lunes, 7 de diciembre de 2020

Una barca varada a 1443 metros

 


Una barca varada a 1443 metros siempre nos hace imaginar a Noé echando al vuelo las aves para comprobar si habían descendido las aguas. Primero un cuervo, que regresó sin nada, y luego tres veces una paloma, que regresó sin nada, regresó con una hoja de olivo en su pico y no regresó. Supuso Noé que el diluvio había cesado y salió del arca. Primero un pie, tanteando, luego el otro. Nos cuenta el relato bíblico que tardó ciento veinte años en construirla y que medía trescientos codos de longitud, cincuenta de ancho y treinta de altura, también que la cargó con unos cuantos animales, hembra y macho, y comida suficiente para todos. Después de desembarcar, su dios, Yahvé, quiso hacer un pacto con él, comprometiéndose a no exterminar de nuevo la vida con un diluvio -no habló nada del fuego, ni de un meteorito, ni de una pandemia-. Para recordar el pacto, Yahvé creo el arcoíris. Noé vivió trescientos cincuenta años más. Nadie ha contado nunca cuánto tardó en limpiar aquel arca de excrementos.

¿Cómo sobrevivió aquel olivo al diluvio?

El Ararat tiene 5137 metros, el canchal de la Peña de la Cruz de Béjar, 1443. Todo esto estaba inundado y de vez en cuando siento que estos peñascos se esponjan al sol.

El cuervo de Noé nunca se resignó a que a él le soltaran solo una vez y todo el mérito fuera para la paloma. Alguna vez quiso ser paloma y llegó a urraca blanqueándose algo, un ave elegante y poco de fiar. Desde el diluvio, las palomas se atribuyen un éxito que no les corresponde y rodean a los niños que les dan de comer en las plazas de las ciudades, exigiendo el impuesto de la buena nueva.

Si alguna vez Yahvé rompiera su palabra, que la nueva inundación me llegue esperando el agua aquí, viendo atardecer. Los otros 3694 metros me sobran.

9 comentarios:

mojadopapel dijo...

Jajajaja.... este cuento me gusta más.

Myriam dijo...

Jajajaja muy buena tu exposición. Después de haber realizado profundos estudios de exégesis bíblica, de arqueología, historia antigua y de religiones comparadas, he llegado a la conclusión, confirmando así mi hipótesis previa, de que fueron la mujer de Noé y sus tres nueras las que día a día en la barca limpiaron los excrementos de los animales, del marido y los propios. (También prepararon los alimentos para todos, igual que higienizaron a todos los presentes en la barca). Cómo este tema coprológico ha sido el tema de mi tesis, me atrevo aquí a responder a tu pregunta. Espero que hayas quedado satisfecho.

Besos


Sor Austringiliana dijo...

En nuestro diluvio actual los cuervos también se disfrazan de aves benéficas, habrá también una gran acumulación de mierda cuando todo cese, si cesa. Nunca deberíamos olvidar a los ahogados. Las arcas siempre a punto.

Emilio Manuel dijo...

Hombre prevenido vale por dos.

Fackel dijo...

Eso mismo he pensado mientras leía el texto. Que alguien estará esperando a que suban de nuevo las aguas hasta esa cota. Claro que si el oleaje es bravío y al navegante ocasional le falta la fe igual esta vez no hay salvación.

São dijo...

rrsss rssss

Excelente texto, amigo mio.

Te felicito pelo inteligente humor e te desejo bom resto de semana .


Besos

andandos dijo...

Supongo que en las historias de la Biblia está casi todo. Tú, por si acaso, reflexionas y amplías.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Si es cierto lo que prometió Yahvé, en esto de las Danas y demás, debemos de estar tranquilos cuando arrecian las tormentas, lo del fuego, meteoritos y demás.. ya tal.

Por si acaso Dios no cumple su promesa, por la tarde yo también salgo en busca de los atardeceres.

Besos

Pero

mojadopapel dijo...

Qué buena y simpática respuesta Myriam...jeje.