(El pensamiento al madurar es igual que el sol cuando amanece,
instalación de Soledad Sevilla en la Capilla de los Condes de Fuensaldaña. Museo Patio Herreriano.)
Amanece sobre los verdes trigales de abril,
oleados por el viento. Todo es mar,
hasta los chopos de la fuente, mar sonoro.
En los linderos, crecen las malvas.
Me he detenido sobre esta tierra
que han cruzado tantos antes.
En cada espiga, un nombre.
¿Dónde el que me impusieron, en qué rincón cultivado?
¿O cayó mi grano en baldío?
Sobre el campo, juega la luz de la mañana
como la caricia de una mano sobre el cereal.
Se mueve el prado, ondea desde el germen
hasta la mesa en la que se hace pan,
es su destino. ¿Cuál es el mío
si no soy campo,
si no atisbo la luz
que me acaricie el cabello
y no voy de la tierra a la fuente, al pájaro
que es rama de chopo y canta
porque amanece?
© Pedro Ojeda Escudero (2021)
15 comentarios:
Buenos días.
Para mi gusto, de lo más bonito que te he leído.
Abrazo.😄
Todo es luz, en un principio fue ella.
Amanecer de pensamiento.
No sé qué fiebre, y no sé qué doctrina forestal, porque no soy ambientalista, recorre nuestra Castilla, nuestros pueblos, y hasta nuestros caminos, decretando que los chopos son peligrosos. Árboles del pueblo, que crecen con apenas mimo, árboles en fin.
¿Podremos decir lo mismo, pasado un tiempo, de los cerezos chinos?
Yo, que no tengo nada de campo, me he sentido afectado por el poema. Habría tanto que preguntar sobre cada uno de nosotros a las espigas, a los tallos, a las raíces de cualquier cereal.
Es mar es libertad, a veces música.
Besos.
Otras lamento, queja, siempre libertad.
Precioso texto o teu, amigo mio, precioso mesmo!
Pelas tuas belas palavras transportaste-me às largas planícies do Alentejo com as suas searas de trigo ondulando sob a brisa. Te agradeço tanto ...
Besos, querido Pedro .
Maravilloso Pedro... conmovida total.
gracias gracias, gracias...me siento en un estado maravilloso, así he quedado!
beso,
Ali
¡Precioso! ¡Preeecioso!
Quizás sea cuestión de ser consciente de la Luz y ser capaz de reconocerla.
Besos x2
Si cierras los ojos, el sonido de las ramas de los chopos cuando las acaricia el viento, se parece al que producen las olas en el mar.
Qué decir ante la música exacta del poema. Callar. Qué hacer, salvo volverlo a leer. En voz alta.
¡Cómo me gustan a mí los trigales oleados por el viento"
Me gusta este poema de terruño y de identidad...
Abrazo
Gracias por traernos paisajes y sensaciones poéticas ausentes en las urbes
Saludos
Bello y sugerente.
Pronto veré ese mar de Castilla que tanto me emociona y del que espero disfrutar, como ya lo he hecho al leer tu poema y contemplar tu fotografía, donde el verde y la luz son las protagonistas.
Besos
Publicar un comentario