domingo, 27 de enero de 2019

¿Cuánto tiempo andaba yo sin horizonte?


¡A la peña! A ver desde arriba la ciudad, alargada y chiquita y el cielo azul. Llevo demasiado tiempo tan dentro de mí que necesitaba comprender que mi medida es una nada.

Los aviones trazaban allá arriba rastros de viajes. El camino se empinaba despacio hacia el refugio, donde nos esperaban unas mantelás con longaniza cocida, sopas de ajo, tortilla de patata y morcilla  de calabaza picante, un vino suficiente y unos mazapanes de Soto que habían sobrado de Navidad. La mesa y los bancos, unos palés al sol. Al buen sol de enero.

¿Cuánto tiempo andaba yo sin horizonte, cuánto tiempo?

8 comentarios:

LA ZARZAMORA dijo...

El siempre estuvo ahí.
Estaba, sereno, esperándote.

Besos, querido Pedro.

Sor Austringiliana dijo...

Necesitabas hartura de horizonte y de amistad y de ricas viandas.

Emilio Manuel dijo...

¡¡Felicidades!!, has encontrado tu horizonte.

Fackel dijo...

Tu medida se vio compensada, siquiera temporalmente, por todo lo suculento que expones en el segundo párrafo.

Mavi dijo...

Que bien encontrar siempre un refugio.
besos

Paco Cuesta dijo...

Con pan y vino se anda el camino.

Ele Bergón dijo...

Recuerdo ese lugar en un día de invierno, cuando tú y tus amigos nos lo quisisteis regalar, cuando fue tu primera presentación de "piel" Es un paisaje que no olvido,ni tampoco vuestra generosidad.


Besos

impersonem dijo...

No se puede andar sin referencia de horizontes... es una forma de acotar nuestro caminar en etapas de vida que nos parezcan razonables y alcanzables...

Abrazo