Hoy quiero hablar sobre esas alegrías que se reciben como profesor. En estas semanas últimas he explicado la obra de Miguel de Cervantes, centrándome en el Quijote. Espero siempre con ilusión la llegada de este tema en el programa anual de la misma manera que tuve claro que el club de lectura que sostengo en este blog desde 2008 debía comenzar por la locura de realizar la primera lectura completa de la novela que se ha realizado utilizando los recursos disponibles por la generalización del uso de internet. Aquella experiencia colectiva, a la que tantos se sumaron, dio lugar a la única guía de lectura disponible de forma gratuita con este formato.
Esta tarde me ha escrito una alumna del curso actual, agradeciéndome haberle ayudado a salvar los escollos que había tenido siempre con la obra cervantina y comprometiéndose a leerla completa con sus hijos este próximo verano. Por desgracia, el Quijote no cabe legalmente en los estudios universitarios españoles actuales, ni siquiera en los de la especialidad. Si aplicamos la normativa, el número de horas que necesita para ser leído excede las horas de dedicación a una asignatura que podemos exigir a un estudiante. Me dejó perplejo constatar esto en su día, como si no se pudiera exigir a un matemático el dominio de la materia más básica de su área de conocimiento por la misma razón o a un físico se le dejara sin los rudimentos de sus estudios porque su dominio ocupa unas cuantas horas más. Como la normativa ampara que un alumno de un grado equivalente a la antigua Filología Española pueda terminar la carrera sin leer el Quijote, me limito a proponer la lectura de un puñado de capítulos y a incitar a leerlo completo.
Ayer, Día del Libro, recibí un mensaje por correo electrónico que me llenó de alegría. Un antiguo alumno, Íñigo Santidrián (he pedido su permiso para difundirlo), trabaja ahora como profesor de español en Bangkok y me escribe para darme cuenta de que ha impulsado la primera lectura del Quijote en tailandés-español en Tailandia, con la colaboración de la embajada de España y la Universidad de Thammasat de Bangkok. En la lectura han participado el embajador, la traductora de la obra al tailandés y varios alumnos y profesores, incluido él mismo. Recuerdo bien a Íñigo en clase, su buen hacer como alumno y su seriedad y honestidad como persona, como recuerdo a sus compañeros de curso. Él atribuye este logro a la semilla que introduje en mi asignatura, pero yo sé que esas semillas que se siembran en las clases no germinan adecuadamente sin un terreno adecuado. No sabe bien Íñigo cómo me ha alegrado estos días saberlo bien, conocer su ilusión y su trabajo. Como la mayor parte de mis alumnos, ha tenido que buscarse la vida fuera de su ciudad, de su región. En su caso, también fuera de España, esto es algo que permite la enorme difusión internacional del idioma español. No conozco todas las circunstancias que lo han llevado a Tailandia, pero sé que esta estancia para él será una experiencia inolvidable; como para sus alumnos y para todos los que han participado en esta lectura del Quijote resultará algo para recordar en el futuro. Y así se cumple la mejor cadena cultural que conozco provocada por la educación. Aquellas horas dedicadas a explicar el Quijote en un aula de la Universidad de Burgos, que tan bien comprendieron Íñigo y sus compañeros, han llegado ahora a Bangkok, mejoradas por su experiencia y su vitalidad y desde allí volarán hacia otros lugares. Solo con saberlo, con haber recibido este mensaje desde Tailandia, sé que todo ha merecido la pena y que ellos, mis alumnos, sabrán mejorar lo que yo les propuse.
Gracias por todo, Íñigo.
Aquí dejo el vídeo promocional de aquella lectura que celebra el Día del Libro 2021, que puede consultarse completa pulsando en este enlace (merece la pena dedicar unos minutos a verlo completo):
12 comentarios:
Me alegra tu alegría y la de tu alumno. Sí, aquella aventura de la lectura colectiva del Quijote en que nos embarcaste fue inolvidable.
Nunca imaginé escucharlo en tailandés, me pregunto qué hubiera pensado Cervanres si le llegan a decir que su criatura había llegado al lejano Siam donde era estudiado y analizado.
Felicidades , felices días del libro, todos, incluido el 23 de abril.
Emociona, sin duda, esta experiencia tailandesa.
Que le reconozcan a uno que aquella semilla que sembró ha fructificado, es una satisfacción y sobre todo que lo haya hecho tan lejos. Felicidades.
Tarde o temprano, todo árbol siempre da sus frutos.
La experiencia de la lectura compartida de El Quijote, mediante los blogs, nunca la olvidaré y mi Sanchico tampoco.
Felicidades y Enhorabuena. Alegrías de estas son las que importan de verdad.
Besos
Estás noticias alegran la existencia y nos hacen saber que la semilla que plantaste en su día, dió buenos frutos.
El Quijote es la mejor embajada que puede tener la cultura española. Quienes trabajan en ello son dignos de elogio.
Es estupendo que un trabajo constante e imagino que a veces latoso recibe esta clase de recompensas y reconocimientos.
Muchas gracias, Pedro, por allanar el camino a tantos aunque los programas de estudios sean un obstáculo.
Qué interesante. Estas cosas a mí me emocionan mucho. Qué distancia entre el buen hacer de cierta gente y la mediocridad y pérdida de tiempo de otros. Te felicito por la parte alícuota que te toca.
Quem te teve como professor possui uma sorte extraordinária, pela pessoa que és e pala paixão pelo ensino que tens!
A retribuição que recebes é bem merecida.
Fiquei siderada ao ler que D. Quixote não é estudado!!!
Nesta data tão importante para Portugal, te deixo o meu abraço de liberdade e estima, meu querido amigo.
¡Qué emocionante! ¡Ne alegro ibfinitamente por esta semilla que crece y da sus frutos en tailandia! Mucho éxito a Iñigo y felicidades tanto a él como a ti.
Abrazos
me alegro muchísimo por ti ...
Noticias como esta te tienen que llenar de orgullo....Enhorabuena....
¡Qué maravilla! Es una iniciativa preciosa ¡y me han encantado los fondos utilizados! Todos relacionados con Cervantes y su obra más reconocida.
¡Enhorabuena!
Vanessa
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