Está seca esta tierra de pizarra. He bordeado las marismas por la mañana. Pronto. A partir de las diez de la mañana el calor era ya intenso. Cardos, carlinas, espinos, ofrecen a la vista su arquitectura hermosa y perfecta, desnuda y reseca, frágil y resistente. Hasta las jaras están agostadas. Es condición de la naturaleza de estas plantas. Mucho antes que yo, ya había pasado el cabrero con su ganado y los perros, abriendo el camino diario.
A diferencia de los espinos, las personas secas no tienen belleza. Se les han encogido hasta los pinchos del alma.
11 comentarios:
Personas secas y muertas que aún fingen seguir con vidas las hay a montones, en cambio de las bellas, de esas sí que hay muy pocas.
Saludos,
J.
Hasta el secarral tiene su belleza, hay que saber mirar. En algunas partes de Andalucía lo sabemos bien.
El segundo párrafo es excelente. Mejor dicho, imposible.
Besos
Un poco cruel lo de las personas secas.
Los cardos son hermosos siempre que no se lleven por corona. Los cardos humanos rara vez dejan de pinchar, viejos incluso.
Feliz descanso.
Hay que humedecer la vida para que crezca.
Puede que se le haya encogido, a las personas secas, los pinchos del alma, pero su lengua cortante siempre la tienen muy afilada y pronta para el corte...
Abrazo
Adorei a afirmação com que encerras o texto!
Beso, amigo mio, bom domingo e feliz semana :)
Tu frase final me hace pensar mucho...
Imparable el tiempo sigue su curso y nosotros con él, lo observamos en sus permanentes mutaciones, donde también la belleza, queda transformada.
Besos
Ves, allí se mira de otra manera. Es muy importante saber hacerlo, cada lugar tiene su peso visual, emocional, económico, histórico...
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