martes, 18 de septiembre de 2018

Paisaje desde el tren


Acaba de llover y la luz ha limpiado el paisaje. ¿En ese momento, hay algo mejor que contemplar en silencio el campo?

Toda mirada hacia fuera es mirar adentro. Cuanto más horizonte, más profundo, más intenso.

Riegan, a pesar de que ha llovido. Este agua que cae sobre el agua recién llovida es aliteración de vida.

El verano ha venido tarde y se prolonga en el otoño. Si fuera un poeta al uso diría que como en mi vida. Pero es cierto.

¿Cuando mañana llueva me acordaré de la lluvia de mi infancia, cuando todo olía a tierra en las afueras, en ese límite fronterizo entre lo urbano y el campo en el que vivía?

7 comentarios:

São dijo...

Ainda hoje me agrada muito o cheiro a terra molhada... e, como dizes, a chuva lava tudo e aclara o horizonte.

Querido amigo mio, besos, boa semana

Emilio Manuel dijo...

Hay quien no sabe mirar ni hacia fuera ni hacia adentro, quien lo hace hay que loarlo.

Fackel dijo...

No sé si a medida que avanzamos en edad hay acontecimientos y experiencias novedosos. Todo huele a rememorización y goce en el recuerdo de lo gozado. Nos reafirmamos en la mirada a los paisajes. Lo nuevo puede residir en seguir buscando nuevas claves de lo vivido.

Sor Austringiliana dijo...

Nunca duermes en el tren y, sin embargo, vas bien.

la seña Carmen dijo...

Agua del cielo no quita riego.

lacantudo dijo...

La lluvia limpia, pule y da explendor, como la RAE. Al igual que las lágrimas limpian el alma, la lluvia limpia el instante que conservamos en el recuerdo.
Un placer leerte.
Juan.

Ele Bergón dijo...

Me gusta ese agua que es la aliteración de la vida,

Besos