martes, 17 de julio de 2007

La Plaza del Sobrado



Ahora que las instituciones implicadas se han puesto a la labor de urbanizar esta plaza, que se encuentra justo detrás del edificio que ocupa el Rectorado de la Universidad de Burgos, es hora de publicar esta foto. La plaza se encuentra en un estado de abandono notable y tiene cierto sabor rural. A ella se accede por un arco de interés que deberá ser restaurado. Aunque las noticias no lo aclaran suficientemente, espero que en los solares de estas casas que serán derribadas antes o después aparezcan edificios administrativos y dotacionales que sabrán respetar el entorno y recordar con elegancia el origen de este lugar. No podría concebir un uso privado ni edificios tan espantosos como los que están tapando el cercano Monasterio de las Huelgas. Hablo de un lugar que está en el Camino de Santiago, anexo al Hospital del Rey, en pleno corazón del Campus universitario. Es decir, un espacio que, si se arregla con cuidado, podrá ser mostrado como ejemplo de tratamiento de un rincón sereno a los peregrinos, profesores visitantes de la Universidad y estudiantes de todo el mundo. Y, si se aprovecha con acierto, puede convertirse en una zona con dedicación cultural. Hay lugares en los que no se puede cometer errores, y este es uno de ellos. Me horroriza la idea de perder esta plaza, con lo que puede tener de provechosa para la comunidad universitaria (y, por lo tanto, para toda la sociedad).
De todas las formas, ahora que comienzan las obras, quiero fijar aquí parte de su aspecto rural, con esos tractores viejos que yo he visto siempre aparcados en un rincón. En su estado actual nos habla de otras épocas, de un pasado que se ha agarrado hasta ahora a la fiereza del presente, resisistiéndose a desaparecer. Con todos sus problemas -el barro, en invierno, la hacía impracticable; por la noche, la oscuridad desaconsejaba pasar por ella-, la plaza tenía su encanto. Como su nombre: del Sobrado. Esta plaza podría ser el inicio de una novela biográfica, al estilo de la trilogía de La lucha por la vida de Pío Baroja o La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, en las que un chiquillo comienza a descubrir el mundo desde un pulmón pequeño y retirado para llegar tan lejos como su ambición le lleve y el sistema social se lo permita. Quizá algún día la escriba, quizá con estas líneas ya la comienzo.
Qué será de ella.

8 comentarios:

trupitomanias dijo...

Hace ya años que conozco esa plaza.. y los ratos y cervezas que allí nos tomamos...
espero que la dejen "sobradamente" adecentada.. y la podamos seguir disfrutando ahora ya con otros años y otro lavado de cara.


Si la novela comienza aquí.... espero poder terminarla, algún día, en casa

animo!!!

Anónimo dijo...

Conocí esa zona y comparto tu opinión. Algunas de las edificaciones de los últimos tiempos son verdaderos ejemplos de atentados urbanísticos. Ójala los pasos siguientes se den en la dirección correcta.

Rui dijo...

Esperemos que tengan lucidez para conservarla y no cargarsela como han hecho con tantas otras cosas.

Recuerdo que en esa plaza había un bar y a el fuimos a tomar unas cervezas al terminar los examenes de selectividad.

trupitomanias dijo...

al lado del arco... ande Mario.. como nos aguantaba.. el emigró de hay.. aunque ahora le podemos visitar en otro bonito lugar.. las birras las sigue poniendo fresquitas fresquitas y la música que pone genial ;)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Veo que a todos nos trae recuerdos esta plaza. Han comenzado la obra por la restauración de la fachada del arco. Ya veremos cómo lo dejan.
Ahora La Folga la llevan dos mujeres muy dinámicas. Siguen poniendo cerveza y bocadillos que nos salvan del menú del día de otros bares de la zona.

Rui dijo...

Sí por que irte al menú del día de los trillos tiene que salir un poquito caro :)

Anónimo dijo...

La semana pasada estuve alojado en el hotel situado justo enfrente del arco de la Villa, me llamó la atención ver allí esa plaza de sabor antiguo pero totalmente renovada; la restauración/urbanización parece muy lograda, quizás por eso me sorprendió sobremanera ver antenas parabólicas en algunas de las ventanas, detalle que sin duda rompe el encanto de la plaza.

Cené y desayuné en la Folga, las señoras que regentan el local me parecieron muy agradables, la comida de provecho y a buen precio.

Por favor, que quiten esas antenas cuanto antes, solamente falta que cuelguen la colada.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

SCOP: Te doy la razón, totalmente. En cuanto acaben la reforma de la Plaza y el entorno tengo proyectada una nueva entrada sobre esta plaza y aprovecharé tu comentario y denuncia. Saludos y espero verte más por aquí.