jueves, 26 de septiembre de 2019

Todavía quedan acerolas


Todavía quedan acerolas, prietas como granos de sabor antiguo. Pocas, porque se ven afectadas por el fuego bacteriano. Pero aquí están, como cada año, para anunciarnos el otoño, como el frescor de la mañana y los mordiscos al día de los atardeceres lentos. Humildes, inconfundibles, supervivientes, mías. He vuelto a casa con las suficientes para llenar un cuenco, qué digo un cuenco, para saciar la memoria y la nostalgia y esperar que llegue el invierno.

(Si quieres acceder a todas las entradas que he dedicado a las acerolas, pincha aquí.)

10 comentarios:

andandos dijo...

Las acerolas son un clásico de tu blog, como los azulejos de la Estación, como tus entradas literarias de algunos jueves.
Un abrazo

Emilio Manuel dijo...

En Granada el último domingo de septiembre es el dia de la Virgen de las Angustias, patrona de la ciudad, se llena de puestos con todo tipo de frutos de otoño como las acerolas, las almencinas, azofaifas, caquis, membrillos..., olores de maravilla.

Myriam dijo...

Sigo sin conocerlas pero sí recuerdo cada una de tus entradas sobre ellas.

Besos

Fackel dijo...

Al final resulta que todo son rituales de la memoria (saludables, por otra parte)

Sor Austringiliana dijo...

Las acerolas señalan el paso al otoño en "La Acequia". Bienvenidas.

dafd dijo...

Jeje, aquí están las bolillas traviesas, aviesas y pilluelas. Esta paletica fruta poco complaciente bien pronto nos espabila con desparpajo al primer bocado, como si nos exigiera atención: ¡Vamos!, arrea, no te aleles que empieza el curso.

LA ZARZAMORA dijo...

Gracias a ti las conocí y las probé...

Besos, Pedro.

Edurne dijo...

¡Iba a poner o mismo que Sor Austringiliana! Así que, ¡bienvenidas sean esas acerolas!
Besos
;)

Campurriana dijo...

Yo tampoco las conozco pero sí por ti. Es decir, no las he tocado nunca. Ni probado.
Me recuerdan a ti las acerolas, Pedro. Eso ya es suficiente para quererlas.

impersonem dijo...

Se ve que las tienes aprecio y un sitio en tu corazón y en tu memoria...