martes, 8 de diciembre de 2020

Incendios y brotes. Del brezo blanco a Chaves Nogales

 



La vegetación del camino resiste bien los cambios de temperatura, las sequías y los incendios. Rebrota siempre y es fácil ver sobre los troncos de las plantas y las ramas quemados el verde de las hojas renovadas. Brezos blancos, escobas, robles, castaños, alisos, abedules, pinos. De cerca, es fácil ver el tiempo: el incendio pasado, la débil rama que crecerá la próxima primavera y un fragmento de hielo de la noche, que se aferra a la planta. Entre todos los tiempos, el liquen, que parece no tenerlo.

Contemplo las huellas de los varios incendios que he sufrido. Hubo uno, con varios focos, que recuerdo especialmente. Parecía todo devastado y, sin embargo, aquí estoy, quizá tan solo porque dejé obrar el tiempo.

¿Cómo sale una sociedad de un incendio, de una sequía, de una inundación? Esta tarde hemos buscado documentales sobre la historia de España del siglo XIX, que nos explica mucho más de lo que a algunos les gustaría. En aquel siglo está la semilla de todos los conflictos, pero también de todas las posibilidades y esperanzas. No hemos encontrado muchos recientes, salvo algunos de compromiso para salvar efemérides, pero no de verdadera y honda reflexión, porque un documental jamás es objetivo y debe proponernos una mirada hacia el tema del que trata y esa propuesta es la que interesa. Curiosamente sí se realizaron en los años setenta, ochenta y noventa del pasado siglo, cuando hubo que repensar España, decidir qué éramos y qué debíamos ser, hallar y proponer una lectura del pasado que lo permitiera. Los que hemos encontrado de los últimos tiempos o bien son críticos y parciales o bien meramente escolares. Falta en ellos el pulso de una propuesta que permita avanzar sin reproducir los males de un siglo crispado. En estos tiempos de internet y redes sociales, es significativo que no tengamos a nuestra disposición una base de documentales recientes, bien realizados, sobre nuestra historia. Esa carencia explica muchas cosas: el desencuentro y la falta de propuesta para el futuro. Como decía Chaves, entre el sueño imperial y el sueño republicano se nos fue escapando la historia y así seguimos. Yo, que soy republicano y de izquierda, sé que no es lo mismo una república que el sueño de una república, como también sé que uno de los graves errores de las repúblicas españolas pasadas es la identificación del sistema republicano con una ideología porque nos lleva a caminar entre la apropiación y la conspiración permanente. Los errores más graves que ha cometido este país devienen de la apropiación de los sistemas y de los símbolos por unas y otras ideologías, según el caso, y eso lo explica bien la historia del XIX. Fórmulas, experimentos y propuestas hemos tenido en suficiente grado como para darnos cuenta, porque donde hay una apropiación habrá una conspiración, rechazo y desestabilización. Hoy se diría de Chaves Nogales lo mismo que en su día, que era un equidistante. Como insulto y menosprecio, claro. La equidistancia del sevillano, como la de muchos otros, no es entre dos polos, sino frente a la violencia de unos y de otros, los desencuentros, la falsificación, la crispación y la falta de voluntad de entendimiento. Esta equidistancia, en los momentos en los que vivió Chaves Nogales, defensor apasionado de la democracia, de la libertad individual y de la solidaridad social, era un acto de heroísmo, nunca de tibieza. Como le iban a fusilar los unos y los otros, tuvo que exiliarse de España. De Francia tuvo que marchar también cuando las tropas alemanas invadieron el país, porque su nombre estaba en las listas negras de los nazis franceses y alemanes. Fue un magnífico escritor y periodista y su nombre debería figurar en la historia literaria como uno de los modelos a imitar por su estilo y su ética. En este blog leímos A sangre y fuego para tenerlo en cuenta. La editorial Libros del Asteroide acaba de publicar sus Obras completas para que lo comprobemos. Me temo que, también para que constatemos cómo se le olvidará dentro de unas décadas, tras la próxima sequía o el próximo incendio. Sin embargo, sus escritos son de la misma materia de la corteza del brezo blanco y de los robles.


10 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Tener en España una base documental de su historia, es difícil por no decir que imposible, cuando desde que en el mismo siglo que te refieres ya comenzó a polarizarse la sociedad, cada uno cuenta la historia con sus propios ojos, basta ver como una historia tan próxima como la de franquismo se está reescribiendo ¿como quedará dentro de 50 años?, me imagino que se contará una sarta de mentiras y ¿quien las va a negar cuando todos los que la vivieron están criando malvas?.

Sor Austringiliana dijo...

La vida brota con una rara belleza después de los incendios. La humanidad toda, este país, se ha hundido y levantado muchas veces. Aquí estamos, no hay que remover, dicen, no hay que abrir heridas. Y las heridas se cierran en falso y hay quien aprovecha y le saca rendimiento, los cuervos abanderados. No sé quién los alimenta pero están volviendo. Socorro. Leamos.

El Deme dijo...

El ser humano tiene una sorprendente capacidad de resurgir de sus propias cenizas. Hay que leer y hay que escuchar.

São dijo...

Reflectir verdadeira e profundamente é algo que implica trabalho e algumas pessoas rejeitam esse esforço, amigo mio.

Besos

Ele Bergón dijo...

No sabía que por esas tierras existiesen los abedules que conocí en tierras de Bielorrusia, donde la dictadura aún permanece y las buenas personas son como los líquenes que abundan en todos los tiempos y muchos lugares.

Resurgir de las cenizas, no es fácil, pero no por ello, imposible. Puede que después de varios incendios de uno y otro signo y siglo, poco a poco nos volvamos cada vez más equidistantes como Chaves Nogales y desterremos de nosotros, esos pequeños- o grandes- dictadores, que nos hacen imposible la convivencia. ¡Ojalá lo logremos!

Besos

mojadopapel dijo...

Qué falta hace un estudio en profundidad de nuestra historia donde se hable de ella, con reconocimiento,verdad y tolerancia por parte de todas las ideologías.

andandos dijo...

El libro que leímos es el mejor que he leído sobre la guerra civil. Sé lo de sus Obras completas también. Entiendo lo del sueño de una república. ¿Quién podría ser hoy el presidente de esa república?

Un abrazo

XuanRata dijo...

Dicen que el tiempo pone cada cosa en su sitio. Pero mientras tanto conviene que procuremos sitio a lo que nos importa. Chaves Nogales es un ejemplo de ello. Creo que aunque no sea un bestseller se le empieza a hacer justicia.

Doctor Krapp dijo...

El tema de la documentación histórica a disposición general es tarea harto complicada porque está sesgada por el interés de que ciertos asuntos no se conozcan. No, nos hemos desprendido de la Guerra Civil y sus consecuencias, aunque hoy mismo los Franco hayan devuelto el Pazo de Meirás comprado con el expolio de la ciudadanía. Han pasado 80 años y todavía se siente su aliento.
Salud y República.

Juvenal Nunes dijo...

Os incêndios são um flagelo terrível, causa de devastações de muito difícil recuperação.
Há décadas que têm sido uma constante no verão português.
Há ainda muito trabalho de sensibilização a efetuar que, de outro modo, não me parece que o problema se possa ultrapassar facilmente.
Abraço.
Juvenal Nunes