miércoles, 16 de septiembre de 2020

La metáfora del mirlo

 

Sale ya a su encuentro con el público mi nuevo libro, La metáfora del mirlo. Siempre que sucede esto con un libro mío -incluso con los académicos, pero más con los de creación-, siento la incertidumbre lógica de cómo será recibido. Hasta el momento de dar el visto bueno a la última versión, se es dueño de lo escrito. A partir de ese momento será también de los lectores o, sobre todo, de ellos. En este libro late mi acercamiento al mundo actual, mi relación con la naturaleza, mis recuerdos, afanes, temores y esperanzas. Quiere dialogar con cada una de las personas que lo tengan en sus manos, compartir con ellos emociones o sentarse a debatir en tono pausado.

Lo publica Eolas & menoslobos y el trabajo de maquetación del texto y el diseño de la cubierta son exquisitos. No puedo dejar de agradecer el buen trato recibido. Este libro, además, tiene una singularidad. Por decisión editorial, abre una nueva colección, Narraciones de un náufrago y he de reconocer que esa decisión encaja muy bien con lo que contiene, porque al escribirlo me sentí náufrago. Esto de los naufragios me acompaña desde hace muchos años. Tan es así que en 2014 publiqué Echo al fuego los restos del naufragio. En gran medida, solo después de naufragar se tiene la oportunidad de comprenderse mejor y de entender el mundo en el que se vive, de otra manera, al menos. Sobrevivir a un naufragio es renacer, en gran medida. Se halla uno primero en la perplejidad, intentando encontrar las razones que lo han llevado hasta ese momento, para después comenzar a sobrevivir con lo que tiene más a mano, hasta que puede volver al mundo. Se vuelve otro que es y no es el que naufragó. En gran medida, todavía no sé si he regresado después de mis naufragios. En esta colección, el colofón de cada uno de los títulos publicados contará un naufragio distinto, que puede leerse como un microrrelato perfecto, lleno de interés y sugerencias.

Ahora es el momento de los lectores.

El libro puede encontrarse o pedirse ya en librerías, también a través de la página web de la editorial en este enlace.


13 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Suerte con el nuevo hijo.

Sor Austringiliana dijo...

Esta lectora disfrutará de dialogar y compartir emociones, con La metáfora del mirlo. La portada me sugiere el silencio de la nieve, vamos adentro.
Muchos éxitos.

Francesc Cornadó dijo...

Muchas felicidades por ese nuevo libro. Sin duda que será un éxito.
Lo buscaré en las librerías.
Saludos
Francesc Cornadó

Berta Martín Delaparte dijo...

Yo me alegro muchísimo de poder disfrutar con la lecturas de tus escritos. Después de sobrevivir a un naufragio ,imagino, se tienen más cosas que decir y muchas más maneras de decirlas. Naufragar sinónimo de tiempo para pensar y reflexionar.
Espero hacerme con el libro a través de Internet. 😘😘😘😘😘

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Seguro será muy bien recibido. Un abrazo y suerte!

Doctor Krapp dijo...

Felicidades y mucha suerte, siempre superviviente.

La seña Carmen dijo...

Esta otra lectora espera en breve poder dialogar con algunas de sus letras.

LA ZARZAMORA dijo...

Venga, que el bebé ya está en la cuna!!!

Voy a pedírmelo;)

Enhorabuena, Pedro.

Y espero que vaya viento en popa...
Besos.

impersonem dijo...

Le deseo el mejor de los recorridos a tu libro...

Paco Cuesta dijo...

Sí. Has regresado. Tras el naufragio de la goleta patroneas un catamarán.
En tanto que esperamos: ¡¡Felicidades!!

Ele Bergón dijo...

Ya se lo tengo encargado a Elena, mi librera de siempre. A mí me cuesta igual y ella, a duras penas, va manteniendo el negocio porque no tienen que pagar el alquiler del local.

No creo que tarde mucho en poder leerlo tranquilamente en mi jardín, mientras oigo el silbo del mirlo y otros pájaros, llenos de metáforas.

Enhorabuena .

Besos

Myriam dijo...

De nuevo, mil felicidades, besos y éxito.

Edurne dijo...

Tengo el libro en mi poder desde el miércoles, después de esperar varios días a que me lo trajeran.

Me gusta su aspecto: limpio, aseado y ordenadito, como un niño formal y educado.
Me gusta su tacto: recio, austero pero cálido.
Me gustan sus entrañas, sus pensamientos...
¡Buena cosecha!

¡Que lleve buen camino!

Y para ti, las gracias y las felicitaciones.
¡Un beso, profe!