A días amanece sobre ti
como si una amenaza te buscara
como si una amenaza te buscara
ese día concreto sin motivo
al ventilar la casa. Te creías
a salvo por la noche al apagar
cada una de las luces y acostarte,
pero no. La mañana
se empeña en recordarte que estás vivo.
Asomas a la calle y la ciudad
aparece borrosa, tan difícil de caminar,
llovida por un polvo
tan denso.
© Pedro Ojeda Escudero, Del desconsuelo, 2025.
No hay comentarios:
Publicar un comentario