[Casa hundida en Villamorón, Burgos]
En Villamorón, una parte de las casas abandonadas están hundidas. Un día, una gotera invernal agrietó el techo. Quizá los dueños volvieron en verano y vieron la mancha de humedad y no le dieron importancia o pensaron que ya se pasarían unas semanas después, antes de que llegaran las lluvias. Pero no se pasaron. Dos o tres años más tarde se cayó parte del tejado, con un estruendo que ya solo asustaría a las torcaces. Al año siguiente se vino abajo una de las paredes. Y el hundimiento continuó. La construcción, de adobe, que había resistido firme con el amor de los moradores, vuelve a la tierra. Con lentitud imparable, como son las cosas de estas tierras que han visto tantos siglos de historia.
2 comentarios:
Junto a mi pueblo se encuentra Soto de Bureba. Un pueblo con una iglesia que sale en los libros de arte por su portada. Llenan sus arcos de arte románico, caballeros con sus armaduras, presos con sus cadenas e incluso un unicornio con el cuerno bajo la quijada.
Y alrededor de la iglesia, alguna casa que trata de resistir en pie y medio pueblo fundido en la tierra. De allí vino mi familia y allí se entierran sus recuerdos.
La Bureba, Rui, ¡qué excursión pendiente! Cuánta vida enterrada en nuestros adobes.
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