto pierde la noción del tiempo, sino más bien un relato de emociones en el que se refleja ese camino hacia el despojamiento, con todas las incertidumbres y temores, pero también con la cada vez más firme decisión de renuncia para alcanzar el sosiego al que se refiere el título. El proceso de escritura fragmentario, es clave para hacerlo.
Los capítulos son breves e intensos, escritos con gran intensidad lírica. El estilo busca transitar por la belleza sin ahorrar la dureza de lo relatado. Desde el paraíso natural de la isla se busca el paraíso perdido que es la felicidad de la infancia. Para este viaje no solo es necesaria la experiencia de la renuncia y la soledad, sino también el trabajo con la palabra. Solo conjurando con ella los fantasmas del pasado Berta puede llegar al resultado final de su búsqueda. Un proceso que tiene mucho de experiencia ascética, con todas sus consecuencias. La belleza última que consigue Berta es finalmente, la reconciliación con su propia vida hasta la hora del sosiego.
Yolanda Izard ha escrito una de las mejores novelas de los últimos tiempos, alejada de los caminos transitados habitualmente por la narrativa española, tan previsibles en muchos casos. Un relato que no utiliza estrategias narrativas fáciles para gustar al lector, que no se permite la caída estilística en ningún momento y que satisface a los amantes de la gran literatura.
Noticias de nuestras lecturas
Pancho regresa al Club de lectura y eso ya es una buena noticia. En la primera entrada que dedica a esta novela se centra en la estrategia narrativa del arranque, que nos atrapa definitivamente como lectores. Y, además, termina con Sabina... En su segunda entrada, señala la evolución de Berta desde la felicidad y alegría inicial al despojamiento final, tan necesariamente duro para llegar al sosiego. Y analiza la forma del estilo, regalándonos al final una de los Beatles, qué más se puede pedir.
El pasado martes día 26, a la hora habitual, tuvimos la primera sesión del Club de lectura en su formato presencial en el presente curso, mantenida por Alumni UBU. Demasiado tiempo sin celebrar una sesión así por la pandemia vírica. Debido a las normas sanitarias, no pudimos utilizar, por su tamaño, la sala habitual de los cursos anteriores a la pandemia y nos reunimos en un aula de la Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad de Burgos. A su Decano queremos agradecerle las facilidades dadas para su utilización.
Solo el poder vernos después de tantos meses es ya una celebración. Ojalá no volvamos a tener una interrupción tan brusca y la pandemia atenúe su intensidad. En la reunión expresé mi deseo de que las últimas lecturas del curso coincidan con el levantamiento de las medidas sanitarias que nos han protegido.
Al final de la sesión, rendí tributo de cariño a la memoria de Antonio López, miembro del club de lectura recientemente fallecido. No recuerdo en él ningún mal gesto, sino todo lo contario. Siempre se mostró dispuesto a ayudar y colaborar, con la medida y acertada expresión de sus opiniones. A él y a su mujer, también miembro del club, les debemos una cariñosa acogida cuando fuimos a conocer algunos de los paisajes manchegos por los que trascurre el Quijote. En su casa celebramos una inolvidable comida de hermandad gracias a su generosidad. Para Antonio vaya nuestro recuerdo y para su familia, cómplice en tantas cosas literarias, nuestro cariño y apoyo.
ANUNCIO DE LA PRÓXIMA LECTURA
En el mes de noviembre leeremos Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. Aleluya erótica en cuatro cuadros (Versión Cámara) de Federico García Lorca. Estrenada el 5 de abril de 1933, tras haber sido prohibida por inmoral en la dictadura de Primo de Rivera. Una pieza de teatro breve que no deberíamos considerar como una obra menor en absoluto. Lo comprobaremos las próximas semanas. De esta obra hay varias ediciones en el mercado editorial e incluso alguna gratuita muy correcta digital, pero os recomiendo la lectura en una edición crítica.
Recojo en estas noticias las entradas que hayan publicado los blogs amigos (si me he olvidado de alguien, agradezco que se me avise). Entrada del Club de lectura cada jueves (salvo casos excepcionales), en este blog.
Para conocer la forma de seguir las lecturas de este club y sus características y la lista del presente curso, pinchar sobre este enlace.
ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.
5 comentarios:
Seguimos a Berta en su diario de emociones, la acompañamos a pesar de la extrañeza que nos produce la dolorosa y solitaria búsqueda del sosiego. La protagonista teje su relato y sus relatos, la poesía nos lleva y la estrategia narrativa acierta, ya lo creo. El final nos deja en un punto ciego o no tan ciego.
La reunión del Club de Lectura presencial fue un abrazo esperado. La hora del sosiego despertó emociones lectoras y hubo unanimidad. Gustó mucho.
Al final, el recuerdo a Antonio López, tan buena persona y tan buen lector. Nunca olvidaremos su compañía en aquel viaje en busca de don Quijote y la generosidad de la comida en su casa manchega. Un abrazo a la familia.
Que alegría , poder dar rienda a esas Club de lecturas. Me parece un acierto las observaciones de estas lecturas en algunos blogs :en mi caso ,el de
Maria Ángeles que siempre sus observaciones te arrancan una sonrisa.
- Por las fechas que se aproximan me gusta regalar libros y se agradece vuestras recomendaciones.
Un abrazo Pedro
Gracias, Bertha, por tus palabras. María Ángeles Merino, también llamada Sor Austringiliana y Abejita de la Vega, encantada de despertar sonrisas cómplices lectoras. Ahora escribo menos pero escribo. Un abrazo.
Seguiremos con Lorca en Noviembre.
Besos
La técnica narrativa de la novela está muy bien trabajada, presenta una brillante selección de maneras de narrar desde la primera persona. Hay ratos que recuerda a Rulfo, a Proust, a Unamuno en Niebla, Salinger… Incluso al Tenorio de Zorrilla con esa confusa salida de la tumba de los muertitos enterrados.
La hora del sosiego es un magnífico ejemplo, de principio a fin, de prosa poética, de ritmo cuidado y gran intensidad lírica en el que ocurren bastantes más cosas de las que parece, aunque a primera vista parezca un ya visto relato de una náufraga.
En un comentario de esta novela no puede faltar alguna canción que pegue algo con el argumento, Berta canta mucho durante la historia. En esto me recuerda a Bevilacqua y Chamorro.
Siempre es difícil comentar algo de Federico García Lorca por el simbolismo de lo que escribe, pero esta obrita creo que se lleva la palma. Tenía el genio y los duendes metidos hasta el tuétano a los veinticinco, el tío. Ya lo dice todo Margarita Ucelay en su estudio en Cátedra.
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