Llega el invierno.
¿Son los sonidos otros
junto al mar de antes?
¿Son los sonidos otros
junto al mar de antes?
Hay muchas cosas que no sé hacer. Algunas son pronunciar tu nombre sin que duela, echar una cometa al viento, nadar con soltura, mirar hacia adelante cuando miro hacia adentro, sostener un vilano con la palma de la mano abierta, decir que no, combatir las hormigas de un domingo por la tarde, olvidar algunos paisajes a los que no regresaré, dejar de tocar con las yemas de los dedos las flores del almendro, llenar de arena la herida para que el cuerpo de un espantapájaros parezca indemne, protegerme de la vida cuando me arrasa, cerrar los ojos y no volver a casa, escribir de cosas que no me importan, meterme en las vidas ajenas y destruir los proyectos de otros, no recordar el teléfono de mis padres.
Suenan las ramas.
Hay voces en los árboles
que son tu nombre.
© Pedro Ojeda Escudero, Del desconsuelo, 2025.

7 comentarios:
Lo que más nos define: lo que no sabemos hacer. Decir "no" es difícil, sí.
Ciertamente hay muchas cosas que no sabemos hacer. A veces es mejor ni intentarlo, como pronunciar un nombre que duele. O evocar vivencias desaparecidas, que abruman. Y así un montón de cosas que hicimos y que hoy nos daría miedo intentarlas hacer. Salud.
Há tanto que não sabemos fazer...
Gostei muitissimo do texto!
Amigo, mio , boa semana e forte abraço.
Se acerca el invierno, al calor del brasero, procuraremos aprender ha hacer algunas de aquellas cosas que no sabemos hacer, sólo algunas, por ejemplo aprender a protegerse de la vida cuando arrasa.
Saludos
Pedro, hoy vi tu comentario en el spam, ni se sabe los días que llevaría ahí por cortesía de Blogger, ya está donde corresponde.
Bueno, nunca aprendí a silbar con dos dedos en los labios, como hacían casi todos mis amigos de chiquillos, esos silbidos larguísimos que traspasaban el horizonte. Aún hoy pienso en ello con frecuencia, ya ves...
Lo que no sé hacer.
No sé escribir pues es en lo que pongo todo mi empeño.
Dejo escritos todos mis intentos.
Y cada noche a la luna confieso.
Mañana será el día bajo su burlona sonrisa.
Y ya un nuevo día un nuevo sol un nuevo intento.
Inicio, paro, reflexionó no se escribir pero amo cada intento.
Amo cada reto,cada desesperación cada sin sabor.
Y cada vez que me digo no sé escribir.
Me declaro aprendiz de orfebre de las palabras
Y estudioso de su alquimica mezcla.
Demasiadas necias boconas rezan "soy escritor".
Yo solo intento besar lo que siento.
Y mutuamente nos decimos no hay amor perfecto. (Agustín Merino)
Me ha parecido un texto escrito en el correr del corazón a pecho descubierto...
Me he sentido muy reflejado en lo de "mirar hacia adelante cuando miro hacia dentro"
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