viernes, 25 de enero de 2019

Sublevación de fincas


Desde la calle Fernán González las casas de la Llana de afuera parecen sobrecogidas por la belleza de la catedral y andan apoyándose la una a la otra procurando no llamar la atención. No tenían mucho problema en los siglos pasados si necesitaban construir junto a lo que hoy consideramos monumentos. Por todo el país hay edificios adosados a murallas, catedrales, iglesias, castillos, cuando no incrustados, adheridos hasta un punto en el que no puede saberse dónde comienza una propiedad y termina la otra. El urbanismo moderno, tan proclive a la postal y el turismo, tiende a la piqueta para que podamos contemplar esos monumentos como nunca se vieron. Somos víctimas de un sentimiento de la belleza que nos lleva a falsear la historia urbana.

Las casas de la Llana de afuera se encogen ante la sombra de la catedral hasta que un día se vayan empujando una a la otra para pegarse a sus muros. Será algo inapreciable, un movimiento lento y disimulado que durará años, estrechando la calle Diego Porcelos dejándola un tiempo como un estrecho pasillo sin que nadie se asombre. Hasta que un día traspasen la fachada de la catedral, la recorran por dentro, se asienten en círculo bajo el cimborrio y reciban la luz cenital, resguardadas de la lluvia y el viento.

7 comentarios:

Sor Austringiliana dijo...

Se fundirán con la vieja y bella gabacha. Un abrazo pétreo.

José A. García dijo...

También podría ser que la catedral se venga abajo y utilizar ese espacio para algo más útil y práctico... No sé, un parque, por ejemplo.

Saludos,

J.

São dijo...

Veremos o que acontece....

Besos e bom domingo, seguido de feliz semana, amigo mio

Fackel dijo...

Pues sí, parece que durante siglos muchos edificios han estado pegados literalmente a los templos. Aquí he conocido algunos casos. De ahí que las litografías del siglo XIX o anteriores traigan la memoria de las ciudades en que la arquitectura civil y la religiosa se buscaban, no necesariamente en aras de la manoseada fe. Tal vez solo de la necesidad de ocupación o de ganar habitabilidad al terreno.

Mavi dijo...

Muy bonito. Me he trasladado por un momento hasta ese entorno.
besos

Ele Bergón dijo...

Burgos es una ciudad que me gusta y me gusta mucho, pero la verdad, no acabo de saber por donde voy, porque a pesar de las buenas explicaciones de nuestra común amiga Mª Ángeles, no presto atención por las calles por donde voy y me despisto. Este empedrado de la plaza lo reconozco, la próxima vez me ¡buf! fijaré mejor en esas casas tan juntas, tan juntas que...

Besos

impersonem dijo...

Curioso contraste de tamaño entre "lo divino" y lo humano... curiosa magnitud de la escena...

Por aquellos entonces no había PGU, pero supongo que las influencias y conveniencias en el terreno de la construcción encontraban algún cauce para llegar a buen puerto...

Abrazo