jueves, 24 de enero de 2019

Campos de muerte: el final de Los cuatro jinetes del Apocalipsis de Blasco Ibáñez y noticias de nuestras lectruras


La guerra se ha estancado. Los primeros meses fueron vertiginosos pero nadie consiguió una ventaja indiscutible. El frente de batalla se consolida y comienza la feroz guerra de trincheras que evidencia el fracaso los ejércitos contendientes y sus estrategias. Ese es el momento elegido por Blasco Ibáñez para poner punto final a Los cuatro jinetes del Apocalipsis. La fecha de su publicación, 1916, es esclarecedora: aún quedará mucha guerra. Pero Blasco Ibáñez decide publicar la novela porque entiende su obra como parte del conflicto. Él ha tomado partido valientemente por los aliados y se ha posicionado contra los imperios centroeuropeos y, especialmente, contra Alemania. Hay muchas razones ideológicas que lo empujan a tomar esta opción, pero sobre todas su condición de republicano convencido, contrario a todo rey o emperador.

Por lo tanto, el final de la novela es muy arriesgado puesto que no puede conocerse por dónde evolucionará la guerra y quién será el bando vencedor al final. Y ese es un rasgo que define esta narración: apostar por uno de los lados sin dudarlo, pero también por un cierre en falso del conflicto que provocará el resurgimiento futuro de la bestia sin duda alguna. Una de las cosas que más sorprende de Los cuatro jinetes del Apocalipsis es que construye un relato de los acontecimientos, unos personajes y un enfrentamiento ideológico que servirá también para contar la segunda guerra mundial. En el fondo, Blasco Ibáñez no era consciente de que acaba de construir el modelo narrativo que se recupera para el conflicto de 1940.

En gran medida, Los cuatro jinetes del Apocalipsis es una novela tradicional de tesis y propaganda que se eleva por la tensión narrativa, el ritmo del relato, el interés de lo narrado y la eficacia a la hora de contar los argumentos de uno y otro bando posicionándose junto a las potencias occidentales.

Blasco Ibáñez tiene muy claro que la responsabilidad de la guerra era del Imperio germánico y para ello omite cualquier dato histórico que no le sirva. Acentúa esta responsabilidad en los profesores universitarios que levantan una construcción ideológica que empuja a la guerra. Son los máximos responsables de que Europa se haya convertido en un gran cementerio. Como dice Marcelo Desnoyers:

Ante la barbarie refinada, fría y cruel del sabio ambicioso, prefería la barbarie pueril y modesta del salvaje: le molestaba menos, y además no era hipócrita.

Dejando muy clara la culpabilidad de la guerra, puede permitirse extender el dolor en ambos bandos enfrentados: hombres mutilados, heridos y muertos y la sociedad detenida en la que, sin embargo, deberá florecer la vida para continuar adelante.


Noticias de nuestras lecturas


El pasado martes 22 tuvo lugar la sesión presencial del Club de lectura para el comentario de Los cuatro jinetes del Apocalipsis de Blasco Ibáñez. En esta ocasión, la reunión fue muy especial porque se hizo conjuntamente con los alumnos del curso sobre la primera guerra mundial organizado por el Aula de Historia de Alumni UBU, lo que nos permitió abordar la novela desde muchos puntos de vista. La profesora Carlota Martínez Sáez, especialista en historia contemporánea y responsable del curso de Alumni UBU, realizó una brillante exposición de contextualización histórica.

El acto tuvo lugar en la sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, el Palacio de la Isla de Burgos. A sus responsables y a todo el personal que allí trabaja con dedicación y cariñosa eficacia, quiero agradecer las facilidades dadas para que todo resultara estupendamente.

Mª Ángeles Merino publica su comentario sobre Los cuatro jinetes del Apocalipsis, entreverando lo personal y lo literario, con sus impresiones sobre la novela que la acompaña desde el verano pasado. Y llena de datos que te harán más provechosa la lectura.

Paco Cuesta escribe sobre las relaciones entre novela e historia en Los cuatro jinetes del Apocalipsis en una entrada que no puedes dejar de leer.



Pancho continúa con su comentario de Cien años de soledad, novela que nos ocupó aquí hace unas semanas, relatándonos la visita de la muerte a Macondo, el lugar en el que durante mucho tiempo nadie murió. Y termina con Poveda, que es un regalo.

Próxima lectura.
Cuaderno de vacaciones de Luis Alberto de Cuenca


Hasta el jueves 8 de febrero nos ocuparemos de Cuadeno de Vacaciones de Luis Alberto de Cuenca (Visor), un poemario de una de las referencias poéticas actuales que algunos podrían considerar menor pero que contiene las claves más reconocibles de este autor y obtuvo el Premio Nacional de Poesía en 2015. Seguro que agradeceremos esta lectura después de la intensidad del tema abordado por Los cuatro jinetes del Apocalipsis. La sesión presencial se celebrará el martes 5 de febrero.

Cambios en el listado de lecturas del presente curso


  • Como a la ocasión la pintan calva, los miembros del club de lectura nos sumamos al proyectado viaje de Alumni UBU a Sevilla con motivo de la exposición que conmemora a Bartolomé Esteban Murillo en el Museo de Bellas Artes de aquella ciudad. Por esta razón, en el mes de febrero leeremos la novela El color de los ángeles de Eva Díaz Pérez (Planeta, 2017), que recrea la vida del pintor y la Sevilla de su tiempo. Así, las lecturas continuarán de la siguiente manera:

- Febrero: El color de los ángeles, de Eva Díaz Pérez.
- Marzo: Los amores equivocados, de Cristina Peri Rossi.
- Abril: Concierto barroco, de Alejo Carpentier.
- Mayo: Tea Rooms, de Luisa Carnés.
- Junio: La Tesis de Nancy, de Ramón J. Sender.

Recojo en estas noticias las entradas que hayan publicado los blogs amigos. Entrada del Club de lectura cada jueves (salvo casos excepcionales) en este blog,

Información sobre el presente curso en el club en este enlace.

ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

4 comentarios:

Paco Cuesta dijo...

Impulsivo, escritor, hombre de negocios..., Blasco Ibáñez sabía escoger el tiempo oportuno: captó el momento en que habían de publicarse "Historia de la guerra europea" y "Los cuatro jinetes". Tiempo y modo.
Modo y manera debían de ser los suyos, sin opción posible.
Un abrazo

Teruelandia dijo...

Primero, vi la película. Después leí la novela. Ambas me dejaron un buen recuerdo. Con Blasco Ibáñez tenemos una deuda en España: reconocer su valía...

São dijo...

Infelizmente não li nada ainda deste escritor.

Quanto à guerra de trincheiras é algo de muito trágico, realmente. Aliás, toda a guerra é um absurdo trágico.

Besos, querido amigo

Abejita de la Vega dijo...

La novela termina en un campo de cruces. Marcelo Desnoyers ha perdido a su hijo Julio, el que pasó de muñequito bailarín de tangos a heroico soldado en embarradas trincheras. Reflexiona, no hay consuelo para él, y vuelve la vista atrás a la vida en los campos argentinos, la del Centauro Madariaga, donde "la santa fraternidad de unas gentes de las más diversas procedencias unidas por el trabajo, la abundancia y la falta de ambiciones políticas".

No, sabemos que aquello no era así de idílico.

Blasco Ibáñez no sabe cómo acabará la guerra, pero está seguro de que volverán a galopar los cuatro jinetes que preceden a la Bestia, "eterna compañera de los hombres": la Peste, la Guerra, el Hambre y la Muerte. No se equivocó.

Hemos leído una buena novela, pero no es la historia. Una novela de propaganda, la perspectiva no engaña: es la visión francófila. Nos lo contextualizó muy bien la profesora Carlota Martínez Sáez: no es que solo Alemania quisiera la guerra, la guerra la querían todos y cada uno iba a obtener algo. A Francia, la pobre Francia, le dolían mucho Alsacia y Lorena.
A mí, personalmente, me ganó por su ritmo y su emoción. ¡Dos veces!

Ahora vamos a leer poesía.

Un abrazo, Pedro.